jueves, 22 de mayo de 2014

Vive el hoy



El día de Dios es todos los días, dependemos de Dios y todos los días son para él. Él dice que él se goza en sus santos y los que estamos en Cristo somos esos santos. En sus santos es integra la alabanza.

Salmos 31: 14 – 16

Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia.

A quien vamos a reconocer como nuestro Dios, en quien va a esperar usted como su Salvador. La ayuda que el hombre nos da siempre es con un interés. Dios, lo único que quiere es el bienestar nuestro.
En tu mano están mis tiempos, todos nuestros problemas están en las manos del Señor si nosotros los ponemos en sus manos.

Eclesiastés 3: 1

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Si entendemos esto vivimos el hoy. No pensemos en lo que fue el pasado, no pensemos en lo que va a hacer mañana, vivamos el presente. Hoy es el día que el Señor ha hecho para que nos gocemos y nos deleitemos en su palabra.

En el Salmo 31: 15

Dios nos dice que el auxilio para todo, el quita todos los problemas.
Que más perseguidor que el enemigo acusándolo a uno. 

En el 16

Que hoy resplandezca el rostro con la presencia de Jesucristo. Dios nos salva de cualquier encrucijada, pero Dios quiere que vivamos el hoy. Solo hay un día a la vez debemos disfrutarlo. Dios quiere que vivamos el día a día para él.

No nos dejemos perturbar por ningún problema, el enemigo quiere quitarnos la paz, que él no nos quite la esperanza. Nosotros hacemos juego al enemigo dejándonos quitar la paz, sabiendo que Jesucristo dice: “mi paz os dejo, mi paz os doy, no se turbe vuestro corazón, ni tengas miedo…”

Éxodo 16: 4 – 5

Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.  Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.  Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto,

Como eso pasó hace mucho tiempo el diablo nos hace creer que hoy no pasa. El mismo Dios que sostuvo a los israelitas en el desierto, es el mismo que nos sostiene a nosotros hoy. Si andamos en comunión con Dios él se encargará del hoy.

Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos;  y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.  Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.  Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.  Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.  En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.  Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.  Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió.

Crió gusanos porque desobedecieron al Señor. A veces nosotros somos así desesperados porque nos hace falta algo para mañana, si Dios nos dice que el mañana está asegurado, podemos reposar en Jesucristo después de poner los problemas en la mesa del Señor.

Hoy recogemos esta palabra porque esta palabra nos va a servir en algún momento. Dios nos habla a cada uno según el problema que estemos viviendo. Es la misma palabra, pero a cada uno nos habla de una manera diferente. Esta palabra usted la está atesorando hoy.

II Reyes 4: 8 – 12

Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios.  Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió.  Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él.

Eliseo no tenía que preocupar por qué iba a comer porque Dios tiene sus canales para resolver nuestros problemas. Cuando Dios utilice a alguien tenemos que ser humildes para aceptar lo que se nos presenta porque es Dios quien da.

Dios pone a que siembren en nosotros porque Dios nos da gracia delante de personas.

Otra enseñanza es que la mujer contó con el esposo, los que somos casados debemos tener en cuenta al otro para tomar decisiones, y los dos contar con la dirección de Dios, a Dios le  gusta que contemos con él.

Isaías 43: 10 – 12

Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.  Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.  Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.

Isaías 49: 1

Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

El Señor nos llamó desde antes de la fundación del mundo y nos tiene en memoria o sea que piensa en nosotros, ¿cómo nos va a dejar desamparados? Él no nos deja en el problema. El propósito de Dios es que usted y yo disfrutemos. Dios no se olvida de nosotros.

En el versículo 3

y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.

Cambiemos el nombre de Israel por el nuestro. Esto para que prediquemos de un Dios grande y fuerte, que hace nuevas todas las cosas y que todo lo puede.

En el Versículo 5 dice:

Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza);

Tenemos que sentir que somos siervos de Dios. El me escogió para él ser nuestra fuerza. Nuestra fortaleza debe estar en él. 

Para Dios somos de mucho valor. Dios nos recogió y nos dio un valor. Sintámonos así valorados por el Señor.

En el versículo 15:

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

La mujer se puede olvidar de su hijo, pero Dios no nos olvida a nosotros nunca.  Como dice el Salmo 27: “aunque mi padre y mi madre me dejaren con todo y eso Dios me recogerá”

Isaías 55: 11

así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

La palabra de Dios que se predica, siempre tiene que producir sus efectos, pues no vuelve a Dios vacía, tiene que producir resultados en nosotros.  Vivamos por la palabra de Dios. Por esa palabra recibiremos el milagro por el que estamos clamando.

El propósito de Dios para nuestras vidas es que vivamos el hoy para su gloria. Esta palabra nos trae bendición.

Dios quiere que siempre nos gocemos con la bendición. Muchas veces anulamos las bendiciones por nuestra incredulidad. No vemos la gloria de Dios, en muchas ocasiones, por nuestra mediocridad

Deuteronomio 11: 26

He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:

Dios pone la bendición hoy. Dios nos pone a escoger entre las dos cosas: Bendición o maldición
Salmos 25: 6 – 7

Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz,

Nosotros somos hechura de Dios. El pastor sustenta a sus ovejas, las cuida, las protege. Estamos puestos para que alabemos a Dios.

Zacarías 9: 12 

Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble.

Si nos volvemos a Dios tendremos mucho porque él nos restaurará. Nos tenemos que volver a él para obtener las grandes bendiciones que tiene para nosotros.

Vivamos el hoy que Dios se encargará del mañana.

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