domingo, 8 de noviembre de 2015

Agresivos para la conquista



Miqueas 5 lo vimos el domingo pero lo vamos a repasar

Miqueas 5: 7 – 9

El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres. Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape. Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos”.

Dios dice que nosotros somos reyes y sacerdotes para él. Un rey reina. El pueblo de Dios tiene que reinar en medio de la situación. La dificultad no se puede enseñorear sobre nosotros.

El león está diseñado para mostrar lo que tiene desde pequeño. Así el enemigo le haga ver que su posición es de derrota, hágale ver que usted es más que vencedor en Cristo Jesús. Muestre el poder que Dios le ha dado. 

Jueces 16: 27 - 31

Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo. Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros. Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.  Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas. Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.  Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida. Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años”.

Sansón se salió de la cobertura de Dios y los filisteos lo cogieron preso y hasta le sacaron los ojos.

Dagón era un demonio, un ídolo. El enemigo se burla de nosotros cuando le mostramos temor cobardía o duda, le servimos de juguete. Si hubiera estado con la cobertura de Dios, el enemigo tendría que huir como lo había hecho muchas veces. Si usted está bien parado el enemigo no puede enseñorearse de usted.

¿Cuántas veces dicen nuestros adversarios?: “mirad como está, mirad que lo que estamos haciendo contra ellos si sirve”. Mentira, lo que pasa es que somos unos mediocres porque usted se está dejando meter el cuento del diablo que usted está mal. Usted es un hijo de Dios, es un rey. Somos ministros, somos siervos del Dios viviente. Fuimos comprados por precio, valemos mucho.

Cuando le creemos al enemigo es porque hemos perdido la identidad. Dios quiere que recobremos la identidad que tenemos en Jesucristo. Parémonos en la raya y digámosle al enemigo: “yo soy un bendito de Yahvé Dios.

Declaremos: “yo no soy un derrotado, soy un vencedor”.

A cuántos de acá Dios nos ha utilizado en cosas grandes, para traer almas al reino de Dios.

Si usted cayó de la unción de Dios y no ha querido levantarse, el enemigo se alegra. Usted era tropiezo para el enemigo. El enemigo no llora porque usted está derrotado, el enemigo aplaude y ser ría de usted. ¿Hasta cuándo va a permitir que el enemigo se ría de usted? Levántese de su derrota. Levántese y dígale al enemigo, a esa situación: “yos soy un bendito de Dios”.

En medio de la guerra y de la oración cuántos demonios ha destruido usted, por eso no se deje bajar por cualquier cosa.

De pronto el enemigo lo batió fácil a usted porque usted en las guerras no daba en el blanco. Si usted da en el blanco el enemigo no lo puede tumbar.

Usted con sus oraciones ha destruido planes del diablo. Si en otro momento usted lo ha hecho, ¿qué pasa que ahora no lo está haciendo?

Cuando caemos de la gracia de Dios, de la cobertura, hablamos de Dios y los demás se burlan porque servimos de juguetes, porque no estamos viviendo la palabra, porque la palabra no está siendo una realidad en su vida. 

Cuando usted está parado en santidad Dios respalda esa palabra, Dios no avergüenza a sus hijos.

Acá venimos a buscar de Dios no espere que quien predica vengan y lo soben, usted viene acá a escuchar palabra viva y si nosotros cambiamos el mensaje, se nos cobrará a nosotros. 

Dios nos tiene para predicar la palabra no para ocultarle a usted la verdad.

Usted vino donde el Espíritu de Dios rompe cadenas en su vida. Quien predique la palabra, hay muchos, pero quien la predique como está escrita pocos. Dios quiere que cojamos lo que Dios nos dice porque son palabras de vida eterna, palabra que nos levanten. No son palabras que nos lleven al infierno.

Aquí nos preparamos para el reino de los cielos.

Si quiere que lo soben le va mejor en una denominación.

Acá venimos para que Cristo desnude nuestro corazón, nos muestre nuestros errores y que cambiemos. Acá no es para oír el evangelio de la prosperidad.

Sansón pidió ayuda para que lo pusieran sobre las columnas.

Sansón tenía una limitación. ¿Cuál es tu limitación en este día? Limitaciones de problemas, de situaciones que usted no es capaz de dejar, y que no lo dejan avanzar.

Sansón clamó a Jehová en medio de la limitación, en medio del problema, de la dificultad. Dios quiere que levantemos clamor, levantemos oración a él, para que nos fortalezca y nos ayude.

Pide fortaleza que Él te la da. Él es tu ayuda, Él es tu aliento.

Sansón a pesar de que se había salido de la cobertura y era preso de la situación en que estaba clamó y pidió fortaleza.

Cuántas veces en lugar de clamar nos vamos, nos salimos de la cobertura, perdemos la confianza en Dios.

Diga: “Señor fortaléceme para poder conquistar”. En medio de la debilidad no se puede conquistar.

Si no ha creído no se puede levantar en agresividad y el reino de los cielos lo arrebatan los violentos. Pídale al Señor fuerzas para poder ser agresivo y conquistar.

Sansón lo dio todo. 

Señor dame fuerza que hoy tiene que parar esto en mi vida, hoy tienen que caer las cadenas de mi vida.
Señor hoy hay respuestas para mi vida, para mi hogar. Yo lo doy todo.

Que hoy muera la mediocridad, la incredulidad, la soberbia.

Debemos estar firmes porque Dios está obrando. Inclínate ante el Señor y entrégate totalmente. Entregue la autosuficiencia y la autocompasión.

Sansón lo entregó todo a pesar que estaba dolido por la situación, por haberle fallado al pueblo y por haberle fallado a Dios.

Quizás tiene poquitas fuerzas con esas poquitas fuerzas entréguese hoy.

Lo que Sansón no pudo hacer cuando estaba bien lo hizo en la debilidad. Es donde más le gusta a Dios glorificarse, dónde no hay nada.

Dios quiere que en esa situación clame, para ver la respuesta, si usted lo puede creer.

El enemigo cuando viene es agresivo, acaba con su salud, con sus finanzas, con su hogar, con todo. El enemigo no conoce la misericordia. Él no da tregua nosotros sí, el no descansa, nosotros sí. 

Jueces 6: 6

De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová”.

El pueblo estaba arruinado y cuando ellos clamaron, Dios empezó a glorificarse.

Vamos al versículo 10

y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz”.

Ellos no obedecían a la voz de Dios. Así somos nosotros.

Jueces 6: 12 -14

Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.  Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”

En medio del dolor en que usted está, Dios le dice: “Jehová está contigo varón esforzado y valiente”. El reino de los cielos lo arrebatan aquellos que son esforzados, no los cobardes, no los miedosos.

El ángel de Dios se le apareció. Aquí no estamos viendo ángeles, pero estamos viendo que es el Espíritu Santo el que nos está hablando por medio de su palabra, una palabra para que lo aliente y lo levante. 

Dios no nos entrega en manos del enemigo, somos nosotros los que nos entregamos porque le abrimos las puertas.

Dios hablándole cara a cara y usted preguntando ¿dónde están sus maravillas?

Levántese con esa fuerza que Dios le ha dado. Él le dice: “¿no te envío yo?”

Jueces 7: 1 -7

Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle. Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar”.

¿Cuántas veces nosotros somos eso miedosos que nos devolvemos? No somos capaces de seguir adelante sabiendo que nos envía Dios con su fuerza.

Vea acá como somos de poquitos y que estos poquitos, Dios muestra su gloria, con estos pocos Dios hace maravillas y trae almas para su reino.

Si usted es de los miedosos pídale perdón a Dios y revalúe. El temor no le  deja ver la gloria de Dios. 

Acá somos poquitos porque muchos no aguantan la palabra, porque es una palabra fuerte, de compromiso, de consagración. A muchos les da miedo dejar el mundo. 


Cuando le entregamos la vida a Cristo somos una nueva creación, es una renuncia al mundo, es una renuncia a lo que el mundo nos ofrece. 

A Dios no le gusta que el hombre se ufane, a Dios le gusta mostrar su gloria, no es usted, es Dios en usted.
Llegamos a las situaciones duras para probarnos allí.

Dios quiere que usted se esfuerce y le muestre finura.

A muchos les gusta las cosas fáciles, les gusta que les hablen cosas lindas, les gusta oír un evangelio de prosperidad. No les gusta que les hablen con un evangelio de consagración.

A Dios no le sirve un pueblo conformista.

Cómo lo va a utilizar Dios para ir donde almas que están pasando por situaciones adversas si usted está en cobardía. Cómo le va a decir usted a una persona que se fortalezca en Dios, si usted no se ha fortalecido, cómo le va a decir que se afirme con el Señor si usted no lo ha hecho. 

Aquí somos como 40 y con estos 40, Dios hace maravillas y si de los 40 no se disponen sino 10, con esos 10, Dios hace maravillas.

Mateo 12: 28 – 30

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”.

Está hablando Jesús. 

¿Cuántas veces hemos desparramado la palabra de Dios?

Como entrar arrebatarle al enemigo si primero no ata lo que está operando.

Si usted no tiene unidad con el Espíritu de Dios no hay respuesta en su vida. 

Si usted no recoge lo que el Espíritu Santo le está hablando, usted está desparramando la bendición. No despilfarre lo que Dios le está regalando.

II Reyes 2: 8 – 14

“Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco. Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.  Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo”.

El manto es cobertura y para un judío era muy importante. Para nosotros es la cobertura del Dios Todopoderoso y es importantísima.

Tome la autoridad y dele al enemigo con fuerza. Ejerza lo que Dios le dio con autoridad.

A esa palabra de Dios que tenemos en nuestros labios el enemigo tiene que obedecer.

Eliseo pidió mucho: una doble Proción. Él sabía que no había nada imposible.

Elías le puso condición. Hay que estar atento porque la petición es grande.

Si está consagrado a Dios el enemigo no le puede quitar lo suyo. 

Tiene que estar atento porque es Dios quien le está hablando a su vida. 

Eliseo hizo lo mismo que había hecho Elías. Eliseo Declaró la palabra y le fue hecho. Nosotros somos hombres de Dios como lo eran Elías y Eliseo, hombres de Dios que nos decidimos a creerle. Agresivos para la conquista. Dios es para todo aquel que se dispone.

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