Hemos sufrido mucho y a través de todo esto ya nos hemos
puesto en paz con Dios y que todas las
promesas se hagan una realidad en nuestras vidas.
Josué 3: 1-5
Josué se levantó de
mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el
Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo. Y después de tres días, los
oficiales recorrieron el campamento, y mandaron al pueblo, diciendo:
Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes
que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de
ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto
vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y
ella haya distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella. Y
Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre
vosotros.
El Jordán quiere decir situación, el Jordán significa la
situación.
El Espíritu Santo dice que ya hemos pasado el Jordán ya hemos
pasado todas esas tribulaciones, a través de esas dificultades nos hemos vuelto
de corazón a Dios y él quiere que nosotros sigamos firmes en esa fe, firmes en
esa santificación.
¿Y para que todo esto?
Miremos lo que dice el 7
Josué 3: 7
Entonces Jehová dijo a
Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo
Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré
contigo.
Dios se quiere glorificar a través de estos vasos, de estas
personas, Dios quiere exaltar su Santo nombre a través de estos vasos y tenemos que estar firmes en su palabra,
creyendo que esas maravillas que él nos ha prometido tanto, pues desde que
nosotros empezamos a oír de Dios estamos escuchando sus promesas y muchas veces
no las vemos porque no nos santificamos como Dios quiere.
Tenemos que tener muy claro también que Satanás no se va a
quedar quieto, por eso Dios le dice a José, por eso Dios le dice hoy a Juan y a
todos en Josué 1:3 y luego el 9.
Yo os he entregado,
como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro
pie.
Mira que te mando que
te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios
estará contigo en dondequiera que vayas.
Hemos pasado ese Jordán, esa tribulación, él nos da una
promesa: ustedes santifíquense cada día que yo les voy a dar esa tierra que
fluye leche y miel, pero no es que yo ya estoy disfrutando esas bendiciones
entonces ya me quedo quieto disfrutando esas bendiciones, no, ahí es donde
nosotros tenemos que estar más alerta, ahí es donde el Señor nos dice que nos
esforcemos y seamos valientes.
Nos dice el Señor que esos gigantes están en Jericó que lo
podemos tipificar como el estudio, el trabajo, en la empresa, en el hogar,
entonces el Señor nos dice en Josué 6:2
Mas Jehová dijo a
Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de
guerra.
Yo he entregado en tu mano, ¿pero que nos dice Dios a cada
uno de nosotros?: que debemos santificarnos, que estemos santificándonos cada
día en su palabra y que a pesar de todas nuestras ocupaciones y de todo lo que
tenemos que atender, nuestro pensamiento siempre esté con Dios.
Esos gigantes están en Hai que puede ser una tentación,
recuerdos del pasado, adulterio, licor, culpas Y el Señor vuelve y nos dice en
Josué 8:1
Jehová dijo a Josué: No
temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a
Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y
a su tierra.
Josué 8:18
Entonces Jehová dijo a
Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la
entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la lanza que en su mano
tenía.
Extiende la palabra contra ese licor, contra ese adulterio.
Esos gigante son los amorreos, deudas, demandas, la cuenta de
servicios que llegó y no hay con que pagarla, el arriendo que llegó y no hay
con que pagarlo y el Señor dice en Josué 10:8
Y Jehová dijo a Josué:
No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de
ellos prevalecerá delante de ti.
Esto lo dice a cada uno de nosotros y en los versículos 24 y
25
Y cuando los hubieron
llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los
principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned
vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron
sus pies sobre los cuellos de ellos. Y Josué les dijo: No temáis, ni os
atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová a todos vuestros
enemigos contra los cuales peleáis.
Josué 1: 2
Cuando Adonisedec rey
de Jerusalén oyó que Josué había tomado a Hai, y que la había asolado (como
había hecho a Jericó y a su rey, así hizo a Hai y a su rey), y que los
moradores de Gabaón habían hecho paz con los israelitas, y que estaban entre
ellos, tuvo gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las
ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes.
Vamos al 5
Y cinco reyes de los
amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de
Laquis y el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus
ejércitos, y acamparon cerca de Gabaón, y pelearon contra ella.
Vamos al 7
Y subió Josué de
Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres
valientes.
Ellos por qué fueron a llamar a todos: por favor ayúdenos, porque
el enemigo tiembla cuando ve un pueblo, bien parado, firme en Jesucristo
Devolvámonos a Josué 3: 15 - 17, miremos como pasaron ellos
ese Jordán
cuando los que llevaban
el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el
arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse
por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de
arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que
está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado,
se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó.
Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en
seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de
pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.
Cuando vienen todas esas tribulaciones y usted está firme,
esas dificultades se tienen que detener
El 17 dice que los sacerdotes estaban firmes con el Arca del
pacto, nosotros tenemos que estar firmes con lo que Dios nos ha prometido y
nosotros que estamos en un mejor pacto que ellos. Firmes con lo que el Dios nos ha prometido y
nos ha dado ya en Cristo Jesús Señor nuestro.
Todos los gigantes e juntaron y se vinieron de una.
En Josué 11 del 1 al 5
Cuando oyó esto Jabín
rey de Hazor, envió mensaje a Jobab rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de
Acsaf, y a los reyes que estaban en la región del norte en las montañas,
y en el Arabá al sur de Cineret, en los llanos, y en las regiones de Dor al occidente;
y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa. Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y carros de guerra. Todos estos reyes se unieron, y vinieron y acamparon unidos junto a las aguas de Merom, para pelear contra Israel.
y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa. Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y carros de guerra. Todos estos reyes se unieron, y vinieron y acamparon unidos junto a las aguas de Merom, para pelear contra Israel.
Se vienen todas las situaciones juntas contra nuestra vida y
usted se siente pequeñito frente a esas situaciones que son como gigantes.
Miremos en el 6
Mas Jehová dijo a
Josué: No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré a todos
ellos muertos delante de Israel; desjarretarás sus caballos, y sus carros
quemarás a fuego.
Y mire en el 9
Y Josué hizo con ellos
como Jehová le había mandado: desjarretó sus caballos, y sus carros quemó a
fuego.
Con la oración de guerra se quema esos carros, porque la
sangre de Jesucristo quema todo lo que viene contra nosotros. Se le declara al
enemigo: tú sabes que donde está esa sangre preciosa no la puedes pasar porque
si la tocas te quemas:
El enemigo persiste y de pronto vienen contra ti todas esas cosas:
envidias, chismes, murmuraciones, embargos, brujería.
Jesucristo también vivió todo eso vamos a Lucas 4: 13 y 14
Y cuando el diablo hubo
acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. Y Jesús volvió en el
poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de
alrededor.
Jesucristo también vivió muchas, pero su Padre le dio lo que
le había prometido.
Reflexión que es como un gigante
II Reyes 4: 16 17 Se trata de la mujer Sunamita que no había
tenido hijos y era la esposa del Rey.
Y él le dijo: El año
que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío,
varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. Mas la mujer concibió, y dio
a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.
Y el niño creció. Pero
aconteció un día, que vino a su padre, que estaba con los segadores; y dijo a
su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su
madre. Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus
rodillas hasta el mediodía, y murió. Ella entonces subió, y lo puso sobre
la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se salió. Llamando luego
a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una
de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese. El
dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió:
Paz. Después hizo enalbardar el asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no
me hagas detener en el camino, sino cuando yo te lo dijere.
Partió, pues, y vino al
varón de Dios, al monte Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos,
dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita. Te ruego que vayas ahora
corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y
a tu hijo? Y ella dijo: Bien. Luego que llegó a donde estaba el varón de
Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el
varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha
encubierto el motivo, y no me lo ha revelado. Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo
a mi señor? ¿No dije yo que no te burlases de mí?
La muerte de un hijo espiritualmente hablando es un gigante
muy importante, la sunamita no buscó a su esposo sino a Dios.
A veces cuando tenemos una dificultad se la contamos a todo
el mundo y en realidad lo que tenemos que hacer es buscar la presencia de Dios.
Nadie puede hacer nada por nosotros sino Dios.
Incluso hay personas que se alegran con nuestra desgracia y
profieren maldiciones y otras expresiones que pueden hundirnos más.
Por eso debemos buscar a Dios que él es nuestro consuelo.
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