I Corintios 4: 20
Porque el reino de Dios no
consiste en palabras, sino en poder.
Primero nos transformó.
Dice en Romanos 14: 17 que “porque
el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo”. Y acá amplia más el concepto porque dice que es poder.
Ante cualquier circunstancia es
ir por encima de ella.
Genesis 1: 1-3
En el principio creó Dios los
cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de
las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
No había la luz, pero el Espíritu
de Dios se movía sobre las aguas. Alas aguas significan la palabra de Dios.
Creó la luz.
La luz del mundo es Jesucristo.
En esa luz nos tenemos que
mantener, no en la oscuridad del miedo, de la desesperanza…
A veces llegan las circunstancias
y dejamos ir la luz.
A pesar de las circunstancias que
pueden hacer ver oscuridad, en la paz de su corazón hay luz.
El Espíritu Santo se mueve sobre
su palabra. Él pone la luz de la esperanza y el orden.
Donde hay desorden y oscuridad el
Espíritu Santo pone el orden y la luz.
Éxodo 3: 1 – 2
Apacentando Moisés las ovejas
de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del
desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios Y se le apareció el Ángel de
Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la
zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Dios nos encontró en el desierto.
En le desierto hay un pastor que
está llevando las ovejas a las alturas a la presencia de Dios
En medio de una zarza en fuego y
no se consumía la zarza.
El Espíritu Santo mora en
nosotros, no vino para consumirnos sino para llenarnos de poder.
La zarza somos tu y yo y el fuego
es el Espíritu Santo
El fuego de la prueba no nos va a
consumir.
Génesis 41: 37 – 43
El asunto pareció bien a
Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro
hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
Obligó a Faraón a decir esto
delante de su pueblo. Cuando recibimos a Cristo entró el Espíritu Santo y nos
convertimos en su templo.
Los impíos dicen: no hay como
ellos.
Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha
hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi
casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré
yo mayor que tú.
Nosotros estamos en un mejor
pacato que José. Para nosotros, en Cristo, tenemos la misma herencia.
Dios nos puso encima y no abajo.
Dios lo puso arriba porque José
se puso debajo de los pies de Dios.
41:41 Dijo además Faraón a
José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 41:42 Entonces
Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo
vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 41:43 y
lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la
rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
Yo pongo vuestros perseguidores
delante de vosotros pueblo mío, de rodillas, en señal de supremacía de mi
Espíritu Santo en vosotros. Por qué vas a dudar pueblo mío. Tengo toda
situación en mis manos y yo pongo de rodillas toda situación delante de
vosotros. Vosotros estaréis encima y no abajo. No te inclinéis, no te
desaniméis, dice el Señor, sino levantaos, erguíos porque yo estoy con
vosotros, dice el Santo de Israel.
Ezequiel 37: 1
La mano de Jehová vino sobre
mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que
estaba lleno de huesos.
Poder y delicadeza. Estamos hablando
del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es poder, pero
también delicadeza.
Apocalipsis 1: 9 - 2019
1: 9 Yo Juan, vuestro hermano,
y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de
Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y
el testimonio de Jesucristo.
Cuando uno está en Jesucristo
será muy rechazado.
Jesucristo no ha venido y es por
su misericordia porque nos tiene paciencia. Para que los que estén destinados
para salvación entren a la vida en Cristo.
1:10 Yo estaba en el Espíritu
en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 1:11 que
decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro
lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que
hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
Estaba encarcelado, pero estaba
en el Espíritu. En las circunstancias difíciles, pero en el Espíritu, podemos estar.
El cuerpo preso. pero su espíritu
recibiendo revelación
Estaba en una cárcel, pero estaba
en Cristo.
No se deje encarcelar, porque por
el Espíritu Santo usted es libre.
Siete candeleros de oro, de rey,
siete es el número de papito Dios.
A José le puso anillo de sello,
puso a Egipto debajo de sus pies, así esas circunstancias que estoy viviendo,
Dios las pone debajo de mis pies.
1:13 y en medio de los siete
candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba
hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 1:14 Su cabeza y sus
cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de
fuego;
Los ojos como llama de fuego el
en el arrebatamiento tiene que ver en nosotros fuego.
1:15 y sus pies semejantes al
bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas
aguas. 1:16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada
aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su
fuerza.1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra
sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 1:18 y el que
vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén.
Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Usted puede ver, a pesar de sus
circunstancias, la diestra de Dios.
La muerte solamente si él lo
permite.
1:19 Escribe las cosas que has
visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 1:20 El misterio
de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros
de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete
candeleros que has visto, son las siete iglesias.
Las estrellas son los líderes,
los ministerios que enseñan la palabra de Dios, los candelabros las iglesias.
Siete indica que la iglesia debe
estar en la plenitud de Dios cuyo numero es el siete.
Por eso es que no puedo dejar
apagar este fuego del Espíritu Santo.
Acabamos de ver el poder ahora
vamos a ver la delicadeza.
Efesios 4: 22 - 32
En cuanto a la pasada manera
de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos,
A nosotros nos toca despojarnos
del viejo hombre.
Deseos de dinero y fama, deseo
engañosos, porque cuando los consiguen sigue el mismo vacío.
4:23 y renovaos en el espíritu
de vuestra mente,
Hay que despojarnos y hay que
permitir que nos renueve. Tenemos que pensar como Cristo y piensa y el sólo
hacía la voluntad del Padre.
4:24 y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
El nuevo hombre es el nuevo
nacimiento.
4:25 Por lo cual, desechando
la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los
unos de los otros.
La mentira no va con nosotros ya.
Jesucristo es verdad.
4:26 Airaos, pero no pequéis;
no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
Que no pases al otro día sin
pedir perdón o sin habernos calmado. No pecar ni gritar vejámenes.
Pedir perdón a nuestro prójimo y
luego a Dios.
No estamos llamados a criticar
gobiernos. Sólo decir la verdad cuando el Espíritu Santo así lo ordena.
4:27 ni deis lugar al diablo.
Cuando no se despoja del viejo
hombre, y ha criticado y tiene miradas indebidas está dando lugar al diablo.
Cuando abre puertas al diablo el va a tomar lugar.
4:28 El que hurtaba, no hurte
más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué
compartir con el que padece necesidad. 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de
vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar
gracia a los oyentes.
Es un cambio en todos los
aspectos de nuestra vida.
Como hijo de Dios no debo decir
sandeces. Debo hablar lo que construye.
4:30 Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención.
Esta es la clave. El espíritu
Santo es delicado.
Para estar preparados cuando
Cristo venga.
4:31 Quítense de vosotros toda
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 4:32 Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo.
El Espíritu Santo se contrista
cuando somos rencorosos, envidiosos, decimos palabras soeces, hacemos gritería,
cuando nos enojamos y no pedimos perdón, cuando no tenemos la valentía de reconocer
nuestros errores.
El Espíritu Santo está haciendo,
en nuestras vidas, un proceso de santificación.
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