miércoles, 31 de marzo de 2021

En el santuario

 

Salmo 73: 12 – 17

73:1 He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.

 

Les va bien a los impíos. Dice el salmista se queja de que le está yendo bien.

Usted no se le tiene que humillar a nadie sino ante Dios.

 

73:13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia;

 

A nosotros la sangre de Jesucristo nos limpió

 

73:14 Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas.

73:15 Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.

 

Declara que le es imposible hablar como los impíos.

 

73:16 Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí,

73:17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.

 

Cuando entramos en comunión con Dios se entendió el fin de los impíos. Cuando entra allí puede comprender la situación que sea.

 

Salmo 43: 23- 28

 

73:23 Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.

73:24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.

 

El consejo es la palabra.

Jesucristo hizo un sacrificio muy grande.

Déjese guiar en la palabra de Dios y Jesucristo para que veamos la gloria de Dios. No solamente cuando muramos sino desde aquí.

Sigamos su palabra para que en todo veamos su gloria.

 

73:25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

 

 Empezó a reconocer.  Que tenía al Dios de Israel, él es todo para nosotros.

 

73:26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

 

A quien no le va dar duro una situación bien tremenda de tantos problemas que pueden existir.

Desfallece el corazón, pero hay una roca, Jesucristo y la salvación siempre está en él.

 

73:27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.

 

Los que se alejan perecerán, Dios destruirá a todos los que se apartan.

 

73:28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

 

Ezequiel: 44: 28

 

Y habrá para ellos heredad; yo seré su heredad, pero no les daréis posesión en Israel; yo soy su posesión.

Ano hay nada en el mundo

Isaías 6: 1 – 3

6:1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

Si obedecemos, este santuario que soy yo se llena de su gloria.

6:2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.

Toda la tierra está llena de su gloria, solo en el santuario

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