Recuerde lo que más aborrece Dios es la
maldita religiosidad. Unos andan con faldas hasta los tobillos, unos dicen que
hay que guardar los sábados, otros que hay que guardar el domingo, otros no
guardan nada, se mantienen guardando un montón de cosas, pero no guardan la
palabra, no obedecen la palabra, se llenaron de religiosidad, se llenaron de
mentira.
Si yo no creo lo que estoy orando estoy en
pecado, pero sí creo lo que estoy orando Dios va a honrar mi fe. El motor para
que Dios actúe es la bendita fe.
El mundo está esperando el impacto de los
hijos de Dios y esto está en Romanos 8: 19
Números 20: 26
“y
desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque
Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá”.
Aarón era un sacerdote y nosotros somos reyes
y sacerdotes de un nuevo pacto en la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
Hay un cambio de sacerdote. Lo que quiere
significar con esto es que sus sacerdotes son santos y sin santidad nadie va a
ver a nuestro Señor Jesucristo. No podemos ser de doble faz, tenemos que ser
originales, si hay pecado oculto, confiéselas delante de Dios.
Él nos dijo el primero de enero: “El fuego
arderá continuamente en el altar y no se apagará”, ¿cuál fuego?, el fuego del
Espíritu Santo, el fuego de la unción, hay que mantener ese fuego avivado en
oración, en suplica.
Aarón se despojó para dar las vestiduras a
Eleazar. Dios se despojó de lo mejor de su hijo unigénito.
Números 20: 1-6
“Llegaron
los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes
primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.
Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.
Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando
perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para
que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? ¿Y por qué nos has hecho subir de
Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras,
de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber. Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la
congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus
rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos”.
Muchas veces al liderazgo se le echa toda la
culpa.
Ellos se fueron de la congregación a
postrarse delante de Dios que podía suplir la necesidad. Estaban dando ejemplo,
el pueblo estaba murmurando en lugar de ir a Dios como les habían enseñado.
Nosotros hemos visto, sanidades,
restauraciones, milagros y sin embargo: mire el título: enmudecemos ante la
situación.
Cuando David iba a pelear contra el gigante,
lo vistieron con la armadura de Saúl y
le dieron su espada y David se despojó de la armadura y entregó la espada y
cogió una cauchera, una mochila pequeña y unas piedras dentro de ella; luego le
declaró a Saúl: ese filisteo, ese gigante, que nos está asustando, Dios lo va a
entregar, porque no es a nosotros a quienes está increpando sino al Dios de
Israel, al Dios Todopoderoso es al que está insultando.
David no enmudeció delante de la situación,
los otros enmudecieron y se fueron contra el liderazgo.
Cuando David estaba contra el gigante le
dijo: Dios te entregará en mis manos, porque tú estás en maldición, yo estoy en
bendición.
Nosotros no podemos enmudecer ante las
dificultades. No podemos terminar el año sin disfrutar la megavictoria. Usted
que arranca y esto es infinito, esto no vuelve a parar. Tenemos la victoria,
pero si usted está enmudeciendo no la verá.
Aarón y Moisés se fueron a la presencia y
vieron la gloria de Dios.
Hay que declarar la bendición, usted se tiene
que sentir bendito, bendita y tiene que declarar lo que es.
Oseas 12: 13
“Y por
un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado”.
Nosotros por el Señor de Señores, salimos del
egipto del pecado y por el Señor de señores nosotros somos guardados, cómo va a
venir el enemigo y se va a plantar y se va a enterrar esa situación, no, no eso
no es posible. Yo le creo a Dios y no voy a enmudecer y no me voy a quedar aquí
mirando la situación, me voy a levantar y voy a ir al tabernáculo, a la
comunicación con Dios a orar y orar y la situación tiene que cambiar.
Por un profeta, por un hijo de Dios que se
ponga en las rodillas, Dios hace maravillas.
A las rodillas, pero en santidad, porque hay
gente que no anda en santidad y su oración es un metal que resuena.
Ninguno es perfecto, pero si debe tener una
disposición perfecta, estar siempre dispuesto hacia él.
Dios mío yo creo que desvaneces esta
situación, yo creo que tú la arreglas, así como David le declaró al rey
Saúl y al gigante así, yo te declaro a
ti Rey de reyes, mi salvador y le declaro a la situación que tiene que
desaparecer.
Dios dice en su palabra que nos ha dado un
espíritu de poder, de amor y de domino propio.
Romanos 4: 17 – 18
“(como está
escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien
creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si
fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de
muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia”.
Abraham casi de 100 años y creyó la promesa
de Dios, no enmudeció esperanza contra esperanza cada vez más decrepito, pero
creyó.
Así debemos hacer frente a la situación, no
enmudecer: eso tiene que caer.
Las vestiduras de Aarón fueron pasadas a
Eleazar el uno representaba lo viejo el otro lo nuevo. Nosotros en Cristo
estamos nuevos, asegúrese que usted haya nacido de nuevo y mantener ese nuevo
nacimiento.
Dios dice a sus hijos: sin creen lo que son
entonces el diablo les va a quitar todo lo que yo les he dado. Nosotros somos unos bendecidos en Cristo por toda la
eternidad, somos unos benditos en las moradas celestiales por Cristo Jesús.
Hasta cuando, dice el Espíritu Santo, les voy
a esperar. Son mis redimidos, son mi pueblo, que para otros no lo son, pero
para mí lo son dice el Espíritu de Dios. Sientan los que son en mí, porque yo
si siento lo que son, son mis hijos amados y ay del que los toque, ustedes ha
visto mi poder cuando han venido situaciones y personas contra ustedes. A veces
ni se ha dado cuenta cuando han venido acechándolos por aquí y por allá y yo he
desvanecido ejércitos. Situaciones que han venido apabullando yo, dice el Señor,
las he espantado y ni siquiera ustedes han sido consientes de eso. Cómo no van
a sentir lo que yo estoy sintiendo por ustedes: puro amor, puro beneficio, los
quiero honrar dice el Señor, ante todo lo que venga, yo los quiero honrar, pero
ustedes tiene que permitir eso, que se les honre, ustedes tiene que sentir y
están capacitados para sentirlo, que he puesto mi sello en ustedes, ese sello,
mi Espíritu Santo les tiene que hacerlos sentir lo que son para mí. El diablo
les teme por el conocimiento que tienen, por el poder mío expresado en ustedes.
El diablo les teme, cómo van ir de huida, el que enmudece peca. El que se queda
quieto ante la situación está pecando delante de mí. Mi pueblo es de acción, mi
pueblo es de fe y mi Espíritu Santo siempre los llevará, siempre los honrará y
los pondrá arriba y no abajo, por cabeza y no por cola. Tiene que sentir lo que
son: mis hijos amados, mi precioso tesoro, tiene un gran precio, la sangre de
mi hijo vertida en un madero, la sangre preciosa del Cordero de Dios, de mi
Cordero dice el Señor, cómo va venir el enemigo a menos valorar, cómo va a
venir el enemigo a hacerlos sentir poca cosa, cuando delante de mí son
perfectos por la sangre de mi Hijo. Tienen el sello de la perfección. La
situación no se puede seguir enseñoreando, si yo sé quién soy, entonces la
situación tendrá que retroceder. Ustedes la pisotearán y se reirán al ver la
bendición de Dios en toda situación y
recordarán esta palabra.
Pueblo mío no enmudezcan: Aten la situación,
enfréntenla con mi palabra, declárenla, declaren mi palabra y verán mi gloria:
benditos desde el amanecer hasta el anochecer, eternamente y para siempre, pero
tienen que cogerla, tienen que sentir, porque nadie puede vivir si no sienten
lo que son. Si no lo siente entonces no lo vive.
Se puede tener el gozo las 24 horas del día
en todo lo que se haga , por todo y en todo se exaltado el nombre de Yahvé
Dios.
Imagínense si nosotros hemos de juzgar los
ángeles, si somos reyes y sacerdotes, si somos soldados del pueblo de Dios quién
se nos va a enfrentar.
Hay que creerle, hay que sentir.
Antes de seguir vamos a
Levíticos 20: 26
“Habéis,
pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los
pueblos para que seáis míos”.
Pueblo exclusivo de Dios, fuimos apartados,
él nos encontró y fuera de que nos encontró nos perdonó y ahora nos está glorificando
porque el Espíritu Santo nos aparta en el día a día del pecado. Toda la honra y
la gloria son para Jesucristo por su hermoso Espíritu Santo. ¿Qué más queremos?
No nos pongamos tristes por malas noticias
que aparentemente hayan llegado. Si Dios no te quiso en ese lugar te querrá en
otro.
Cuando Dios no te deja entrar aquí es porque
tiene algo mejor.
Yo ya sé lo que soy porque la palabra de Dios
me lo ha dicho, no necesito que me lo diga nadie, ya está profetizado lo que
soy en Cristo Jesús: un bendecido. No puedo enmudecer esa es la clave. Mira lo
que le dijo a Josué: Nunca se apartará de tu boca este libro, esta palabra,
para que te vaya bien en todo lo que emprendas.
Cuando te pase algo que no parece bueno dile
a Dios: Yo no entiendo, pero me vas a poner en algo mejor porque nosotros somos
un pueblo de honra, empieza a profetizar eso.
Yo he sido apartado por tu Espíritu Santo
para bendición.
Lo único por lo que nos tenemos que preocupar
es por vivir en Santidad, es de lo único que nos tenemos que preocupar el resto
déjeselo a Dios. No murmure, no calumnie, no adultere, ojo con lo que está
mirando, con lo que está haciendo, no hurte, no sea mentiroso, no sea envidioso;
preocúpese por andar en santidad que Dios ya se ocupó hace tiempo de los demás.
Estar apartados del pecado es el único
requisito que Dios está pidiendo de nosotros.
Acompañados no nos dejamos arrastrar de nada,
no enmudecemos, afrontamos las cosas por el Espíritu Santo sabiendo que estamos
puestos para la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Dios no va dejar que su pueblo guiado por el
Espíritu Santo le ofenda. El Espíritu
Santo nos va a dar la victoria, porque el Espíritu Santo es poder de Dios y
nosotros somos templo del Espíritu de Dios.
Marcos 8: 22 -24
“Respondiendo
Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que
dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón,
sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto,
os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá”.
No enmudezca, si enmudece peca porque usted
tiene implantada la palabra de Dios en su corazón.
¿Voy a poner mis ojos en la situación?, no,
la pongo en Dios que hace todo.
Dice la palabra que ni los cielos pueden
contenerlo y nosotros somos templos de él, nosotros si lo tenemos, ¿entonces
quiénes somos? Somos unos bendecidos de Dios, hay mucho poder, hay mucha unción
para decirle a la situación se quita de ahí, pero cuando usted declare no vaya
a dudar.
Y todo es todo.
Dios está trayendo esta palabra para que la
oración que enseguida hagamos tenga total eficacia porque sin fe es imposible
agradar a Dios.
Salmos 2: 5 – 12
“Luego
hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi
hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de
hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed
prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con
temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y
perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos
los que en él confían”.
Cuando usted declara la palabra de Dios y
usted ve venir la adversidad, pero ve como se dispersa.
Yo he puesto mi Rey, no el nuestro si no el
Rey de Dios que es Jesucristo, he puesto mi Rey en tu corazón, mi santo monte.
La santidad nos hace sobresalientes, Dios
honra eso.
Yahvé me ha dicho: mi hijo eres tú, yo te
engendré, Dios es hacedor de maravillas. No importa la lista de pedidos hágala,
que eso no es más grande que Dios.
A todos los que le recibieron a los que creen
en su nombre les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios. Nosotros somos
hijos de Dios, somos los benditos, somos escuadrón de Dios.
Dios nos dice les voy a hacer una sugerencia.
Pídanme, que misericordia tan grande.
“Mia es la tierra y su plenitud, el mundo y
los que en el habitan” y lo que es de papá es de los hijos, nosotros somos
herederos. La mendicidad espiritual se tiene que acabar, el enmudecer se tiene
que acabar. La gloria de Dios se tiene que ver en nuestras vidas.
La vara de hierro es la palabra.
Las fortalezas de enemigo se destruirán y caerán
Como hijos le vamos a pedir en el nombre de
Jesús.
Apocalipsis capítulo dice que somos reyes y
sacerdotes y acá nos acaba de decir que somos hijos.
El rey es para reinar. Ahora hicimos
sacrificio de oración y de alabanza, al final le vamos a pedir como hijos que
somos porque para eso trajo esta palabra.
Dios se va a poner muy contento de lo que le
vamos a pedir en la oración final y más contento se va a poner si usted lo cree
porque usted que lo cree y usted que lo ve.
Él nos está amonestando con esta palabra
porque somos jueces.
Temor es obediencia sirvámosle con obediencia
y alegrémonos en esa obediencia.
En el sometimiento a Dios tenemos descanso.
El pecado es esclavitud y maldición.
Honrad al Hijo para que se complazca el
Padre. Se honra haciendo su palabra