sábado, 2 de enero de 2021

Una gran demanda

 

Nos gusto hablar muchos de las promesas que Dios tiene para nuestra vida mas o menos 3.500 promesas hay en la Biblia, pero de las demandas se habla poco.

Isaías 66: 1 – 2

Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?  Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

Los judíos les gustaba hacer templos y Dios se los ordenó en su momento.

Dile a mi pueblo que esta es la gran demanda dice el Señor.

La gran demanda es que usted se arrepienta de la soberbia y en general del pecado.

La casa que hemos de edificar para el Señor es nuestro corazón dispuesto para él.

La gran demanda pues es ser sencillos y humildes y temblar ante la palabra de Dios, es decir obedecerla.

Proverbios 15: 33

El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.

Para ser destacado hay que tener primero humildad. Dios respalda la humildad y la honestidad como usted se comporte en la empresa donde labora.

I Pedro 5: 5: 11

Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.

 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

En la juventud es donde suele haber más brotes de soberbia.

Ojo dice que sumisos unos a otros.

Dios resiste a los soberbios.

Dios da gracia a los humildes.

El nos exaltará si nos humillamos delaten de Dios. Él nos lo está prometiendo hoy.

La fe que nos asiste es que Jesucristo es la esperanza de gloria.

Todos necesitamos fortaleza. Que nos establezca en la gloria de Dios.

Proverbios 22: 4

Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

Riqueza primero espirituales y luego lo de acá: buscad primero el reino de Dios y su justicia y lo demás será añadido.

Honra es que no exalta ante cualquier situación.

Vida es Jesucristo. La sangre es vida porque por ella van los nutrientes al cuerpo. Eso fue lo que derramó en la cruz del Calvario. Nos dio la vida y la vida eterna.

Jeremías 21: 8

Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.

Dios había enviado castigo sobre Israel castigo porque fueron soberbios.

Camino de vida es obediencia.

Camino de muerte es la desobediencia.

Genesis 2: 9

Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Acá dijo lo mismo que le dijo a Jeremías. Acá está el árbol de vida y árbol de muerte.

Apocalipsis 2: 7

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

Y hoy nos está diciendo que seamos obedientes a su palabra.

Lo mismo de Génesis 2:9

Para poder vencer hay que ser obediente a la palabra de Dios.

Mateo 5: 8

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

Al corazón lo limpia la palabra de Dios, el agua de Dios que es la palabra. El agua de vida.

Para los nacidos de nuevo no hay ninguna malicia.

Todo lo que se hace es para la Gloria de Dios.

I Reyes 3: 3 – 14

Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar. Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.

Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?

Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días. Cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.

Después de sacrificar se le apareció Dios a Salomón.

Salomón pidió sabiduría.

Lo ha hecho. Lo que acabamos de pedir Dios lo ha hecho.

Le dio, también, las cosas que no pidió

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