Éxodo 15: 22 – 27
15:22
E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur;
y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
Tres días sin agua por el
desierto.
Muchos hemos vivido algún
desierto porque es donde Dios trata más con nuestra alma.
Tres días todo un pueblo sin agua
por el desierto. Ahí es donde dependemos totalmente de Dios, es cuando decimos
que vamos a tocar la puerta. Mateo 7 dice tocad y se os abrirá.
Dios no llega ni antes ni
después, llega en el momento preciso.
Solo cuando uno tiene una gran
necesidad.
Dios o me das esto o muero,
dependo totalmente de ti.
Señor necesito ser libre de esta
ruina, de este dolor, de esta enfermedad, de lo que sea.
Él sabía que tenían mucha sed. Él
ya sabe tus distintos problemas y que está ávido de una respuesta, de una
solución.
Da a luz esa restauración
económica, da a luz esa gloria del Señor Jesucristo manifestada en ti.
Da a luz a renunciar a ese
señorío del pecado en usted.
Da a luz a ese ´poder en toda
situación.
15:23
Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas;
por eso le pusieron el nombre de Mara.
Mara quiere decir amargura.
Uno por el desierto, tres días sin agua y llegar y encontrar
aguas amargas.
Buscando las soluciones y encontrar en el mundo pura
amargura.
Tocando puertas que no son, dependiendo del hombre en lugar
de depender de Dios que es el que toca al hombre en nuestro favor, ya sean
impíos o sean hijos de Dios.
15:24 Entonces el pueblo murmuró
contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
Buscamos a ver a quien vamos a acusar, después de cometer el
error.
15:25
Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y
las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;
Moisés clamó a Yahvé, Moisés fue un
mediador.
Cuando nos podemos a interceder
por situaciones, por nuestras familias, por todas las situaciones, Dios hace
milagros, pero hay que ponerse en la brecha.
Yahvé le mostro un árbol,
Apocalipsis capítulo 22: El árbol de la vida. El árbol a nosotros hace tiempo
se nos mostró: “yo soy el camino, la verdad y la vida”. Esta salvación que es
en Cristo hace tiempos se nos mostró.
Y el agua se endulzó: De la amargura a la bendición. Aprovechó el
milagro para probarlos.
La situación crea una cantidad de
cosas.
Nosotros somos esos vástagos de
ese árbol del papito Dios. Donde hay amargura, nosotros llenos de su palabra,
llenos del Espíritu Santo, eso se convierte en dulzura.
Aprovechó Dios las circunstancias
del milagro para recordarles su palabra.
15:26
y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto
delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos,
ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo
soy Jehová tu sanador.
Es oír y hacer.
Yahvé Rafá, él es nuestro sanador.
Él es nuestro sanador, nuestro
intercesor es Jesucristo.
En cualquier momento encuentras
tu bendición espiritual, económica y de sanidad., espiritual y ministerial.
Los egipcios que no conocieron a
Dios o que no se arrepintieron.
El pueblo de Dios puede reclamar
en oración su sanidad porque es un derecho, una promesa que Dios nos dio.
15:27
Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y
acamparon allí junto a las aguas.
Ruth 1: 6 – 7
Nohemí dulzura, los hijos de Ruth
Helión y malón, languidez y debilidad.
Se casaron con dos Moabitas Ruth
fidelidad y Orfa testarudez.
Quedaron solas Nohemi, Orfa y
Ruth quedaron solas. Van de vuelta a Israel.
1:6
Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó
en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. 1:7
Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y
comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.
Vamos al 14:
1:14 Y ellas alzaron otra vez su
voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Ruth se quedó con ella.
Orfa quiere decir testarudez y Ruth quiere decir fidelidad,
Nohemí dulzura.
La testarudez besó a dulzura, pero no se quedó con ella.
A veces besamos, pero no somos fieles.
1:15 Y
Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete
tú tras ella.
Tenían varios dioses eran
politeístas, el pueblo de Dios era monoteísta.
No se convenció del Dios que tenía Noemí.
1:16
Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a
dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo
será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
Renunció a los dioses de ella.
Renunció a poner la mirada en los hombres.
Dios es muy dulce que nos da su palabra.
1:17 Donde tú murieres, moriré
yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la
muerte hará separación entre nosotras dos.
Solo la muerte que declaración, que convicción.
Ruth dijo: yo no voy a soltar esta dulzura.
Dios no se impresiona con sentimentalismo, él mira un
corazón contrito y humillado
1:18 Y
viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
Así muchas veces es el diablo cuando nos ve tan resueltos a
seguir pegados de Jesucristo, el diablo no dice más.
Voy a callarme porque estos están pegados al Dios verdadero.
No les puedo meter más ruina ni enfermedad, dice el diablo,
porque le creyeron a la palabra de Dios.
Vamos a ver milagros maravillosos, Dios no hará de todo
porque la gloria de Dios en su templo es enorme.
1:19 Anduvieron, pues, ellas dos
hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la
ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
Belén: casa de pan.
No es esta la dulzura de Dios.
1:20 Y ella les respondía: No me
llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el
Todopoderoso.
Se ve que venía bien triste. Fue al contrario era dulce y se
volvió amargura.
Se quedó con Ruth.
1:21 Yo me fui llena, pero Jehová
me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová
ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
Los judíos si no se veía en bendición pensaban que era Dios.
Raíces de amargura que nos hace habla contra Dios
1:22 Así volvió Noemí, y Rut la
moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo
de la siega de la cebada.
Llegaron al comienz0o de la abundancia.
Ruth 2: 1 – 2
2:1
Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el
cual se llamaba Booz. 2:2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes
ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y
ella le respondió: Vé, hija mía.
Booz quiere decir gracia y
complacencia
Ruth declaró la bendición dijo:
yo voy a hallar gracia y se fue con alegría.
Ruth representa la iglesia y Booz
representa a Jesucristo.
No hagamos sino militar en las
promesas de Dios.
Juan 4: 34-
1:32:32
4:34
Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe
su obra. 4:35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la
siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la siega.
Eso fue lo que entendió Ruth.
Las bendiciones de Dios están
listas para segar. La bendición de Dios está servida para su pueblo que tiene
una disposición linda y agradable.
Vamos a segar lo que en Cristo se
nos dio.
Los campos de nuestros Señor
Jesucristo son las promesas y tenemos que ser fieles.
Alce sus ojos mire al Señor
Jesucristo. Nos lo dice el Espíritu Santo.
Todo eso es nuestro no se asuste
para la grande bendición que está servido.
Él nunca dijo que los perfectos
cojan las espigas, no, dijo mis hijos, los que son sinceros conmigo, han
confesado sus pecados y se ha apartado.
4:36 Y
el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que
siembra goce juntamente con el que siega.
Uno es el que siembra otro es el
que siega.
4:37
Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que
siega.
Muchos samaritanos creyeron por
la palabra de la mujer samaritana, no vieron ningún milagro
Juan 16: 33
16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Confiemos porque si él venció
nosotros somos más que vencedores.
Dios nos habló esto para que
tengamos paz.
Tal vez hemos perdidos la paz y
la esperanza, pero Dios trajo esta palabra para que tengamos paz y para
recobrar la esperanza.
Entremos en fidelidad a espigar
en los campos de Dios.
El mundo es al que bajo Nohemí,
bajo de la dulzura a la amargura.
Jesucristo es nuestro intercesor,
toque la puerta y verá que todo se va convirtiendo en un oasis, se va
convirtiendo en dulzura. Parece en las promesas de Dios, pero antes camine en
sus demandas: obedezca.