Pongamos mucha atención porque no es el
Evangelio el que se tiene que acomodar a nosotros sino nosotros al Evangelio.
Cuando alguien le dice a usted que hay que
luchar a muerte algo en el trabajo significa que hay que trabajar con todo, es
ponerle muchas ganas, mucha disposición.
En un trabajo, o en el deporte, o en el
estudio uno tiene que obedecer, uno de los grandes principios en el Reino de
Dios es la obediencia. Sin embargo uno de los principales defectos de nuestro
tiempo es la maldita desobediencia, a nadie le gusta obedecer, ni a los padres,
ni a los maestros, ni a los jefes. A veces se obedece para que no lo echen,
pero luego se murmura de quien dio la orden.
Nadie reconoce ni asume responsabilidades,
por la desobediencia.
Cuando nos llenamos de la palabra de Dios
nuestros actos consecuentes con las ordenanzas de Dios en su Palabra.
Romanos 6: 9 – 14
“sabiendo
que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas;
mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al
pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el
pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como
instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de
entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley,
sino bajo la gracia”.
Cristo venció la muerte en la cruz del
Calvario, resucitó al tercer día, ya la muerte no se va a enseñorear de él
porque él la venció.
Versículo 10
“Porque
en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para
Dios vive”.
Muerte para vivir. Cuando entregamos la vida
al señor morimos para el pecado. Es a muerte con el pecado, todos lo que se
esté manifestando en nosotros como pecado. Como hijos de Dios tenemos que
decirle al pecado: en el nombre de Jesucristo tienes que morir.
Morí al pecado para que realmente podamos vivir
para Dios. Hay que vivir para Dios.
Todo tenemos que hacerlo como para Dios, todo
lo que hagamos, hagámoslo para la gloria de Dios.
El ayer ya pasó, el futuro está asegurado en
Cristo y lo único que tenemos es el presente, el presente es que estamos aquí y
el Espíritu Santo nos está hablando, tenemos que estar atentos a lo que Dios
nos está diciendo.
Esto no es de hablar, una imagen vale más que
mil palabras, a nosotros nos tienen que oler y ver que somos de Cristo, el
Señor.
Lo que todavía esté estorbando en nuestra
vida espiritual, hay que sacarlo de una vez por todas.
Si los trabajos los tomamos con una
responsabilidad enorme, esto que es eterno demanda más responsabilidad.
Si usted no hace morir hoy lo que está
dañando su vida espiritual, entonces va a podrir todas sus bendiciones, por un
pequeño detalles que usted no corrigió a tiempo entonces se le viene todo el
edificio encima.
Dios nos ha hablado, nos ha profetizado de una
mega victoria y en ella nos tenemos que mover. Nuestra nueva naturaleza es
vivir en santidad.
La Iglesia de nuestro Señor Jesucristo no es
un club social, la iglesia es el cuerpo de Cristo.
Si caemos en error pidamos perdón y pidámosle
que nos ayude a salir de ahí. Si lo pide de corazón Dios lo quita.
Jesucristo es un Cambio de vida, no es
religión, Dios está muy lejos de las religiones.
A muerte lo que tiene que morir hoy, tiene
que morir, el Espíritu Santo le va iluminar a su conciencia, Él le dirá que
tiene que sacar de su vida hoy. Si usted
le pide de corazón a Dios que quite un defecto él lo hace.
Versículo 11
“Así
también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro”.
Nosotros los que tenemos a Cristo en el
corazón debemos considerarnos muertos al pecado.
Para vivir para Dios hay que morir al pecado.
Palabra que aprendamos, palabra que con la
ayuda del Espíritu Santo la vamos a realizar. Por nosotros no podemos, pero si
pedimos la ayuda del Espíritu Santo, él lo hará porque él lo prometió.
Versículo 12
“No
reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en
sus concupiscencias;”
Concupiscencia es un deseo desenfrenado de la
carne en cualquier área.
Versículo 13
“ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,
sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia”.
La gente está muerta en delitos y pecados,
pero nosotros tenemos que hacernos ver como lo que somos: cristianos.
Versículo 14
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la
ley, sino bajo la gracia”.
Que sentencia la del Espíritu
Santo, nos podemos sufrir por nada, tenemos que reprender la incredulidad que
nos está haciendo esclavos.
El salmo 23: 1 dice: “Yahvé es
mi pastor nada me faltará”, parece en ese solo versículo, y usted todo
atemorizado porque no tiene con qué pagar esto o aquello. Parece en ese versículo
y dígale al Señor: a mí nada me faltara porque tu palabra dice que tu eres mi
pastor, soy hechura tuya, yo creo, Jesucristo, que desciende ahora mismo la
solución a ese problema, pruebe las delicias del reino de Dios que es justicia,
paz y gozo en el Espíritu.
El futuro es nuestro en Cristo
Jesús, es lo más halagüeño que tenemos, tenemos salvación vida eterna y todo
puesto en sus manos se puede lograr.
Simplemente: a muerte con el
pecado que se esté manifestando en tu vida.
Tenemos la mente de Cristo y
tener la mente de Cristo es tener la palabra implantada en nuestros corazones y
aplicarla en la vida diaria.
No pare más sus bendiciones,
dice el Espíritu Santo de Dios. No es Dios el que está reteniendo, Dios quiere
calidad de vida, déjese pulir, le toca a usted, a muerte con el pecado, para
que usted vea la gran bendición de Dios.
Dice la palabra que somos reyes
y sacerdotes, las circunstancias no reina sobre el rey, el rey reina sobre las
circunstancias, hay que ir a muerte con lo que está estorbando.
El Evangelio no es hablar lindo,
el Evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, a muerte
hoy con lo que tenga que morir en nuestras vidas, ya no sigamos mendigando más,
nos tenemos que sentir como lo que somos con nuestra nueva naturaleza de reyes,
de vencedores, más que vencedores, eso ya se tiene que dar, a partir de hoy que
muera todo lo que tiene que morir, todo vestigio de pecado tiene que morir.
Si hacemos morir por el Espíritu
Santo lçel pecado, mire lo que se no espera:
Isaías 62: 5 – 12
“Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus
hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios
tuyo. Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la
noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis
tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la
tierra. Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás
daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es
fruto de tu trabajo; sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a
Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario.
Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la
calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. He aquí que Jehová
hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene
tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra. Y les
llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada,
no desamparada”.
Si hacemos morir el pecado en
nuestras vidas, como el esposo se goza con la esposa así se gozará contigo el
Dios tuyo, dice la escritura. Tener a Dios contento con uno es tener Zacarías
1, es tener los cielos abiertos y una lluvia de bendiciones sobre nuestra vida,
no importa lo que estés viendo en la realidad, cree solamente. Todo tiene su
tiempo. Cree solamente y vendrá.
Versículo 6
“Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la
noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis,”
A muerte, no reposéis. Sobre tu
hogar, sobre tus finanzas, sobre tu salud, sobre tu trabajo he puesto guardas, no
callemos lo que sabemos, declaremos la palabra a las circunstancias, una cosa
es la realidad y otra cosa es la verdad de Dios. Satanás le baila en la
realidad y anuncia que no se puede, pero Dios, en la verdad, dice: todo es
posible para el que cree.
Ante cualquier problema
profetízale a eso y eso caerá.
Nosotros nos acordamos de Yahvé
Dios, estamos escuchando su palabra.
Versículo 7
“ni le deis tregua, hasta que
restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra”.
Hasta que restablezca tu vida.
No dejes de creer. La bendición de Dios es integral Él te restaurará.
Lo que nos acordamos de Yahvé no
podemos reposar, ya le dimos muchas largas a la carne y eso se acabó hoy.
Versículo 8
“Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás
daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es
fruto de tu trabajo;”
Somos benditos al entrar y al
salir. Todo lo que hagas va a prosperar y el enemigo, el usurpador, la ruina,
la miseria no podrá tocar la prosperidad aún física y financiera que vamos a
tener en Cristo Jesús, pero a muerte con lo que esté irrumpiendo en nuestras
vidas en pecado.
Versículo 9 y 10
“sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que
lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario. Pasad, pasad por las puertas; barred el
camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón
a los pueblos. ”.
Allanar es aplanar, emparejar.
Hay que sacar el pecado para que
la bendición se mueva a una velocidad descomunal. La bendición está lenta por
nuestros pecados. La incredulidad no nos deja.
Versículo 11
“He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la
hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y
delante de él su obra”.
La hija de Sion son los hijos de
Dios, esto es para nosotros. Es el 11 del mes 6, y en el versículo 11 la gran
promesa de Dios: Di a mis hijos he aquí que yo vengo a salvarlos de toda
situación, he aquí que su recompensa viene conmigo, dice el Señor y delante de
él su obra, la obra de Dios que somos nosotros, hechura de Dios, restablecidos,
reconciliados, restaurados en Cristo Jesús, Señor nuestro. Este versículo es para
nosotros y no es para mañana, vengo con gran bendición, pero demando de ustedes
que saquen el anatema y vayan a muerte contra el pecado.
Versículo 12
“Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán
Ciudad Deseada, no desamparada”.
Nos llamarán Pueblo Santo,
pueblo Santo es el que se apartó del pecado, sin santidad nadie verá a Dios, ni
la bendición de Dios, por eso a muerte con el pecado.
La Iglesia del Señor es una
iglesia pura, no hay pecado en ella. Hay que sacar ya al pecado.
El brazo de Dios está extendido
sobre cada familia aquí representada, el favor de Dios está sobre cada familia,
lo único que Él espera de nosotros es que vamos a muerte con el pecado,
con lo que esté estorbando esa
manifestación de la bendición, de la lluvia de bendición sobre mi vida y sobre
mi familia. Hoy vine por toda, hoy vine por lo que es mío y lo mío nadie me lo
quita dice el Señor.
A ti te llamarán pueblo Santo,
Pueblo bendito, no desamparado, ciertamente cobijados, ciertamente en cobertura, los benditos, los redimidos de
Yahvé Dios.