lunes, 15 de febrero de 2021

Poder y delicadeza

 

I Corintios 4: 20

Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.

Primero nos transformó.

Dice en Romanos 14: 17 que “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”. Y acá amplia más el concepto porque dice que es poder.

Ante cualquier circunstancia es ir por encima de ella.

Genesis 1: 1-3

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

No había la luz, pero el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Alas aguas significan la palabra de Dios.

Creó la luz.

La luz del mundo es Jesucristo.

En esa luz nos tenemos que mantener, no en la oscuridad del miedo, de la desesperanza…

A veces llegan las circunstancias y dejamos ir la luz.

A pesar de las circunstancias que pueden hacer ver oscuridad, en la paz de su corazón hay luz.

El Espíritu Santo se mueve sobre su palabra. Él pone la luz de la esperanza y el orden.

Donde hay desorden y oscuridad el Espíritu Santo pone el orden y la luz.

Éxodo 3: 1 – 2

Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

Dios nos encontró en el desierto.

En le desierto hay un pastor que está llevando las ovejas a las alturas a la presencia de Dios

En medio de una zarza en fuego y no se consumía la zarza.

El Espíritu Santo mora en nosotros, no vino para consumirnos sino para llenarnos de poder.

La zarza somos tu y yo y el fuego es el Espíritu Santo

El fuego de la prueba no nos va a consumir.

Génesis 41: 37 – 43

El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?

Obligó a Faraón a decir esto delante de su pueblo. Cuando recibimos a Cristo entró el Espíritu Santo y nos convertimos en su templo.

Los impíos dicen: no hay como ellos.

 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.

Nosotros estamos en un mejor pacato que José. Para nosotros, en Cristo, tenemos la misma herencia.

Dios nos puso encima y no abajo.

Dios lo puso arriba porque José se puso debajo de los pies de Dios.

41:41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 41:42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 41:43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

Yo pongo vuestros perseguidores delante de vosotros pueblo mío, de rodillas, en señal de supremacía de mi Espíritu Santo en vosotros. Por qué vas a dudar pueblo mío. Tengo toda situación en mis manos y yo pongo de rodillas toda situación delante de vosotros. Vosotros estaréis encima y no abajo. No te inclinéis, no te desaniméis, dice el Señor, sino levantaos, erguíos porque yo estoy con vosotros, dice el Santo de Israel.

Ezequiel 37: 1

La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

Poder y delicadeza. Estamos hablando del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es poder, pero también delicadeza.

Apocalipsis 1: 9 - 2019

1: 9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

Cuando uno está en Jesucristo será muy rechazado.

Jesucristo no ha venido y es por su misericordia porque nos tiene paciencia. Para que los que estén destinados para salvación entren a la vida en Cristo.

1:10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 1:11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,

Estaba encarcelado, pero estaba en el Espíritu. En las circunstancias difíciles, pero en el Espíritu, podemos estar.

El cuerpo preso. pero su espíritu recibiendo revelación

Estaba en una cárcel, pero estaba en Cristo.

No se deje encarcelar, porque por el Espíritu Santo usted es libre.

Siete candeleros de oro, de rey, siete es el número de papito Dios.

A José le puso anillo de sello, puso a Egipto debajo de sus pies, así esas circunstancias que estoy viviendo, Dios las pone debajo de mis pies.

1:13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;

Los ojos como llama de fuego el en el arrebatamiento tiene que ver en nosotros fuego.

1:15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 1:16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 1:18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Usted puede ver, a pesar de sus circunstancias, la diestra de Dios.

La muerte solamente si él lo permite.

1:19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 1:20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.

Las estrellas son los líderes, los ministerios que enseñan la palabra de Dios, los candelabros las iglesias.

Siete indica que la iglesia debe estar en la plenitud de Dios cuyo numero es el siete.

Por eso es que no puedo dejar apagar este fuego del Espíritu Santo.

Acabamos de ver el poder ahora vamos a ver la delicadeza.

Efesios 4: 22 - 32

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

A nosotros nos toca despojarnos del viejo hombre.

Deseos de dinero y fama, deseo engañosos, porque cuando los consiguen sigue el mismo vacío.

4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

Hay que despojarnos y hay que permitir que nos renueve. Tenemos que pensar como Cristo y piensa y el sólo hacía la voluntad del Padre.

4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

El nuevo hombre es el nuevo nacimiento.

4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

La mentira no va con nosotros ya. Jesucristo es verdad.

4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

Que no pases al otro día sin pedir perdón o sin habernos calmado. No pecar ni gritar vejámenes.

Pedir perdón a nuestro prójimo y luego a Dios.

No estamos llamados a criticar gobiernos. Sólo decir la verdad cuando el Espíritu Santo así lo ordena.

4:27 ni deis lugar al diablo.

Cuando no se despoja del viejo hombre, y ha criticado y tiene miradas indebidas está dando lugar al diablo. Cuando abre puertas al diablo el va a tomar lugar.

4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Es un cambio en todos los aspectos de nuestra vida.

Como hijo de Dios no debo decir sandeces. Debo hablar lo que construye.

4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Esta es la clave. El espíritu Santo es delicado.

Para estar preparados cuando Cristo venga.

4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

El Espíritu Santo se contrista cuando somos rencorosos, envidiosos, decimos palabras soeces, hacemos gritería, cuando nos enojamos y no pedimos perdón, cuando no tenemos la valentía de reconocer nuestros errores.

El Espíritu Santo está haciendo, en nuestras vidas, un proceso de santificación.

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