1. Introducción
Apocalipsis 15:8
“Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y
nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas
de los siete ángeles”.
El templo somos nosotros, el humo
es la santidad.
Esa es la iglesia de los últimos
tiempos, por lo tanto tenemos que empezar a fluir en el Espíritu.
La gloria es que llegue la
tentación y nos resbale, lo más lindo es que no sucumbamos una y otra vez en
los mismos pecados.
Eso de que somos seres humanos ya
suena a disculpa. Si lo somos, pero ya somos templos del Espíritu Santo. Esa
humana debilidad Dios la convirtió en Divina fortaleza.
Hay que buscar mucha a Dios en
congregarnos, en reunirnos.
Juan 25: 5
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en
él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
Entendemos que separados de
Cristo no podemos hacer nada. Dependemos ciento por ciento de Jesucristo.
Tenemos que ir a las rodillas para que Dios confirme sus deseos en nosotros.
Nos tenemos que convencer de que
sin el nada podemos hacer, declarémonos hoy Cristodependientes,
espiritusantodpendientes.
Pongamos en primer lugar a Yahvé
Dios en nuestras vidas.
Juan 5: 30
“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio
es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la
del Padre”.
No puedo hacer nada por mí mismo.
Cristo estaba conectado al padre y no hacía nada que fuera la voluntad del
padre.
Dice la palabra: “hágase tu
voluntad”, y nosotros haciendo lo que nos da la gana.
Isaías 60: 1 – 3
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová
ha nacido sobre ti. Porque he aquí que
tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá
Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los
reyes al resplandor de tu nacimiento”.
Esa es la iglesia que Dios quiere
ver, una iglesia resplandeciente.
“Levántese hacia mi hacia mi
perfecta voluntad”, dice el Señor.
Una de las cosas que Satanás más
quita es el gozo.
Si nos dejamos quitar esa
bendición del gozo, ofendemos a quien nos dio esa bendición.
2. vemos que nos llegó el
amanecer.
Los que no tiene a Cristo van a
ver la luz y la van a ver en nosotros.
Salmos 27: 1
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la
fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”
El temor al futuro no nos deja
ver la luz de Dios.
Yahvé es la luz y la fortaleza.
Si se desanima lea este versículo.
Juan 2: 19
“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré”.
Viene el enemigo y con seguridad
Dios lo saca de ahí.
II Corintios 2: 17
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor,
allí hay libertad”.
Con esto se demuestra que cuando
se recibe a Cristo se recibe al Espíritu Santo.
Por eso no podemos ser esclavos.
La Iglesia de los últimos tiempos
tiene que tener mucha libertad. Debemos ser libres del pecado, estamos en mucha
libertada para hacer la santa voluntad de Dios.
Somos esclavos de Cristo para
hacer la perfecta voluntad del Padre.
Si hicimos un pacto y le
entregamos nuestro corazón a Cristo, ¿con qué derecho se lo volvemos a quitar?
Jeremías 23: 29
“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que
quebranta la piedra?”
Esta es la Iglesia de los últimos
tiempos: que lo que salga por nuestros labios
fuego es.
II Crónicas 7: 1 – 3
“Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y
consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa. Y
no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de
Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel
descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus
rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es
bueno, y su misericordia es para siempre”.
Habla de la unción como en
apocalipsis 15: 8 que vimos al principio. Cómo sería esa unción que el fuego
consumió el holocausto.
3.
Manifestaciones
del Espíritu Santo
Lucas 3: 21 – 22
“Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue
bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en
forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi
Hijo amado; en ti tengo complacencia”.
3.1. En forma
de paloma.
Para que la gente lo viera.
“orando, el cielo se abrió”,
cuando oramos en el nombre de Jesús, el cielo se abre y Dios escucha.
Allí, estaban Presentes las tres
manifestaciones de Dios, El Hijo, el Espíritu Santo y el Padre.
El Padre y el Espíritu, los dos
dieron testimonio del Mesías.
No entendemos por qué decimos que
tenemos al príncipe de paz en nuestros corazones y andamos en desasosiego.
El Espíritu Santo se quiere
manifestar corporalmente en el cuerpo de Cristo, en su pueblo, dondequiera que estemos: en el trabajo, en el estudio,
Dios quiere hombres y mujeres llenos de paz y gozo y que esté, desde el cielo,
Dios diciendo ese es mi cuerpo.
3.2. Inspiración
II Pedro 1: 16 – 21
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor
Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con
nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y
gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi
Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada
del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la
palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
Dice el Espíritu Santo que los
que allí escribieron es porque creyeron y vieron. Parte de lo sobrenatural, de
Dios.
Esto hace que sea la palabra de
Dios. Tenemos la profecía más segura, la palabra de Dios. Oramos para que el
Espíritu Santo nos dé inspiración.
El Espíritu Santo se manifiesta
en nosotros como vida de ejemplo.
Mateo 10: 20
“Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro
Padre que habla en vosotros”.
Ande en santidad y él lo guiará.
3.3. En el
aceite de la unción
Salmos 89: 20
“Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción”.
Lucas 4: 16 - 22
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en
la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro
del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba
escrito:
El Espíritu del Señor está sobre
mí,
Por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los
cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los
oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de
todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha
cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de
él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y
decían: ¿No es éste el hijo de José?”
I Juan 2: 20
“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas”.
I Juan 2: 27
“Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y
no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña
todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado,
permaneced en él”.
El aceite se usa para la unción y
también para las lámparas. El Espíritu Santo en nosotros es el que nos ayuda a
vivir la palabra y en obediencia. Si no somos ungidos no somos nada en la
oración.
Ya no somos nosotros los que
debemos ser reconocidos sino que le que sebe ser reconocido es Cristo.
Significa que el Espíritu Santo está
en nuestras vidas y de nosotros deben salir, también palabras de gracia, no de maldición
ni de destrucción.
En los dos versículos el Espíritu
Santo le apunta a la permanencia en Jesucristo, donde usted esté será
respaldado por el Espíritu Santo.
Hechos 2: 1 – 4
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de
repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el
cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen”.
3.4. Como
viento recio, lenguas como de fuego, otras lenguas.
La gran función es glorificar a
Jesucristo.
El poder de Cristo es ilimitado.
Es el tiempo de meternos con Dios, ahora va a manifestarse en su iglesia es hora
de sumergirnos en el océano de Dios.
El poder sobrenatural que en
nosotros va fluir va a ser importante.
Hechos 19: 13
“Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar
el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os
conjuro por Jesús, el que predica Pablo”.
Conocían a Jesús y a Pablo por la
unción.
Hay que hacer mucha oración para
que la unción fluya de tal manera que caiga todo.
¡Vamos a marcar la diferencia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario