En medio de la alabanza, cuando
la hacemos con todo el corazón, tiene que caer todas las fortalezas. Las
sanidades, las liberaciones, las cadenas impresionantes caen en medio de la
adoración y la alabanza.
Es el sacrificio que presentamos
a Dios porque a la carne no le gusta que lleguemos hasta acá. Desde que
recibimos a nuestro Señor Jesucristo en una lucha continua, es una guerra en
que sabemos que tenemos la victoria asegurada, pero no nos podemos dormir en
los laureles, por el contrario, el pueblo de Dios milita en la victoria que
Jesucristo nos dio.
El problema es que algunos
posiblemente no estamos militando en la victoria. Militar en la victoria es
militar en su palabra hay que andar ahí en sus demandas y en su promesas. Yavéh
mi Dios va como poderoso gigante
Nosotros hemos recibido la fuente
de todo poder, Jesucristo.
En medio de cualquier
circunstancia hay que militar, hay que andar ahí en sus demandas y en sus
promesas
Job 37: 5
Truena Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas,
que nosotros no entendemos.
Un trueno se oye desde todas
partes y en estos últimos tiempos sí que se está escuchando la voz de Dios.
Dios nos ha expresado su palabra de muchas formas.
Dios nos ha salvado de
situaciones de las que ni cuenta nos hemos dado. La cobertura de Dios solamente
porque un día recibimos a Jesucristo.
Dios está tronando hace rato y
haciendo cosas tan maravillosas, pero a veces andamos tan insensibles, por el
pecado, que no nos damos cuenta.
Mateo 27: 50.54
Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el
espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo;
y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros,
y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo
de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad,
y aparecieron a muchos.
El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
Llenura con poder : con gran voz,
con gran disposición, Dios nos está llamando a entregar para que podamos ver
sus maravillas.
El que milita no se enreda ya con
más nada en el mundo. Cómo sería la entrega que el velo de templo se rasgó.
Sabemos que esto tipifica el lugar santísimo, Por ese sacrificio, por la sangre
de Jesucristo, el pueblo redimido en su nombre tiene acceso al lugar santísimo.
Ya tenemos que andar 24 horas al
día, siete días a la semana. Vuelve y repite el Espíritu Santo que el enemigo
no está charlando.
Nosotros somos los llamados a
ridiculizar los males, el paganismo y la maldad que está abundando, porque en
nosotros sobreabunda la gracia de Dios.
El Espíritu Santo nos dice que no
nos enredemos más y nos va a recordar mucho a Job 37: 5: “truena Dios
maravillosamente con su voz y hace cosas tan espectaculares que nosotros no
entendemos”.
Dice Mateo que las rocas se
partieron. Acá es lo mismo: se parte lo que sea cuando hay un pueblo lleno del
Espíritu Santo. El robo, la enfermedad y
otros males no pueden llegar a nuestras familias, si estamos militando, pero
hay que entregar. Dice la escritura que si el grano de trigo cae a la tierra y
muere lleva mucho fruto. Hay que morir ya a cualquier vestigio de carnalidad
que haya en nuestras vidas, cualquier vestigio de murmuración, de lascivia, de
lujuria, de envidia, de vanidades; hay
que morir ya a eso.
Con nuestra entrega y con nuestra
militancia los males se tienen que caer.
Ya es el tiempo de las promesas.
El espíritu Santo dice ya es el tiempo de las promesas, de que se cumplan las
promesas, pero tienes que dejar todo pecado.
“Se abrieron los sepulcros” dice
Mateo 27:52. Si se entrega la vida aparece y se resucita espiritualmente porque
somos mensajeros de resurrección. Llenura con poder, pero militando en el día a
día. No nos puede mover nada. Que falte
lo que falte, lo que no nos puede faltar es Cristo en el corazón. Recordemos a
Habacuc 3: 17 – 18 “Aunque la higuera no florezca, ni en
las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los
labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la
majada, y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en
Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación”.
Con
todo y lo que esté faltando alegrémonos en Dios. Una de las cosas que Satinas
busca es quitarnos el gozo, la alegría de que somos salvos, de que estamos
respaldados por Dios Todopoderoso de Israel.
Cuando
entregamos todos se dan cuenta que tenemos llenura con poder y que estamos
militando. Las personas dicen: “verdaderamente este es un hijo de Dios.”
Cuando
no entregamos la carnalidad no vemos la gloria de Dios.
La
mayoría de nosotros tenemos que entregar algo para que se manifieste el poder y
las promesas que Dios ha hecho.
A
eso estamos llamados en este lugar y este lugar va a temblar de la gloria de
Dios y nadie puede venir contra nosotros, porque hay una resurrección en el
pueblo de Dios
Cada
uno de nosotros debe estar militando en la bendita gracia de Dios y en todo nos
tienen que ir bien. Somos bendecidos. Cuando entregamos, cosas extraordinarias
tienen que pasar. En medio de este caos hay un pueblo de Dios que está
militando
Hechos
6: 15
Entonces todos los que
estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como
el rostro de un ángel.
Le
cambió la fisonomía. Estamos llamados a eso. No le demos más largas a lo que
tenemos que entregar, hay que militar definitivamente, dice el Espíritu Santo
de Dios, no sea que el Espíritu Santo traiga ciencia y conocimiento y el
Espíritu Santo nos lo manifieste a través de alguien.
Decide
entregar esto y aquellos, cualquier pecado, para que la gente pueda ver tu
rostro como el rostro de un ángel.
Marcos
3: 10 11
Porque había sanado a
muchos; de manera que por tocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él. Y los
espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces,
diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.
Verdaderamente
este era hijo de Dios dijo el guardia, los demonios lo veían y se postraban. Y
nosotros somos Cristo en la tierra porque somos su iglesia, somos su cuerpo.
Dios
en su misericordia nos ha esperando, él se ha dado por entero a través de
evangelistas, pastores, profetas en este lugar, los ha utilizado de gran
manera, no son ellos los que han hablado es el Espíritu Santo el que ha puesto
esas palabras en sus bocas, es hora de hacer caso, es hora de meternos con
Dios.
Mateo
8: 16
Y cuando llegó la noche,
trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios,
y sanó a todos los enfermos
Con
la palabra: “Truena Dios maravillosamente y hace sosas indecibles”, con la
palabra que es la que tenemos en nuestro corazón, qué está pasando con nuestros
labios que no estamos reprendiendo al enemigo con autoridad. ¿Qué está pasando
que no estamos entregando lo que Dios nos está demandando?
Mateo
8:26 – 27
El les dijo: ¿Por qué
teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y
al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué
hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Si
tiene miedo usted no ha entregado porque el perfecto amor echa fuera el temor.
Todas
las dificultades tienen que caer, pero hay que entregar.
Jesucristo
reprendió los vientos y el mar con la palabra y esa palabra la tenemos
consignada en nuestros corazones. ¿Es muy duro creer?, si ya lo hemos visto
muchas veces.
Truena
Dios maravillosamente con su voz. ¿Y a través de quien va a tronar ahora en
estos tiempos si no es a través de nosotros que somos sus hijos?; cuando hables
y reprendas y muestras la resurrección de Dios en tu vida.
Se
maravillaron. Estamos llamados a hacer maravillas somos maravillosamente redimidos por el poder de la
palabra.
Apocalipsis
11: 4 -6
Está
hablando de los dos testigos que están en plena gran tribulación que Dios
quiera que no nos toque porque si no pudimos con esto menos con ese tiempo.
Estos testigos son los dos
olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Si
alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus
enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma
manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en
los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en
sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
Esos son los dos olivos de
Zacarías 4
Hemos visto el poder de
Dios dondequiera que vamos.
Fuego de la boca, fuego de
Dios que consume y las tinieblas están retrocediendo.
“Si alguno quiere hacerles
daños, debe morir de la misma manera.” No nos toca nadie, pero hay una gran
demanda: entréguelo que está estorbando, su pereza para orar, su negligencia
para reunirse, incrementar su tiempo de reunirse, de adorar, de alabar.
Zacarías 4: 11-14
Hablé más, y le dije: ¿Qué
significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su
izquierda? Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de
olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? Y
me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no. Y él
dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.
Verter
aceite como oro es la unción. Hay que aumentar los niveles de oración para
esto.
La
iglesia de Jesucristo tiene muchos ungidos todas su iglesia entonces ¿por qué
no vertimos aceite como oro?, ¿Por qué no damos la excelencia?
Hay
que militar porque estamos llamados a la excelencia.
A
veces la gente, no del sanedrín sino de Medellín, nos mira y no ven la
resurrección, no ven nuestro rostro como el rostro de un ángel, sino que están
viendo lo malo que estamos haciendo delante de ellos, como somos altaneros y
tantas cosas que no hemos entregado.
Por
eso tenemos que entregar todo para que el Espíritu Santo nos llene y nos vean
con rostros refulgentes, como de ángel.
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