Dios quiere que nos entreguemos
totalmente a él, sin reservas. Dios no quiere que esa entrega sea medias sino
completamente.
Mateo 13: 44
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un
campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y
vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”.
Nosotros ya encontramos ese
tesoro. Jesucristo se mostró es la luz del mundo y nosotros tenemos que darlo a
conocer.
Es tiempo de renuncia a nuestro
viejo hombre, a nuestra vieja manera de vivir. No debemos seguir haciendo cosas que no debemos.
Nosotros tenemos poder para
decirle no a la tentación. Si le decimos si a la tentación es porque hemos
bajado los niveles de oración.
Mateo 27: 50-54
“Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el
espíritu. Y he aquí, el velo del templo
se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se
partieron; y se abrieron los sepulcros,
y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la
resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando
a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en
gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios”.
Dios entregó a su hijo Jesucristo
por completo. Cristo se entregó por toda la humanidad. Cristo se entregó por
completo y espera de nosotros entrega total.
Cuando recibimos a Cristo el velo
se rompe.
El Espíritu de Dios transforma
todo. Toda lengua tiene que confesar que Cristo es el Señor.
El único que puede cambiar
nuestra vida es Jesucristo. Cuando recibimos a Cristo recibimos poder.
Cuando nosotros nos entregamos
totalmente la gente dice. Este es distinto, este es un hijo de Dios.
A Pedro le dijeron cuando
prendieron a Jesús: tú eres de ellos porque tu manera de hablar te delata.
Eso debe pasar con vosotros nos
debe cambiar hasta l amanera de hablar.
Eclesiastés 3: 6
Tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de
desechar;
¿Cuándo es? El tiempo es hoy.
Usted no está acá por casualidad sino porque tiene un propósito en su vida.
A veces no se cree porque piensan
que es una religión y Dios no es religión, es un cambio de vida.
Usted quiere vivir bueno, piense
en Jesús, claro que hay dificultades, el camino del Señor es muy lindo, tiene
espinas, pero también nos ayuda a sobrepasar las dificultades.
Tiempo de buscar dice el Señor,
buscamos milagros, respuestas de Dios, pero él quiere que lo busquemos de
corazón.
Tiempo de perder lo que usted ha
buscado en el mundo, perder las viejas costumbres, su vieja manera de vivir.
Tiempo de guardar la palabra. “Sobre
toda cosa guardada guarda tu corazón”.
Tiempo de desechar las obras de las tinieblas, desechar las cosas del mundo,
dice la apalabra que el que se hace amigo del mundo se constituye en enemigo de
Dios. Lo que se llama pecado es amistad con el mundo.
Marcos 1: 16-20
“Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano,
que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré
que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante, vio a
Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que
remendaban las redes. Y luego los llamó;
y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron”.
Le siguieron inmediatamente, no
le pusieron condiciones.
Dijo venid en pos de mí, no les dijo
vengan en pos de una religión. No se trata de dejar ahora todo lo que tenemos
sino de poner al Señor en primer lugar. Dios nos llama de diferentes modos para
que le adoremos. Le podemos servir en nuestro trabajo, en nuestro hogar, en
donde estemos. Dejemos la incredulidad.
Juan 21: 1 – 6
“Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al
mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro,
Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y
otros dos de sus discípulos. Simón Pedro
les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo.
Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya
iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían
que era Jesús. Y les dijo: Hijitos,
¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la
barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran
cantidad de peces”.
En el 4 los discípulos no se
dieron cuenta de que era Jesús.
Algo sobrenatural ocurrió y sin
embargo sólo se dieron cuenta de que era Jesús cuando él les dijo.
Juan 21: 15-18
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El
le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo
de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le
dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me
amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le
respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo:
Apacienta mis ovejas. De cierto, de
cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas
cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a
donde no quieras”.
Amós 5: 4
“Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis”
Tenemos que buscar a Dios.
Amos 5: 14
“Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios
de los ejércitos estará con vosotros, como decís”.
¿Todavía buscando respuestas en
el mundo?
Para que viváis, si buscamos lo
bueno. Cuando buscamos a Dios tenemos su respaldo.
Jeremías 29: 11-13
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a
mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me
hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.
Dios quiere cosas buenas en su
vida, cosas maravillosas, pero no nos hemos entregado totalmente.
Perder el mundo es ganancia con
Dios.
Pensamientos de paz nos da Dios.
Dios quiere que disfrutemos de la presencia de Dios. Vengamos a Dios e invoquémoslo
de todo corazón. La recompensa por buscarle es que Dios nos escucha.
Sofonías 2: 3
“Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por
obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en
el día del enojo de Jehová”.
Los soberbios no pueden venir a
Cristo, su soberbia no los deja.
Los humildes son los que
reconocemos que dependemos totalmente de Dios.
Proverbios 10: 6
“Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; pero violencia cubrirá la
boca de los impíos”.
Hemos sido justificados por
Cristo el Señor.
Aquellos que se levantan contra
el justo. El Espíritu de Dios hace justicia.
Dios no va a permitir que el
enemigo arrase con nosotros.
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