Mateo 17: 5
17:5 Mientras él aún hablaba, una
nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi
Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Si dice Hijo, es porque está hablando el Padre
Juan 2: 1 – 5
2:1 Al
tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de
Jesús. 2:2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 2:3 Y
faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 2:4 Jesús le dijo:
¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
María le dijo esto porque ya lo había visto hacer milagros y
por lo que le dijo el arcángel Gabriel.
2:5 Su madre dijo a los que
servían: Haced todo lo que os dijere.
Haced todo lo que el dice. Él es la misma palabra encarnada.
María Sabía la complacencia de Dios con Él.
El Padre dio testimonio que había que oír al Hijo y María
por el Espíritu Santo dijo lo mismo. El
Espíritu Santo estaba sobre ella.
Es un error decir que María es la madre de Dios.
María estaba sujeta a lo que Dios dijera por medio de su
hijo Jesucristo.
Es la madre de nuestro Señor Jesucristo. Es madre de
Jesucristo encarnado. Jesucristo es Dios, María fue el vaso por medio del cual
Jesucristo se encarnó.
María es un gran vaso de Dios que hay que honrar, pero no
endiosarla.
Sí María hace milagros ¿por qué no lo hizo ahí?
A María no se le ora.
1 Timoteo 2: 5
2:5 Porque hay un solo Dios, y un
solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre
Romanos 8: 34
8:34 ¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a
la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
Quien nos puede condenar a nosotros, si Jesucristo murió por
nosotros.
No hay ningún pasaje en la Biblia que diga que María
interceda por nosotros o por los hombres.
I Corintios 10:20
10:20
Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y
no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.
Lucas 1: 26- 36
1:26
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, 1:27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José,
de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 1:28 Y entrando el
ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo;
bendita tú entre las mujeres. 1:29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus
palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 1:30 Entonces el ángel le dijo:
María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
1:31 Y
ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS.
Ahora, eso es lo que pasó ayer
dimos a luz. A María se le anunció que iba a dar solución.
1:32
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el
trono de David su padre;
Dimos reventón para cosas grandes
1:33 y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Nosotros reventamos para reinar porque somos reyes y
sacerdotes.
1:34
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. 1:35
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder
del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que
nacerá, será llamado Hijo de Dios.
1:36 Y
he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y
este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 1:37 porque nada hay
imposible para Dios. 1:38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor;
hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
María se consideró sierva.
Hágase conmigo conforme su
palabra: Obediencia
Génesis 1: 27
1:27 Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó.
Por tanto, a María la creó Dios,
si Dios la hizo cómo iba a ser madre de Dios.
Fue madre de Jesucristo, pero de
Dios no.
Lucas 1: 45
Contexto María visito a Elizabet
y ésta le estaba diciendo lo siguiente
1:45 Y
bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte
del Señor.
Si creemos, Dios lo hace.
1:46
Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor;
Para eso estamos puestos para
glorificar a Cristo, engrandecer el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
1:47 Y
mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
María necesitaba salvación, según
lo dicho acá por ella, no es corredentora.
1:48
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán
bienaventurada todas las generaciones.
Vuelve a decirse sierva y estaba
segura de que la llamarían bienaventurada. A nosotros también nos dirán
bienaventurados porque hemos creído en nuestro Señor Jesucristo.
1:49 Porque
me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,
Veamos los milagros que ha hecho
Dios y no podemos entrar en la indiferencia.
1:50 Y
su misericordia es de generación en generación A los que le temen.
Los impíos no reconocen la
misericordia, llueve sobre justos e injustos, pero nosotros sí reconocemos la
misericordia de Dios
1:51
Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus
corazones.
Todo poderoso. Esparció a los
soberbios. Nosotros ya no podemos ser soberbios.
1:52
Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes.
Nos exaltó a nosotros, por eso
somos reyes y sacerdotes. Va a quitar a los poderosos. ¿qué más poderoso que el
pecado en el que andábamos? Y Dios lo quito de ahí
1:53 A
los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos.
“bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”, dice en Mateo.
El primer bien la salvación, el
segundo la transformación y el tercero todo lo necesario.
1:54
Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia
Socorre porque se acuerda de su
misericordia, en el momento más difícil el nos socorre por su misericordia.
1:55
De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para
siempre.
Su misericordia es para siempre.