lunes, 3 de noviembre de 2014

El Reino de Dios



Cuando uno está en el reino de Dios es una alegría porque uno tiene un respaldo.

Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón cambiamos de reino, estábamos en el reino de las tinieblas y cuando recibimos a Cristo en nuestro Corazón entramos al reino de la luz, la luz admirable, la luz eterna, la luz de nuestro Señor Jesucristo.

Hay dos leyes de las cuales se desprenden todas las demás leyes en el reino de Dios, esta son fundamentales, son la obediencia y la fe.

El que nació de nuevo es natural que esté en estas dos leyes.

¿Cuál es primero la ley de la obediencia o la ley de la fe? La primera ley es la de la fe, fuimos engendrados por ella, alguien predicó la palabra de Dios y esa predicación produjo la fe para poder entrar en el reino y después viene la obediencia. Esto significa que el pecado más grande que podemos estar cometiendo es la incredulidad.

Jesucristo cuando estuvo en la tierra estuvo siempre convencido de que estaba en el reino de Dios. Recordemos la respuesta que dio cuando le preguntaros si era rey, dijo que sí, pero que su reino no era de este mundo.

En el reino de Dios todo es posible y todo es todo. Si Dios da una palabra y yo creo, eso se tiene que cumplir.

1.       ¿Qué es el reino de Dios y quién lo representa?

El reino de Dios es Dios manifestado en poder. 

Es como una fe irresistible. Lo que no puede resistir Satanás es cuando nosotros le creemos a Dios. Se cree a pesar de que las circunstancias sean adversas totalmente.

Para el que cree todo le es posible. No le podemos seguir creyendo a la enfermedad, no le podemos seguir creyendo a la ruina, no le podemos seguir creyendo a la división en los hogares. El reino de Dios es Dios manifestado en poder. 

Nosotros somos templos del Espíritu Santo qué hacemos viviendo de agache. No se nos olvide que cuando estamos en el reino de Dios estamos en contra del reino de las tinieblas.

Estoy en un reino distinto, estoy en el reino de Dios el cual es Dios manifestado en poder, para que salga de mi vida, de mi familia todo aquello que está estorbando.

Dice Ezequiel 22: 30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.

En los hogares está pasando un montón de cosas y no hay hombre o mujer en la brecha.

En qué se diferencia alguien que esté en el reino de Dios y el que no esté. Se diferencia en el fruto del Espíritu Santo.

El que no ande con forme a la palabra de Dios no está en el reino de Dios. Es muy claro lo que dice en Corintios 3: 11 porque nadie puede poner otro fundamente al que está puesto en cual es Jesucristo. El que no ande conforme al Verbo de Dios está fuera. 

Siempre la carne se opone a las cosas espirituales. 

El reino de Dios no se mezcla con el de las tinieblas. Por ejemplo no participa en la fiesta del 31 de octubre.
¿Quién representa el reino de Dios? Lo representa primero Jesucristo y luego su iglesia porque es su cuerpo.
Jesucristo decía siempre la verdad, no se confabulaba con el pecado porque pertenecía a un reino diferente. Nosotros estamos en el reino de Dios, un reino diferente, nos asiste la fe del unigénito hijo de Dios y todo tiene que caer bajo la planta de nuestros pies.

Recordando: La Iglesia somos todos nosotros y los que de recto corazón adoran, en todo el mundo, el nombre de nuestro Señor Jesucristo, cada uno de nosotros somos templo del Espíritu Santo y este lugar es una casa de oración.

Lucas 17: 20 – 21

Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,  ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”.

El reino de Dios lo tenían al frente. Y para nosotros, el reino de Dios está en nuestro corazón. 

A veces estamos clamando por un milagro y el Señor lo hace, muchos no le dan gloria a Dios sino que dicen, por ejemplo cuando son sanos: “no eso fueron tales pastillas”.

Reciba los milagros que Dios le da porque usted también puede caminar sobre las aguas. Estamos un reino distinto que cuando todo parece tan adverso para Dios todo es posible.

Los judíos estaban esperando ver un ejército humano que los rescataran de los romanos. Isaías 64: 1: “Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes”.

Dios anunció de muchas formas la venida del reino de Dios, pero estaban esperando otra cosa preconcebida por eso no creyeron. Por ejemplo se piensa que en grupos tan pequeños y sin un organigrama no puede estar Dios, por lo que muchos no creen en lo que hacemos, prefieren casas de oración grandes y rimbombantes, a sabiendas de que Jesucristo dijo: “donde hay dos o más reunidos en mi nombre ahí estoy en medio de ellos”.

Cuando pedimos un milagro, la estrategia es de Dios, se da como él quiere, pero que se da se da, pero si usted le cree, porque en el reino de Dios lo más importante es creer. 

I Corintios 1: 24

mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”.

Jesucristo para los llamados, para los que estamos en el reino de Dios es poder y sabiduría, poder para que todas esa fortalezas se tengan que replegar y sabiduría para comportarnos en medio de una sociedad, saber llevar las situaciones.

Lucas 10: 17-21

Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.  Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.  He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.  Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó”.

En romanos 14:17 dice que el reino de Dios es justicia paz y gozo.

Estos setenta como estaban el reino de Dios vinieron con gozo. Para ellos fue un descubrimiento: en el reino de Dios los demonios se sujetan en el nombre de Jesucristo. Estaban experimentando las delicias del reino de Dios.

Es tanto el poder que tenemos en el reino de Dios que cae Satanás como un rayo.

Nótese que es en el nombre de Jesucristo no es en ningún otro nombre, en ninguno.

Mire la promesa “os doy poder sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” Ese poder es dado a los que estamos en el reino de Dios.

Sin embargo hay que tener más alegría y felicidad de que nuestros nombres estén escritos en el reino de los cielos. Debemos estar alegres al entrar a este lugar y saber que nuestros nombres están escritos en el libro de la vida y que todas las tinieblas tienen que retroceder.

Nosotros podemos pasar todas las dificultades cuando estamos embriagados, no de vino, sino del Espíritu Santo, eso es lo que nos tiene en el reino de Dios, eso es lo que nos motiva y no hace más que vencedores.
Con razón esto es escondido a los sabios y entendidos porque esto es para los que creen, los que son como niños y creen. 

Cuando usted le cree a Dios usted le obedece y él dijo ore para que no entre en tentación, entonces tenemos que ser hombres y mujeres de oración.

2.       ¿cómo entrar y permanecer en el reino de Dios?

Es la tercera vez que Dios manda esta palabra como que nos dice: “la tercer vez que estoy tocando las puertas de tu corazón”.

Marcos 1: 15

“diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.

Y también proverbios 18: 13: “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Y proverbios 23: 26.

Así se entra en el reino de Dios: con arrepentimiento. Y el arrepentimiento viene cuando alguien predicó la palabra y le creó fe.

Primero confiesa, pero también se tiene que apartar.

 Miremos como permanecer:

I Juan 3: 8-9

 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.  Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.

No podemos pecar porque estamos en un reino diferente, el reino de Dios.

I Juan 5:3-8

Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.  Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.  ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.  Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.  Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan”.

Los mandamientos de Dios no son difíciles porque ya nacimos de nuevo y tenemos el Espíritu Santo de Dios habitando en nosotros.

No es disculpa que es que somos muy humanos porque dice que el que es nacido de Dios vence al mundo.
Con la fe podemos vencer en toda circunstancia.

Creer en Cristo es obedecer su palabra. Dios, a nosotros nos ha regalado mucha palabra para derrotar las tinieblas. Entonces, ¿Por qué las circunstancias se están enseñoreando de nosotros?

Cristo vino mediante agua significa que fue profetizado, el agua es la palabra y cuando habla de sangre está hablando del sacrificio.

Dios es uno con tres manifestaciones. 

En la tierra dan testimonio el Espíritu, el agua que es la palabra y la sangre que es el sacrificio y estos tres concuerdan.

Como estamos en el reino de Dios nosotros no nos podemos gobernar a nosotros mismos, otro nos gobierna.

I Corintios 15: 1-2

Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;  por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”.

Hay que retener para poder tener la salvación. Seremos salvos de todo de las situaciones y tendremos también la vida eterna.

Cuando venga el rapto que pasa con los que no retuvieron. Solo pensarlo da temor.

Si no empieza a disfrutar desde ahora cuando esté allá qué pasará. 

Efesios 1: 13 – 14

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,  que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.

Al recibirlo vino el Espíritu Santo, vino el renio de Dios. El Espíritu Santo es la garantía de nuestra herencia. Cristo nos da es el Espíritu Santo que es la garantía de nuestra salvación. 

Cristo se regocijó de que nuestros nombres estén escritos en el reino de los cielos.

Si Cristo empezó la obra, el Espíritu Santo es la garantía de que la obra será terminada.

Efesio 5: 25-27

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,  para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,  a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”.

Entrega total hizo el rey de reyes por nosotros y qué pasa con nosotros que no hay en nosotros esa correspondencia que debe haber.

Nadie pierde en el reino de Dios, no hay sino ganadores, más que vencedores. Yo sé en quien he creído y hay que llamar las cosas que no son como si fuesen. Romanos 4: 17 y 18. 

Que entre nosotros no vuelva a salir ninguna palabra de derrota por nuestros labios, sino palabras de virtud, palabras de gracia declarándole al enemigo que estamos en el reino de Dios, en el reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Muchas de las cosas que nos están pasando es porque no hay santidad. “Es que la carne es débil”, eso lo sabe Dios, lo sabe Jesucristo, pero diga el débil fuerte soy dice la palabra de Dios. “Esas debilidades yo las convierto en fortalezas, con simplemente que me crean”, dice el Señor.  Ya no hay excusa. La carne no quiere las cosas de Dios, pero el espíritu sí.

Ustedes están en el mundo, pero no son del mundo dice el Señor.

La palabra no solo nos da fe sino que nos purifica y nos limpia. 

Una iglesia gloriosa sin mancha ni arruga es la iglesia que se va en el rapto. Es una iglesia que está en el reino de Dios, una iglesia apartada. Juntos, pero no revueltos.

Judas 24-25

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,  al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén”.

De nosotros es el disponernos, estamos pecando en la incredulidad y en la poca disposición a las cosas de Dios.

Él nos puede guardar y esa iglesia gloriosa sin mancha y sin arrugas es la que se va ir en el rapto.

Nuestra consagración le produce a Dios mucha alegría.

Subraye la palabra potencia, el reino de Dios es Dios manifestado en poder. 

3.       ¿Usted se siente hoy en el reino de Dios?

A esta hora, ¿usted se siente que está en el reino de Dios? Respóndase cada uno. 

¿Se siente en el reino de Dios o se ha salido? Si es lo segundo Dios le da oportunidad de arrepentirse.

El que si se sienta dele gracias a Dios y ore por los que no se sienten.

Una parábola nos va a mostrar si estamos establecidos o no. está en Mateo 13: 44

Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.”

Nos está diciendo que el que está en el reino de Dios valora las cosas de Dios. Vender todas las cosas y comprar aquel campo es renunciar a todo lo que está estorbando para que pueda entrar y disfrutar del reino de Dios. Esto es lo que significa esta parábola.

Saque lo que esté estorbando, la envidia, los apegos, la maledicencia  y todo lo que estorba.

Por último la ilustración.

Mateo 25: 7-13

Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.  Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.  Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.  Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.  Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 1 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!  Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

El número 10 significa prueba en la Biblia. La lámpara es la palabra de Dios. En el pueblo de Dios hay de todo: sensatos e insensatos.

 Las vírgenes fueron probadas en el esperar.

La media noche, hace rato viene profetas y profetizas por todo el mundo diciendo: “Cristo viene, viene el arrebatamiento, ya suena la trompeta” y gran cantidad del pueblo diciendo no esos son uno extremistas, unos locos.

En el reino de Dios la actitud de los que estamos cimentados en él es una actitud de espera y lo estamos esperando con gran ansia, como termina la última oración en la biblia en Apocalipsis: “si ven pronto Señor Jesús” es el clamor de su iglesia lo estamos esperando, él está a las puertas.

El que está en el reino de Dios tiene una actitud de preparación, tiene aceite en la vasija permanente. Los que están en el reino de Dios son los que van a disfrutar las bodas del cordero, los demás son “buchipluma”  

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