I Juan 3:22
“y
cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus
mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”.
Si estamos desagriándole no podemos esperar
que el haga lo que pedimos.
La palabra de Dios es para obedecerla en su
totalidad.
Jesús estuvo sujeto a la voluntad del Padre
desde que nació hasta que fue a la cruz del Calvario.
Dios nos quiere sujetos totalmente a la
palabra de Dios.
¿Cómo obramos cuando estamos solos? Dios
siempre está viendo lo que hacemos y conoce nuestros pensamientos.
A veces actuamos bien solo porque alguien nos
está viendo.
3.9 Dando gracias
y Expresarlo
Filipenses 4:6
“Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias”.
Tenemos que estar agradecidos con Dios por
tanta bondad y misericordia.
4. Respuestas
prometidas
Jeremías 33: 3
“Clama
a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces”.
Si el no fuera a responder nuestras oraciones
¿nos diría esto?
Isaías 65: 24
“Y
antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído”.
Cómo será la misericordia de Dios que no
necesita que se le exprese lo que se necesita.
La llave maestra abre todas las cerraduras.
Tenemos que abrir esas puertas que con la
llave maestra que está aquí, en la palabra de Dios. Porque el poder de la
oración es muy grande. Hay unas demandas que Dios nos hace a nosotros para
poder ver los resultados de esa oración.
Muchas veces Él nos enseña que no sabemos
pedir. A veces hacemos largas repeticiones o lo hacemos sin fe.
Él nos va a enseñar esta mañana cual es esa
llave maestra.
Juan 15: 7
“Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho”.
Dios nos da una promesa pero nos demanda
permanecer en él y que su palabra permanezca en nosotros y esto implica
obedecerla.
Tenemos que pedirle a Dios que nos ayude a
estar en él donde estemos, en nuestro trabajo, en nuestro hogar. Tenemos que
estar con esa actitud de reverencia de adoración a Dios y de obediencia a su
palabra.
I Juan 2: 6
“El que
dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”.
Todos sabemos como anduvo Jesús, lo más
importante para él era glorificar el Padre, todo lo que hacía era para darle la
gloria al padre.
I Juan 3: 6
“Todo
aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le
ha conocido”.
Hemos nacido de nuevo y tenemos la cimiente
de Dios dentro de nosotros y no podemos pecar.
El Espíritu Sentido nos da la salida cuando
llega la tentación.
Si caemos de inmediato nos tenemos que levantar
con el poder del Espíritu Santo, pedir perdón y arrepentirnos.
Juan 15: 10
“Si guardareis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.
2. ¿Qué es orar?
Es un acercamiento a Dios.
Hebreos 10: 22
“acerquémonos
con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de
mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.
Orar es acercarnos a Dios.
3. Ingredientes de
la oración
3.1 Humillación
II Crónicas 7: 14
“Si se
humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.
La palabra de Dios es para el pueblo de Dios.
Sanidad en todo, física y espiritual
II de corintios 7: 10
“Porque
la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no
hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”.
3.2 Confesión de
nuestros pecados
I Juan 1: 9
“Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad”.
Él nos exige confesar delante de él nuestros
pecados, arrepentidos, no con remordimientos sino arrepentidos totalmente.
Hebreos 12: 15
“Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna
raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;”
Tenemos que ponernos delante de Dios y pedirle
que saque toda raíz de amargura porque estorba a nuestras oraciones.
Nuestro pasado ha dejado raíces de amargura
dejadas por el odio, el resentimiento, la ira…
3.3. Orar al Padre
en el nombre de Jesús
Juan 14: 13 – 14
“Y todo
lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.
Cuando Jesús estuvo en la Tierra todo lo que
hizo fue para glorificar al Padre, ahora el Padre es glorificado en el hijo.
Si el Padre nos dio a su Hijo para nuestra
salvación, el Padre no niega nada que se pida en el nombre de su Hijo amado.
Esta oración la tenemos que hacer creyendo
porque “sin fe es imposible agradar a Dios”.
Dice que si algo pidiereis en mi nombre yo lo
haré, no dice lo haré si el Padre me lo ordena, o si el Padre me da permiso,
esto demuestra la unidad del Padre y del Hijo.
3.4. Alabanza y
adoración
Por lo que él es omnipotente, poderoso, creador;
y por lo que él hace.
Salmo 92: 1 – 5
“Bueno
es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;aAnunciar por
la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche, en el decacordio y en el
salterio, en tono suave con el arpa. Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con
tus obras; en las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh
Jehová! Muy profundos son tus pensamientos”.
3.5. Con
sinceridad
Es muy importante la sinceridad de nuestro
corazón es muy importante.
Jeremías 29: 11 – 13
“Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y
vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me
buscaréis de todo vuestro corazón”.
3.6. Con fe
Santiago 5: 13
“¿Está alguno entre
vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está
alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por
él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán
perdonados”.
3.7. Conforme a la
voluntad de Dios
Pedimos frente a la voluntad de Dios.
Recordemos que Pablo oró tres veces para que se le quitara una dolencia y el
Padre le respondió: bástate mi gracia. Esto para demostrar que Dios se
glorifica en la debilidad.
Si no es conforme a la voluntad de Dios no se
va a dar. Dios es soberano y el hace como quiera.
I Juan 5: 14 – 15
“Y esta es la
confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad,
él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos
que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
Si es conforme a voluntad tenemos las
peticiones que hayamos hecho, responde a nuestras peticiones.
3.8. Obedeciendo a su palabra