Hechos 3: 1 – 16
3:1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la
de la oración.
La actitud de un
redimido es estar en comunión con Dios.
Pedro y Juna
iban a orar iban a buscar la presencia de Dios.
3:2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían
cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese
limosna de los que entraban en el templo.
La posición de Pedro
y de Juan, tenían la libertad para entrar a orar porque eran redimidos.
El cojo no podía
entrar a orar.
Jesucristo nos
redimió de nuestras culpas.
El cojo no tenía
la libertad de entrar, usted y yo tenemos la libertad de entrar a orar porque
somos redimidos.
Estamos en la
condición del cojo o en la de Pedro y de Juan.
El cojo era un
mendigo, nosotros no lo somos.
Nosotros somos
benditos dondequiera que vayamos.
3:3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el
templo, les rogaba que le diesen limosna.
Pedía dinero
porque nadie le había ofrecido algo más grande.
3:4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo:
Míranos.
Por eso es
importante mirar al hermano y darle una palabra.
3:5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos
algo.
3:6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo
te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Pedro sabía lo
que tenía que era más grande que el oro y que la plata.
Cuantos vienen
por algo materia, pero Dios quiere darte primero lo espiritual para que lo
material perdure.
Por qué
permitimos que el diablo nos lleve al extremo de la depresión si lo que tenemos
es grande.
A pedro no le
dio miedo reprender lo que operaba en el cojo y a nosotros a veces nos da
miedo.
El Espíritu
Santo nos está diciendo hoy que nos levantemos
3:7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento
se le afirmaron los pies y tobillos;
Fue de inmediato
3:8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en
el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
Cambio la
actitud cuando vino el poder de Jesucristo. Cambio la condición.
Jesucristo
cambió nuestra condición.
Dios no ha hecho
un milagro para que usted se queda ahí quieto.
Cambio la
condición ya no era mendigando sino alabando a Dios.
3:9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios.
Inmediatamente
le vieron el cambio.
Si en nosotros
no hay un cambio es que no hemos nacido de nuevo.
Ya podemos
entrar al lugar santísimo a orar por el poder del Espíritu Santo
3:10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir
limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto
por lo que le había sucedido.
¿Impactamos?
3:11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había
sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama
de Salomón.
3:12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones
israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en
nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?
3:13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de
nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis
y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad.
El redimido da
la gloria a Dios.
Si algo bueno
hablamos, hacemos o pensamos es por el poder del Espíritu Santo.
Conociendo la
Tora los religiosos de la época no reconocieron el poder que había en Pedro y
en Juan.
3:14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis
que se os diese un homicida,
Les recordó lo
que hicieron con Jesucristo.
3:15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha
resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
Nos resucito
espiritualmente.
3:16 Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y
conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta
completa sanidad en presencia de todos vosotros.
Por la fe en
Jesucristo se hacen los milagros, por la fe somos redimidos.
El que anda como
esclavo no es un redimido.
2 Samuel 6: 12 –
18
6:12 Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha
bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios.
Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a
la ciudad de David.
La actitud de
David fue de alegría.
Todo lo que
tenía era por la presencia de Dios.
¿Por qué
nosotros en maldiciones, en ruina?
Pasa que somos
incrédulos.
El que lo
redimió respalda lo que hizo en usted.
6:13 Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado
seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.
6:14 Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y
estaba David vestido con un efod de lino.
La actitud de un
redimido es estar gozoso y agradecido con Dios.
No lo hacía de
cualquier manera, lo hacía con toda su fuerza.
A nosotros ya
nos vistieron con vestiduras de salvación, de sacerdotes, de reyes de ministros
de Dios.
6:15 Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de
Jehová con júbilo y sonido de trompeta.
Era con alegría.
6:16 Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David,
aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que
saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón.
Lo menospreció
porque ella no era una redimida.
Que importa que
nos desprecien si tenemos lo que ellos nos tienen.
La actitud de un
redimido es testificar lo que Dios ha hecho en él.
6:17 Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su
lugar en medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David
holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.
6:18 Y cuando David había acabado de ofrecer los holocaustos
y ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos.
No se cansó de
alabar y glorificar a Dios.
Sin Jesucristo
somos nada.
Dios sigue
siendo Dios, pero nosotros sin él nada somos.
Con Cristo
tenemos mucho que dar.
Lucas 7: 36 – 50
7:36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y
habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
7:37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al
saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de
alabastro con perfume;
La condición de
la mujer era pecadora.
Nosotros fuimos
rescatados.
7:38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a
regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus
pies, y los ungía con el perfume.
7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo
para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que
le toca, que es pecadora.
Cuantas veces
pensamos que el Evangelio no es para algunos.
Dijo que
Jesucristo estaba mal relacionado.
Acá venimos lo
que hemos sido perdonados por Jesucristo
7:40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa
tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
7:41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía
quinientos denarios, y el otro cincuenta;
7:42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di,
pues, ¿cuál de ellos le amará más?
7:43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien
perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
7:44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer?
Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies
con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
7:45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha
cesado de besar mis pies.
7:46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con
perfume mis pies.
7:47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son
perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
7:48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
7:49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa,
comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
7:50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.
Veamos la
actitud del religioso y la del redimido.
El religioso se
creía bueno.
Si no
reconocemos nuestras faltas mal hacemos, necesitamos el perdón y de la
redención.
La actitud de la
mujer pecadora fue de arrepentimiento
El redimido
reconoce su falta, reconoce que necesita el perdón de Dios.
La actitud de un
redimido es apersonarse de que Dios es su Padre y que es el único que pude
consolarlo.
Cuantas veces
siendo conocedores de la palabra vamos a un ser humano en lugar de venir a los
pies de Cristo.
El maestro le reprochó
a él lo que había pensado de la mujer.
A nosotros se
nos perdonaron también pecados y graves porque todos los pecados lo son.
Un redimido
reconoce a Dios en todos los caminos, el verdadero redimido se siente
perdonado, se siente levantado por Dios.
Tus pecados te
son perdonados, no se lo dijo al fariseo, se lo dijo a la mujer pecadora como
nos lo dice hoy a nosotros.
Debemos cambiar
de actitud, sentirnos redimidos y perdonados.
Isaías 35
35:1 Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se
gozará y florecerá como la rosa.
Habla de
Jesucristo.
35:2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará
con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de
Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.
Los redimidos
veremos la gloria de Jehová
35:3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas
endebles.
Aquellos que no
tienen fuerzas de seguir adelante. Fortalecer las rodillas, los que no ven sino
derrota.
Nos tenemos que
fortalecer
35:4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he
aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os
salvará.
Levántese camine
siga adelante.
El pueblo de
dios anda de triunfo en triunfo.
Estamos
diseñados para vivir bueno, por el poder del Espíritu Santo. Que lo poco o lo
mucho que tengamos lo disfrutemos porque somos redimidos en Jesucristo.
El que viene a
poner el miedo es el diablo.
¿Cómo que se
acabó la entrada financiera y es que en los graneros de papito Dios se acabó el
alimento?
Está esperando
que sus redimidos crean y se humillen delante4 de él
35:5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los
oídos de los sordos se abrirán.
Está hablando
espiritualmente.
Cuando se
levante del desanimo sus ojos se abrirán para que veamos que si hay salida,
solución y esperanza.
35:6 Entonces
el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas
serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.
Saltamos de
alegría y de júbilo cuando reconocemos que fuimos redimidos.
En el desierto
nos conoció y en el desierto corren los ríos de agua viva.
35:7 El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal
en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de
cañas y juncos.
Abundancia
cuando nos sintamos redimidos.
35:8 Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de
Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que
anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
Jesucristo
estuvo con el mundo, pero no hizo lo del mundo.
Tenemos que ser
redimido para gozar de las bendiciones.
Suelte las
cadenas para que camine por esa calzada de santidad.
El redimido es
guardado de pecado, camina para su Señor.
35:9 No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se
hallará, para que caminen los redimidos.
Al redimido, el
diablo no lo puede tocar. Por torpe que sea el redimido, el diablo no lo puede
tocar.
Vendrá el
enemigo, pero no puede tocarnos porque sobre nosotros está la señal de la
sangre de Jesucristo.
Por eso tenemos
que sentirnos confiados.
Por donde
caminan los redimidos el diablo no puede estar, le estorbamos al diablo.
35:10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion
con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría,
y huirán la tristeza y el gemido.
La tristeza, la
depresión no puede enseñorearse de nosotros.
Ni la ruina ni
la derrota pueden enseñorearse de nosotros.
Gozo y alegría
permanecerán en nosotros por ser redimidos.
La tristeza y el
quejido huirán por ser redimidos.
Es la actitud de
un redimido, la actitud que debemos tener.
El redimido está
ahí parado en la brecha.
El redimido es
esforzado, clama, busca a su Señor, pero no se hunde y no se deja hundir por el
diablo.
El redimido
ejerce la autoridad que tiene en Jesucristo
El pueblo de
Dios es guardado dondequiera que esté.
Los redimidos
somos guardados
No habrá hambre,
no habrá desnudez, no habrá pestes, no habrá nada que venga contra un redimido
porque su Creador pelea por él.
No es hora de
llorar es hora de clamar.