lunes, 13 de octubre de 2014

Cancelando



Nehemías 13: 1 – 2

Aquel día se leyó en el libro de Moisés, oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios,  por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que dieron dinero a Balaam para que los maldijera; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición.  Cuando oyeron, pues, la ley, separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros”.

Muchas personas buscan brujos para que nos maldigan, por eso hay que cancelar.

¿Qué tiene el extranjero en tu vida? No podemos aceptar consejos del mundo.

¿Que hay en la nuestra vida que a Dios no le gusta y tenemos que cancelar? Hay que sacar de nuestras vidas lo que está estorbando la bendición de Dios.

Ezequiel 2: 1- 2

“Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.  Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba´”.

Del 6-8

“Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.  Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.  Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy”.

Dios nos está llamando a que tengamos una posición firme con él. Tomemos el lugar que nos corresponde. Ya el Espíritu de Dios entro en nuestra vida cuando recibimos a Cristo en nuestros corazones. Dios quiere firmeza. No quiere gente que hoy sí y mañana no.

Pidámosle al Señor que nos afirme.

Cuántas veces decimos que tenemos al poderos de Israel y estamos temerosos porque nos dicen que tal o cual lugar es muy malo y nos atemorizan y nosotros dizque teniendo a Cristo. “y tu hijo de hombre no les temas”. No les temas a las palabras necias, cuando el diablo se levanta contra nosotros a maldecirnos,  a decirnos que no nos va  a salir nada bueno.

Dios dice que: “yo deseo que tú seas prosperado en todo”, así como prospera tu alma tu vida también, en lo material, en lo familiar, en lo conyugal.

Nos estamos enfrentando a muchas cosas, pero Dios nos dice que no tengamos miedo de nada. No temamos a las maldiciones porque somos unos benditos de Dios.

Tenemos que llenarnos de la palabra de Dios para declarársela al enemigo. 

Oiga lo que el Espíritu de Dios dice y reténgalo en su corazón. Comamos la mesa que Dios ha servido hoy por medio de su palabra.

Jeremías 1: 17 –19

“Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos.  Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra.  Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte”.

Yo estoy contigo para librarnos. Ciñámonos a la palabra de Dios, firmeza en el Señor, firmeza en su palabra.
Ejerza el poder que te he dado, nos está diciendo el Señor.

No tenemos por qué tener miedo. Muchas veces caemos en las garras del enemigo por el miedo. Tenemos que cancelar todo temor, tenemos que cancelar toda derrota. No tengamos temor para que no nos haga avergonzar el Señor.

Al enemigo hay que decirle soy columna de hierro, soy ciudad fortificada.

Somos reyes y sacerdotes y el rey no deja que las situaciones gobiernen, él gobierna por encima de las situacione.

II Samuel 6: 11

“Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”.

El Arca es la presencia de Dios y Dios bendijo a este personaje solo porque la presencia de Dios estuvo en su casa. Nosotros tenemos la presencia de Dios en nuestros corazones, tenemos la presencia de Dios eternamente, para siempre. En nosotros no es por tres meses, es para siempre. ¿Por qué no sentimos esa presencia?

Origen de la maldición

1.       Desobediencia 

Génesis 3: 14 – 19

Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.  Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.  A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.  Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.  Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.  Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”.

La primera maldición vino de la desobediencia y la mandó Dios. En Deuteronomio 28 se puede ver.
El hijo de las tinieblas no puede ser amigo de un hijo de Dios. La iglesia de Dios no puede tener por amigo a Satanás ni a las cosas del mundo.

El enemigo viene a estorbar el caminar con Cristo. 

Lo declarado por mí o por el enemigo 

Colosenses 4: 6

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.

Una palabra con unción, que la palabra de Dios dé sabor.

Dios dice yos soy tu sanador. Él te sanará de cualquier cosa. No nos podemos deprimir, Dios dice que él es nuestra alegría.

Salmo 63: 11

“Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada”.

Apocalipsis dice que somos reyes y sacerdotes. La boca de aquellos que profieren el mal contra los hijos de Dios será cerrada.

Salmo 31: 18

“Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo cosas duras con soberbia y menosprecio”.
La palabra de Dios tiene poder, no podemos enmudecer nosotros son ellos los que deben enmudecer en el nombre de nuestro Dios y Señor Jesucristo. Somos justos porque Cristo nos justificó con su sangre preciosa y por eso somos justos.

Dios dice: lo que atemos en la tierra es atado en el cielo, lo que es desatado en la tierra es desatado en el cielo.

El origen de la bendición

Juan 8: 32

“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

Y conoceréis la palabra y os hará libre, por la palabra conoceremos liberta, obediencia para ejecutar lo que ella dice. La palabra nos hace libres de una cantidad de ataduras, rompe cadenas en nuestras vidas, pero tenemos que obedecer esa palabra.

Ester 9: 1

“En el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece días del mismo mes, cuando debía ser ejecutado el mandamiento del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban enseñorearse de ellos, sucedió lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de los que los aborrecían”.

El decreto es una maldición, el enemigo había decretado destruir el pueblo de Dios, pero el pueblo de Dios intercedió y el rey permitió que se armaran para que se enfrentara al enemigo. Dios permite que usted se arme con alabanza, con oración, con el nombre y la sangre de Jesucristo.

Cuando la maldición del enemigo se decretó contra este lugar o contra los hijos de Dios, pero ese día este “grupito” se enseñoreo del enemigo, que el enemigo se vaya ya.

Diga: yo veré la gloria de Dios. Yo sé que mi redentor vive. Cuando el pueblo de Dios iba a la guerra iba armado de valor, con espíritu de valentía.

Salmos 120: 1-3

“A Jehová clamé estando en angustia, y él me respondió. Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta. ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?”

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