lunes, 28 de julio de 2014

Siete Espíritus y Jesucristo (Apocalipsis 3)



Apocalipsis 1:4

“Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono;”

1.       Espíritu de Jehová 

Es el mismo Espíritu Santo el que venía en el Antiguo Testamento, sobre las personas y el habita en nosotros, los que hemos recibido a Cristo en nuestro corazón. Ya lo habíamos visto en la palabra anterior (Apocalipsis 2)

2.       Espíritu de Sabiduría 

Capacidad de comprender, y en lo espiritual comprender la palabra de Dios. Distinguir entre el bien y el mal. Ya lo vimos en la palabra anterior (Apocalipsis 2).

3.       Espíritu de inteligencia 

Deuteronomio 4:6

“Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta”.

Si guardamos los preceptos la sabiduría estará a nosotros. A nosotros nos recordarán por el fruto, que puedan decir de nosotros nación entendida es esta.

Veamos cómo se activa la inteligencia en:

Job 28: 28

“…dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia”.

Apartarse del mal es la inteligencia. Vemos dos cosas bastante unidas, el temor de Dios es la sabiduría, y el temor de Dios es la obediencia y el apartarse del mal la inteligencia, apartarse del mal es obedecer a Dios.
Si se aparta del mal sólo en lo humano, va tener tranquilidad pues le va bien.  A más obediencia más inteligencia y más entendimiento, y Dios nos utiliza mucho más.

I Corintios 2: 14

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.

El Espíritu Santo ilumina nuestro espíritu y nuestro espíritu se lo envía a nuestra mente, para que el hombre natural pueda entender alguna cosa. Por el espíritu todos estamos dispuestos, pero la carne, la mente no.
Salimos muy bien de la oración, pero nos dejamos robar la paz entre una reunión y otra.

4.       Espíritu de consejo 

Deuteronomio 4: 40

“Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre”.

Si guardamos los estatutos nos va bien. Hay una demanda: guarde los estatutos y sigue tremenda promesa le va bien a usted y a sus hijos.

Isaías 30: 1 – 3

“¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!  Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.  Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión”.

Ay del que no le pide consejo a Dios. Debe solicitarse consejo a Dios. A veces pedimos consejo a gente que ni siquiera es cristiana.

No creemos que Dios nos dé respuesta porque no oímos su voz audible, y no escuchamos su voz en nuestro interior.

5.       Espíritu de Poder 

Job 12: 13

“Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia”.

El poder de Dios es tal que el universo fue hecho por su palabra. El poder es tal que mire la perfección de las criaturas de Dios especialmente del ser humano.

En Marcos 5, la mujer que toca el manto de Jesús y Jesús dice alguien me tocó porque sentí que poder salió de mí. Si tocamos a Cristo de él sale poder, si con fe y con oración tocamos a Cristo podemos obtener poder de Cristo.

Lucas 24: 49

“He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”.

Los apóstoles tuvieron que esperar porque el Espíritu Santo no había llegado. Para nosotros la espera no existe, pues cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, el Espíritu Santo entra en nosotros.

Hechos 1: 8

“…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

Cuando recibimos el Espíritu Santo recibimos poder para ser testigos, con la predicación y con nuestro ejemplo.

I Corintios 4: 20

“Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”.

I Corintios 1: 18

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”.

El hombre sin Cristo no puede entender la escritura, para los que tenemos a Cristo es Poder de Dios.

6.       Espíritu de conocimiento

Es lo que conocemos de la Biblia de la palabra de Dios.

En I corintios 8:2 dice que el conocimiento por si solo envanece, a muchos el conocimiento los vuelve arrogantes.

 “En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica”.

7.       Espíritu de Temor de Dios

El temor de Dios que es el respeto a Dios y la obediencia a Dios se ha perdido mucho en estos tiempos.

 Deuteronomio 28 1-2 y en el 45

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.  Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.

 Y el 45

“Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó”.

Con este versículo se refuta a los que dicen que Dios no castiga. Quien no haga caso a Dios y no guarda sus mandamientos será para maldición.

Salmo 34: 4

“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores”.

Deuteronomio 28: 65 – 66

“Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma;  y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida”.

Si no hay obediencia no habrá descanso.

Estos son los 7 espíritus de Dios que nos menciona Apocalipsis 1:4

Jesucristo

Apocalipsis 1:5

“…y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,…”
Jesucristo se nos muestra como testigo fiel, como Primogénito de los muertos y como soberano de los reyes de la tierra.
Testigo fiel
Hebreos 1: 1-3
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”,

El Padre siempre ha mandado Testigos: profetas y ángeles. En los postreros tiempos manda a su hijo unigénito para hablarnos por medio de él.

Crónicas 20: 20

“Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”.

Fiel quiere decir que dice la verdad.

Primogénito de los muertos

Colosenses 1: 18

“y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia…”

Es primogénito de los muertos porque fue el primero que resucito para gloria, ya había resucitado otros como Lázaro, pero no para gloria.

Además es para que Cristo tenga la preeminencia en todo. 

Hechos 26: 22 – 23

“Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:  Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles”.

Primogénito es el primero

Romanos 6: 23

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Cristo nos dio la vida eterna al entregar su vida.

Romanos 8: 29

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”.
Cristo nos conoció antes que todo, desde la fundación del mundo sabía que íbamos a responder a su llamado, por eso nos escogió.

Soberano de los reyes de la tierra 

Salmo 138: 4 

“Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, porque han oído los dichos de tu boca”.
Si todos los reyes lo alabarán es porque él es el soberano de todos.

I Timoteo 6: 15

“…la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores,…”

Lo mismo que dice en Apocalipsis 19: 16

“Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
Según el versículo 5 el que es rey de reyes nos amó de tal manera que lavó nuestros pecados con su sangre. A Cristo sea toda la gloria y la honra.

Nosotros somos tan importantes para Dios que envió a su hijo Jesucristo para lavar nuestros pecados y además nos hizo reyes y sacerdotes para Dios su Padre.

domingo, 27 de julio de 2014

Talita cumi



Marcos 5: 41

“Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña a ti te digo, levántate.”

Y hoy Dios dice: Pueblo, a ti te digo levántate.

Si te dejas levantar ya no podrás detenerte.

Cuantos están quietos sentados como el paralítico esperando que lo lancen al estanque para sanarse. A veces somos así esperamos que venga alguien y arrebate las bendiciones por nosotros.

Como Lázaro que ya estaba muerto y Cristo hizo quitar la roca para sacarlo vivo de allí.

Dios nos dice mueve ese pecado, quita la pereza, quita ese desanimo, quita esa piedra, quita el conformismo. 

Dios dice en su palabra que los tibios él los vomita, esos tibios, esos que se conforman con poco. Por eso es que Dios te dice hoy: Talita cumi. 

Cuantos estamos como Marta afanados, turbados. El enemigo nos inquieta y andamos turbados, andando de un lugar a otro buscando respuestas, buscando consolación. Buscando solucionar problemas. Y no somos como María que buscó la mejor parte., se postró delante de Jesús porque sabía que él era su salvador, que ante él iba a poner sus cargas.

Lo mejor es venir al lado de Dios, buscar el consejo de Dios. Dios dice: “Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Esto  es sólo cuando venimos a la presencia de Dios, no cuando andamos de un lugar a otro.

Cuántos están oprimidos por Faraón. Cuando Dios le dijo a Moisés: “ve i dile a Faraón que deje ir a mi pueblo para que me haga fiesta en el desierto”, pero  Faraón no lo dejo ir y en lugar de eso les puso más carga. Así nos pasa muchas veces cuando queremos dedicarnos a servirá a Dios, el enemigo nos pone más carga, más tristeza, más angustia.

Pregúntate cuál ese es faraón que te está oprimiendo que no te deja ver más allá, de lo que puedes ver. Porque la palabra de Dios dice: “¿está alguno de vosotros afligido?, haga oración, ¿está alguno alegre?, cante alabanzas.” ¿Nosotros en el desierto en la dificultad cantamos alabanzas, o más bien aullamos? 

En el desierto Dios muestra sus grandezas y sus maravillas a su pueblo. Dios quiere que en ese desierto, donde no hay nada lo glorifiquemos y lo alabemos por lo que él es, pero dejamos que ese faraón venga y nos oprima y no veamos las respuestas.

Dios dice: “mi pueblo pereció por falta de conocimiento”, muchas veces no venimos a ese conocimiento, a esa palabra, a esos ríos, a esos manantiales de agua viví.

Isaías 61: 1 – 3

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;  a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”.

Que la gloria de Dios esté sobre nosotros, que la presencia de Dios esté en nosotros y nos llene de gozo y de su cobertura.

Isaías 63: 15

“Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado?”

Dios te pregunta dónde está tu poder, dónde alegría  cuando vienes a su presencia, dónde está lo que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros.

Busquemos a Dios porque sintamos esa necesidad de él, no por  ratos, por momentos; debemos ser fieles a Dios siempre. ¿Dónde está el poder y la autoridad que Dios nos dio “sobre toda fuerza del maligno”? Hemos dejado que el enemigo se lleve todas esas cosas. No hemos cuidado, no hemos guardado esas bendiciones.

Malaquías 3: 13-14

“Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?  Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?”

Muchas veces hemos declarado palabras necias y violentas contra Dios. Si antes que pongamos la palabra en nuestra boca Dios ya la conoce, Dios conoce nuestros pensamientos. Hemos afligido a Dios con palabras necias. ¿De qué sirve venir un domingo, o martes o viernes si salimos lo mismo? y decimos que no vemos respuestas, muchas veces pensamos así y hay veces ni volvemos o venimos para que nos vean, pero no venimos confiados. Debemos decir: Dios yo no veo la respuesta, pero confío en que llegará. Declarar palabras de bendición y no de maldición.

Dios dice que él es nuestro pastor y que nada nos faltará, aunque no veas la respuesta créele, solamente dale las gracias, dile: Señor, gracias yo espero la respuesta. Dios dice que cuando pases por el fuego no te quemarás, que aunque pases por las aguas no te ahogarás. Dios es nuestro sanador, nuestro salvador, nuestro guardador. 

Ser como el búfalo que la fuerza la tiene en las rodillas. Cuando doblamos las rodillas y reconocemos ante Dios que dependemos de él es cuando tenemos fuerzas.

Las cosas se ganan en la oración, siendo fieles a Dios.

Proverbios 6: 6-11

“Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,  Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?  Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado”.

La hormigas trabajan unidas y nosotros con capitán que es Jesucristo, debemos de ser diligentes como las hormigas.

Gedeón era hombre que se creía poca cosa y guardaba el trigo para que el enemigo no se llevara sus cosechas. ¿Será que nosotros dejamos que el enemigo se lleve todas bendiciones?  Dios envió un profeta y le dijo que él lo iba a levantar y que con un solo hombre él iba a derrotar a todos esos enemigos. Gedeón creyó y derrotó a sus enemigos. No nos creamos tan poca cosa.

Siempre está la misericordia de Dios que hace que puedas ver  un día más.

Isaías 41: 17-18

“Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé.  En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca”.
Cuantas veces tenemos la boca tan seca que no podemos ni agradecer a Dios.

Dios dice que no nos desampara, él es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación.

Seamos como el siervo cuando clama por las corrientes de agua, va a las alturas para calmar el calor.  Puertas cerradas Dios las abre. Las puertas que Dios abre el enemigo no las puede cerrar.

“Las bendiciones que Dios me dio el mundo no me las dio y como no me las dio no me las puede quitar.”

Josué 18: 3

“Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?”

Para venir a poseer, a tomar territorio,  a reclamar la bendiciones que Dios nos dio.

Josué 17: 17-18

“Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte,  sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte”.

Somos mayoría y tenemos un gran bendición y la bendición será completa, no una parte y la poseerás aunque la veas lejana.

David ante Goliat no se mostró temeroso, sino que le dijo: “Tú vienes contra mí con espada y jabalina, mas yo vengo contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos”. Nosotros venimos con la palabra de Dios para derrotar al enemigo, en nombre de Jehová de los ejércitos.

Dios nos ha dado poder a veces lo creemos, pero no lo ponemos por obra porque creemos a medias.

Hay que declararle al enemigo lo que Dios nos ha dado. Derrotemos el desánimo, la tristeza con la que enemigo nos tiene.

Nehemías 4: 15

“Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea”.

Cuando oyeron nuestros enemigos que habíamos entendido: que Dios nos da el poder, que Dios nos da la autoridad; cuando entendemos esas cosas. El enemigo tiene que huir, porque Dios confunde la mente de los adivinos y agoreros, de los que se quieren levantar contra nosotros. 

Dios nos dice: Iglesia, Talita cumi, levántate porque Dios nos ha dado poder y autoridad. Satanás tiene huir cuando hijo de Dios alaba y glorifica a Dios.

El enemigo te entristece para que no alabes ni glorifiques a Dios porque él no puede alabarle, el enemigo quiere quitarnos la paz y el gozo de alabar a Dios.

Volvámonos a la tarea que Dios nos hadado. Alabarle. Glorificarle, ganara almas para él, que se levanten todos los ministerios para trabajar para Dios. Nuestro cuerpo está lleno de la bendición de Dios.

lunes, 7 de julio de 2014

Pacto eterno



I Reyes 2: 1-4

“Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre.  Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;  para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israe”l.

Le pide David a Salomón que siga su camino y que guarde los preceptos de Dios para que Dios lo prospere. Cuando nosotros  llegamos a Cristo lo recibimos como Señor y Salvador. Hicimos un pacto con él.

Cuando él nos da, cuando él nos da bendiciones y nos hace promesas, nosotros oramos por esas promesas, pero tenemos que recordar que nosotros hicimos un pacto con él: le dijimos que él era nuestro Dios, nuestro salvador y que nuestras vidas sería guiadas por él.

II Crónicas 7: 17 – 20

“Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis decretos,  yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel. Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis,  Yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos los pueblos”.

Acá le habla Dios a Salomón. Si Salmón anda en obediencia Dios lo va a bendecir. En la obediencia hay gran bendición, pero en la desobediencia hay maldición. El padre que ama a su hijo lo corrige.

Ezequiel 33: 7 – 9

“A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.  Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.  Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida”.

Le pedimos a Dios que nos use y nos puede usar acá predicado y nos pone como atalaya. Tenemos el deber de comunicar el llamado de Dios, el llamado a la consagración. Dios nos demanda las almas, cuando él nos ordena hablar y no lo hacemos.

Abramos nuestro corazón porque esta palabra es para todos. Recordemos que cuando Jonás no quiso ir a Nínive fue castigado.

Isaías 65: 13 

“Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados;”

Tenemos que andar en comunión con Dios nos tenemos que consagrar, no falta con venir a la palabra y a la oración, tenemos que orar continuamente. Las bendiciones llegan con la consagración.

Isaías 24: 5 

“Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno”.

No quebrantemos el pacto que hicimos con Dios cuando lo recibimos en nuestro corazón. Cuando nosotros hacemos un pacto con una persona esperamos dar y recibir. ¿Qué le estamos entregando a Dios? ¿Estamos entregándole muy poco? 

Isaías 38: 1-5

“En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.  Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová,  y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.  Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:  Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años”.

 ¿Nosotros le podemos decir a Dios esto que mire nuestra oración y que andamos de integro corazón? O ¿solo venimos a la oración y a la alabanza, pero vivimos como queremos?

Dios se merece toda la gloria, toda la honra, toda la adoración. Vero venimos los martes a guerrear por las bendiciones y los viernes a darle las gracias no venimos. Eso no es consagración.

Orémosle a Dios desde temprano para que quite los obstáculos que no nos permiten venir.

Recordemos que nos prometió un avivamiento y puede llegar cualquier día, no se nos va a avisar el día exacto y si el día que es no estamos nos lo perdemos.

Tenemos que tener consagración para poder tener un avivamiento, pero nuestro corazón debe estar firme las 24 horas del día. El tiempo se agota.

Proverbios 15: 8

“El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; Mas la oración de los rectos es su gozo”.

Hay que orar sin cesar. Estamos contaminado nuestra vista cuando vemos esa televisión que nada bueno nos ofrece, nos ofrece guerra, violencia. En las cosas más tiernas de la televisión, tiene mensajes subliminales, doble sentido, tenemos que poner atención a lo que dejamos ver a nuestros hijos.

Dios nos ha dado discernimiento porque llevamos mucho tiempo en la oración y sabemos que está bien y que está mal hecho, hasta nuestros niños más pequeños ya saben distinguir entre lo bien y lo mal hecho.

Salmos 44: 8

“En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre”.

Para siempre, es siempre en todo momento. A veces Dios nos llama a oración en la madrugada y no nos vamos rápido a la oración, nos da pereza. No debe ser así.

Salmos 110: 4

“Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec”.

Somos sacerdotes para siempre, el pacto es eterno.

Salmo 112: 1 – 3

“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre”.

Para siempre es su justicia, pero arrebatémosla, Dios nos llama a la consagración. Hay que orar no podemos perder la comunión con Dios.

Salmo 84: 34 – 36

“No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí”.

Isaías 55: 3

“Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David”.

II Samuel 24: 10

“Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente”.

Para entra en comunión con Dios tenemos que confesar nuestros pecados a él. Un pecado inconfeso no nos deja estar en comunión con él. ¿Cómo vamos a levantar manos a Dios estando en pecado? Decimos que levantamos manos santas, pero estamos en pecado y ese pecado nos permite estar en comunión con Dios ni recibir sus bendiciones.

David oró y pidió perdón a Dios porque se dio cuenta de que había cometido un pecado y Dios escucho su oración.

Daniel 4: 24 – 25

“esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere”.

Daniel interpreto el sueño y eso fue lo que ocurrió, y le dijo que hasta que no reconociese que el Altísimo tenía el poder, Dios no le iba a quitar esa maldición.

Vamos al 34 y luego al 37 

“Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades”.

“Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”.

Si entregamos a Dios nuestro corazón, derramamos nuestro corazón delante de él y le pedimos perdón por nuestros pecados, reconocemos nuestro pecado, Dios escucha nuestra oración. Hay que pedir también perdón a las personas que ofendemos. Debemos andar en humildad, sin orgullo, de qué nos sirve el orgullo el día que partamos de esta tierra.

Colosenses 4: 2  

“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;”

Tenemos que dar gracias a Dios por sus maravillas por todas las bendiciones, salud, provisión y todo lo que nos da y sobre todo la salvación.

Jeremías 11: 1 – 5

Palabra que vino de Jehová a Jeremías, diciendo:  Oíd las palabras de este pacto, y hablad a todo varón de Judá, y a todo morador de Jerusalén.  Y les dirás tú: Así dijo Jehová Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto,  el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando; y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios;  para que confirme el juramento que hice a vuestros padres, que les daría la tierra que fluye leche y miel, como en este día. Y respondí y dije: Amén, oh Jehová.

Isaías 54: 10

 Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti”. 

Ahí mismo en el 54 vamos del 12: 15

“Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos.  Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.  Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá”.

Pasemos al 17

“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.

Veamos el amor eterno de Dios miremos todo lo que tiene para darnos, bendición sobre bendición. Solo nos pide el corazón.

Ester 8: 7-8

“Respondió el rey Asuero a la reina Ester y a Mardoqueo el judío: He aquí yo he dado a Ester la casa de Amán, y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos.  Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado”.

Esto se lo dijo Asuero a la reina Ester y a Mardoqueo, porque ellos fueron a pedir por su pueblo y como Ester halló gracia ante el rey Asuero.

Si nosotros hallamos gracia ante Dios, como no nos va dar todo si somos sus consentidos, somos sus hijos, somos la niña de sus ojos.

Salmos 93: 5

“Tus testimonios son muy firmes; la santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre”.

II Corintios: 7:1 

“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.

Limpiemos nuestras vestiduras.

Eclesiastés 9: 8

“En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza”.

II Crónicas 7: 14

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

Señor hoy quiero entregarte mi corazón y entonarte una alabanza que perfume los cielos y tu altar, Padre amado, hoy abro a ti mi corazón, hoy agradezco este alimento que me has dado. Me rindo a tus pies, Señor permíteme besarlos y enjugarlos con mis lágrimas. Señor, tu amor me ha rescatado, tu preciosa sangre derramaste por darme salvación y vida eterna, con ella me has limpiado. Hoy te pido que se abran los cielos, que derrames tu amor, que se inunde este templo de tu gloria, Padre amado y tu gozo permanezca eternamente en mi vida, que tu luz resplandezca en mi vida, Padre; que tu poder descienda y tu justicia sea plena, Señor amado. Te lo pedimos en Cristo Jesús, amen.