Levítico 21: 17-24
“Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus
generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su
Dios. Porque ningún varón en el cual
haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o rotura
de mano, o jorobado, o enano, o que
tenga nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. Ningún varón de la descendencia del sacerdote
Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas
encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de
su Dios. Del pan de su Dios, de lo muy
santo y de las cosas santificadas, podrá comer.
Pero no se acercará tras el velo, ni se acercará al altar, por cuanto
hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo Jehová soy el
que los santifico. Y Moisés habló esto a
Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel”.
En el Antiguo Pacto sucedía que
personas que tenían defecto no podía presentarse delante del altar de Dios, no
podía ministrar las cosas sagradas de Dios.
Nuestra sociedad tiene tantas
personas en esta condición. Lo primero cuando vamos a tener un bebé es desear
que llegue completo y sano.
Tal vez Zaqueo era muy pequeño la Escritura dice que era un hombre
de baja estatura, Jesús tuvo misericordia de él y de las personas que tienen
defectos, Jesús marcó una diferencia.
Levítico 13: 45- 46
“Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su
cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! Todo el tiempo
que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo;
fuera del campamento será su morada”.
Es muy fácil para algunos decir
hagan lo que dice la palabra, pero se imaginan ¿una persona de esas cómo se
sentirá?
Cuantas personas con defectos
físicos y la gente hace burla aun en los colegios: que porque es gordo, que
porque tiene gafas, tanto matoneo y tantas cosas que se ven hoy en día. En la
misma sociedad que si no tienes 90 – 60 – 90; que no puedes salir en el
noticiero como presentadora si no tienes unas curvas. Estas cosas ocurren desde
los mismos jardines infantiles.
Dice la escritura que este
leproso tenía que estar aislado de la gente. Cuántas veces nos sentimos solos
aun teniendo nuestras familias, estas
personas no podía ir a ninguna parte, todo era inmundo hasta los muebles donde
ellos se sentaban, los utensilios, estaban alejados de la sociedad como el
endemoniado gadareno que estaba alejado de la sociedad, pero Cristo rompió esas
cadenas en ese endemoniado.
Levítico 15: 19
“Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su
cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo
hasta la noche”.
No solamente ella era inmunda
sino quien se le acercara.
En el 25 y 26
“Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días
fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su
costumbre, todo el tiempo de su flujo será inmunda como en los días de su
costumbre. Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su flujo, le será como
la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo, como
la impureza de su costumbre”.
Solo Dios conoce el dolor de las personas que
están personas, como la persona de este grupo que tenía lupus y que Dios la
sanó, solo Dios sabe cómo se sentía ella.
Todo esto que Dios trae es para
que nosotros podamos entender que toda esa gente que tenía enfermedades, que
tenía discapacidades estaba alejada de la gracia de Dios, no podía ministrar
nada, pero en Jesucristo nosotros somos esos cojos, esos paralíticos, esos
ciegos que Dios nos llama y nos hace sentar en la mesa.
I Samuel 20: 15 - 17
“y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová
haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el
nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la casa de David,
diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David. Y Jonatán hizo jurar a David otra vez, porque
le amaba, pues le amaba como a sí mismo”.
Jonatán estaba haciendo una
petición a David y ese día Jonatán y David hicieron un pacto.
Cuando llegó la noticia de que
Saúl y Jonatán habían sido muertos, dicen que Jonatán tenía un hijo de 5 años
que se llamaban Mefiboset. Dicen que cuando iban a huir la nodriza lo dejo caer
y quedó lisiado de ambos pies.
Un día dice David: “¿A quién
puedo yo hacer misericordia de la casa de Jonatán, de la casa de Saúl? David no
tenía sede venganza, siempre dejó la venganza en Dios. Muchas veces Dios le
presentó a Saúl para que él tomara venganza de sus propios enemigos y él siempre
dejó la venganza en manos del Señor.
II Samuel 9: 1- 13
“Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo
misericordia por amor de Jonatán? Y había un siervo de la casa de Saúl, que se
llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo:
¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie
de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al
rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y
Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en
Lodebar. Entonces envió el rey David, y
le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de
Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David:
Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a
la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te
devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo,
para que mires a un perro muerto como yo? Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y
le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu
señor. Tú, pues, le labrarás las
tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el
hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor
comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo
que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset,
dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se
llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de
Mefi-boset. Y moraba Mefi-boset en
Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos
pies”.
Le dice David al Siervo a quien
haga yo misericordia de Dios porque la misericordia proviene de Dios. El fruto
del Espíritu Santo son las buenas obras.
Ese hombre era lisiado de los
pies y era inmundo ante la sociedad y él mismo se sentía así.
Que diría Mefiboset el enemigo de
mi abuelo me llama y seguro pensó que lo iba a matar. Pero por el contrario le
devolvió las tierras y le dijo tu comerás siempre en la mesa del rey. Esa es la
misericordia de Dios.
Se sentía como un perro muerto.
El enemigo dice que no somos nada, pero es un mentiroso porque somos hijos de
un gran Rey.
David le puso gente que le sirviera.
“Comerá a mi mesa como hijo del
rey” como se alborota la tierra cuando el siervo es eleva a categoría de hijo
del rey. Como se alborota la tierra cuando Dios coge lo vil y menospreciado y
lo pone en un buen lugar.
Por el amor que David tenía a
Jonatán Dios hizo misericordia, por el amor que Dios tenía por David y por ese
mismo amor Salomón hijo de David tuvo las promesas de Dios. Dios hizo pacto con
David y le dijo que siempre habría rey en su trono y ese rey que vive para
siempre se llama Jesucristo rey de reyes y Señor de señores. Y por amor al rey
Jesucristo Dios dice en su palabra en el salmo 1: 6 – 7: “Mi hijo eres tú yo te
he engendrado hoy y te daré por herencia las naciones”. Si David por amor de
Jonatán tuvo misericordia de este hombre, si Dios por amor de David tuvo
misericordia de Salomón, Dios por el amor de Jesucristo porque le amamos a él,
Dios tiene misericordia de cada uno de nosotros. Ese es el pacto eterno.
Todos los que se acercaban a
Jesús le imploraban: “Jesús ten misericordia de m.”
Un leproso que estaba lleno de
llagas desde la cabeza hasta los pies, dicen que Jesús no hacía acepción de
personas pues el vino a marcar la diferencia, Jesús pasaba en medio de ellos,
no decía: “Si yo me le acerco se me pega
esa enfermedad”. Decían que los que tocaban el borde de su manto eran libres y
eran sanos, bendito sea su nombre.
Dicen que los sacerdotes no
podían entrar donde había muertos así fuera la mamá porque quedaban impuros,
Jesús iba a muerto físicos y espirituales y ante su voz recobraban vida y Dios
les levantaba. Cuando Lázaro, cuando aquella niña y Jesús le dijo Talita Cumi.
Jesús vino a cumplir la ley y
amostrar misericordia. Dios nos ha mostrado lo que quiere de nosotros hacer
justicia, misericordia y ser humilde ante él.
Marcos 5: 21 – 34
“Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió
alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga,
llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está
agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran
multitud, y le apretaban. Pero una mujer
que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y
gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás
entre la multitud, y tocó su manto. Porque
decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y
sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder
que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis
vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices:
¿Quién me ha tocado? Pero él miraba
alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando,
sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le
dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija,
tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote”.
¿Por qué seguían a Jesús? Por los
milagros, porque sabían que en él había respuesta, pero no lo seguían por lo
que era realmente y se iban con los milagros como los leprosos que fueron 10
los sanados y solo uno fue a darle gracias.
Dentro de este remanente quiero pensar
y creer que estamos buscando a Dios por lo que él es, no solo por sus milagros
sino por lo que Dios nos ha dado. Y si por algo estamos acá es porque sabemos
que él sabe que es lo mejor para nuestras vidas. Que unas veces Dios dice sí y
otras dice no, pero que nosotros podamos amarlo con todo el corazón.
Los milagros pasan, pero ¿qué de
nuestras almas? Dios nos pude dar riquezas y todos los bienes materiales que
queremos y anhelamos en este momento, ¿pero qué si nuestra alma se pierde?
La mujer de que habla este pasaje
llevaba 12 años y solo ella sabía su sufrimiento. Quizás no tienes flujo de sangre, pero, quizás tu corazón se
siente dolido.
Cuanto rechazo de la sociedad,
qué puede ser peor que uno creerse lo que le dicen, creer lo que la sociedad
nos dice, que se burlan porque buscamos de Dios o porque no tenemos tanto
materialmente como lo tiene ellos. Qué cosa peor que endurecer el corazón y no
recibir corrección y decir que estamos bien y que estamos haciendo las cosas
bien, pero no queremos que nadie nos diga nada, no queremos recibir el consejo
de nadie porque pensamos que es el hombre, pero no miramos que es Dios que
quiere lo mejor para nuestras vidas, qué cosa peor que un corazón endurecido,
un corazón que no se asombre de los milagros de Dios, que no se asombre de su
palabra. ¿Qué cosa peor que la muerte espiritual y no sentir la presencia de
Dios, que no palpitar cuando se canta una alabanza, que uno no estremecerse en
su presencia?
Que cuando se expone su palabra
digamos es pura emoción, ¿qué peor que esto?
Dice el 27 que tocó el manto de
Jesús. No se quedó quieta sabía que en Dios encontraba respuesta. Piensa en
este momento en las respuestas que Dios te ha dado en muchas ocasiones. Esta
mujer no se quedó quieta, ella pensó: en
Jesús hay respuesta.
En el 28 dice: “si tocara
siquiera su manto seré salva”. No decía si tocara su mano u otra parte del
cuerpo, n, pensó en el manto. Dios llamó a esa mujer desde la multitud porque
la fe que había en esa mujer era grande, ella sabía, a ella no le dio
vergüenza. Ella dijo: “ya no más esta situación”. Ella tomó una actitud en tu
vida de no seguir con la misma condición.
Esa mujer dijo “Llevo doce años
cargando este azote, pero ya no más, en Jesús hay respuesta”. Esta mujer no
tuvo que hacer nada solo tuvo que creer y creer es obedecer a su palabra.
La palabra de Dios no es letra
muerta. Es locura para el mundo, pero poder de Dios para los que creen. Estamos
vivos por esta palabra y somos sanos por esta palabra.
Como en la mujer sirofenicia que
dicen que Jesús la ignoró, pero era la prueba que Dios estaba haciendo en esa
mujer. Así nosotros a veces sentimos los silencios de Dios. Muchas veces Dios
guarda silencio, pero él está trabajando, probando nuestra fe.
La fe de la mujer sirofenicia fue
una fe atrevida que no se dejó amilanar,
porque ella sabía que en el manto de Jesús hay misericordia, sabía que Jesús
era un Dios de misericordia.
Sigue diciendo la palabra: “¿Quién
ha tocado mis vestidos?” Qué había en el manto de Jesús. Vamos ver que había en
el manto de Jesús vamos a:
Isaías: 61: 3
“…a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de
ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para
gloria suya”.
Manto de alegría. En la alabanza
cantamos que este gozo que yo tengo en mi alma solo Cristo me lo puede dar, y
terminamos que felicidad, que alegría.
Cuando entramos en la presencia
de Dios, podemos llegar cansados y con muchos problemas, pero tenemos que salir
diferentes.
Miremos lo que dice en el 10: “En
gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me
vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio
me atavió, y como a novia adornada con sus joyas”.
Me justificó. La ofrenda por
nuestros pecados es Jesucristo, es su sangre, es la ofrenda por la cual podemos
entrar al lugar santísimo e implorar su misericordia. Dios nos pone hermosos
para él.
En Marcos 5 sigue diciendo: “quien
me ha tocado” la mujer se postró delante de él y le contó la verdad y Cristo la
llamó hija, no la llamó esclava ni le dijo que era una mujer impura sino que le
dijo hija. Esta mujer fue una mujer valiente. Dios la llamó hija. Hay muchos
hombres y mujeres en el mundo que han nacido con defectos físicos por ejemplo
un hombre, Tony Meléndez, que nació sin pies y toca guitarra para Dios y decía no digas nunca que
no puedes. Nosotros estamos completos, ese hombre no tiene manos pero él dice:
Dios me ve perfecto. Sea que estemos como estemos que todo lo que hagamos lo
hagamos para la gloria de Dios.
Cuantas personas nacen con
defectos y uno los ve felices brincando en la cama de un hospital, niños que
nacen muy enfermos y lucha por vivir, tienen ganas de vivir porque Dios ha
soplando aliento de vida sobre ellos.
Dios ha soplado aliento de vida
sobre nosotros, nos ha dado motivos para vivir, nos ha dado motivos para seguir
luchando. Cuántos en nuestra familia están en depresión, cuántos en nuestras
familias no conocen el Dios vivo, el Dios Todopoderoso que nosotros tenemos, un
Dios que sana, un Dios que liberta.
Promesa de Dios en nuestras vidas
Jeremías 31: 3:
“…Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.
Jeremías 30: 12 – 17
“Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebrantamiento, y
dolorosa tu llaga. No hay quien juzgue
tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces. Todos tus enamorados te olvidaron; no te
buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a
causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados. ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento?
Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos
pecados te he hecho esto. Pero serán
consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en
cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron
presa de ti daré en presa. Mas yo haré
venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te
llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda”.
Muchas veces te has sentido
menospreciado por tu familia, por tu esposa. Pero Dios dice que nos da sanidad.
Dile a Dios: yo hoy toco tu
manto, recibo tu sanidad. No te alejes
de Jesús. Yo tomo hoy lo que Dios me ha dicho.
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