NOTA: El blog no admite toda la palabra expuesta, por lo tanto desde hoy haremos segundas partes desde donde el blog borra, repitiendo el último párrafo de la primera parte
A los que no creen, Dios los tiene que dejar
por no creer.
El motor es creerle no importa la situación.
Dirección
Es la séptima palabra
Hechos 8: 26
“Un
ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el
camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto”.
Ángel es mensajero. Hoy Dios me ha enviado
con esta palabra a ustedes.
Iglesia, levántate dice el Señor, porque has
dormido mucho ya, se ha despejado las tinieblas y mi pueblo se levanta, hoy,
levántate, Iglesia es una orden del Espíritu Santo de Dios y yo les daré la
victoria, solamente levántense, ahora dice el Señor.
Dirección, Dios nos dice hagan aquello.
Levántate, Iglesia dice el Señor, anda en mi
gloria, están ordenados para ella, en el día a día, mi luz tiene que
resplandecer en vuestras vidas. Han estado dormidos por largo, he traído esta
palabra para despertarlos, no claudiquéis en vuestros pensamientos, seguidme y
viviréis, ven a mí de todo corazón y recibid de la fuente inagotable de la
vida, ¿quién es el que les habla; Iglesia, quién es el que les habla? No a la
duda, si se puede, yo voy delante de vosotros como poderoso gigante, salid
mostraos, porque mi gloria está en vosotros, sacúdete, Iglesia.
Fruto
La octava palabra
Romanos 6: 22
“Mas
ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis
por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.
El fruto de santificación, si ve el fruto en
sus 8 manifestaciones, todo conlleva a la santificación al apartarnos del
pecado.
La iglesia en ocho palabras: Unión, viento,
fuego, pasión, poder, pureza, dirección y fruto.
Nosotros somos parte de la Iglesia de nuestro
Señor Jesucristo donde la palabra que se dicta lleva a la santidad porque sin
santidad nadie verá al Señor.
Ojo con las actitudes ante las distintas
cosas de la vida diaria, buena actitud, este es el día que hizo mi Dios en el
cual me alegraré y me gozaré.
La iglesia que se va en el arrebatamiento es
una iglesia llena de júbilo, llena de gozo, no quejándose del diario quehacer,
del diario vivir, es una Iglesia llena de alegría, no importa lo que esté
sucediendo. Todo tiene un propósito, hoy estamos reunidos con tremendo
propósito y ya nos quedó claro el tremendo propósito que Dios tiene sobre
nuestras vidas.
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