Joel 2: 28 -32
Y después de esto derramaré mi
Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también
sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y
daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.
El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día
grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová
será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha
dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.
Lo que marca la venida de nuestro
Señor Jesucristo son todas estas señales, pero solo el Padre sabe el día y la
hora. Seguirán dando fechas y se seguirán equivocando porque solo Dios sabe el
día y la hora.
En la tierra sangre y fuego, habla
de puro juicio.
Esto no se publica en las
denominaciones porque les interesa es el dinero.
Todo el que invoque a Jesucristo
será salvo. El invoca a Jesucristo invoca a Dios porque él es Dios.
Monte de Jerusalén, hacia las
alturas nos dijo Dios hace rato.
Remanente es muy excelso y pocos.
No importa la contingencia porque
nosotros tenemos la esperanza en Jesucristo.
Daniel 12: 1 – 4
En aquel tiempo se levantará
Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será
tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en
aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el
libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los
entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan
la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú,
Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos
correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.
El príncipe de la potestad del
aire se opone a que tú avances, a que tu creas.
Los que se hayan inscritos en el
libro de la vida.
Dice que habrá gran angustia, está
hablando de la gran tribulación, pero el remanente será librado y será librado
por medio del arrebatamiento.
Los que durmieron (murieron]) en
Cristo Jesús irán a vida eterna. Los que no para vergüenza y confusión.
Los entendidos somos los que
tenemos a Cristo en el corazón.
Dice que la ciencia aumentará y así
es, pero un solo virus nos tiene postrados.
I Corintios 15: 49 55
Y así como hemos traído la
imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Pero esto digo,
hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la
corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos
dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde
está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
El cuerpo que tenemos no va a
subir. Será restaurado por el poder del Espíritu Santo, antes de subir.
No todos moriremos, pero si seremos transformados.
El hombre espiritual es el que
permite que el Espíritu Santo lo transforme.
La mirada debe estar puesta en
Cristo Jesús.
Somos un pueblo en resurrección,
llenos de la esperanza de Dios.
I Tesalonicenses 4: 13 – 18
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis
acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no
tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también
traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo
con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que
vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Cuando dice “los que duermen”, se
refiere a los que han muerto.
Los muertos en Cristo resucitarán
primero y luego nosotros seremos transformados y arrebatados.
Jesucristo no va a poner los pies
en la tierra en el rapto lo vamos a recibir en el aire cuando seamos arrebatados.
Por este motivo tenemos que
alentarnos y animarnos por la palabra.
Estas señales nos deben dar es alegría.
Mateo 24: 1
Cuando Jesús salió del templo
y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo
él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra
sobre piedra, que no sea derribada.
No se ha podido con la pandemia.
Señales antes del fin
Mateo 24: 3-
Y estando él sentado en el monte de los
Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán
estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo
Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores
de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto
acontezca; pero aún no es el fin. Porque
se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y
hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de
dolores.
Estamos viviendo eso hace años.
La primera señal es el engaño.
Hay muchos en este momento, en
todo el mundo, diciendo que son Cristo. Serán engañados.
Y habrá pestes, coronavirus,
fiebre bubónica, sida, ébola.
Entonces os entregarán a
tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa
de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros,
y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y
engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de
muchos se enfriará.
Muchos no aguantarán.
Unos a otros se aborrecen,
miremos los partidos políticos, por ejemplo, ese odio que destilan.
Mateo 24:
Mas el que persevere hasta el
fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Esto está todo cumplido
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