sábado, 27 de agosto de 2022

Último llamado para abordar

 

Sabemos que estamos en tiempos finales hasta los impíos lo reconocen.

Nosotros tenemos un Dios real que nos quiere tener en bendición.

Esto se va acabar, pero nosotros tenemos esperanza, porque tenemos un Dios que nos respalda.

Oseas 1: 1

1:1 Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.

Oseas llamaba al arrepentimiento porque el pueblo no estaba agradando a Dio. Nosotros, a veces, estamos en una condición tan agrandada que creemos que no tenemos que agradar a Dios, sino que es él el que nos tiene agradar a nosotros. Que él nos tiene que estar dando cositas para que nosotros estemos contentos.

¿Qué estamos haciendo para conquistar ese novio? La iglesia es la novia y Jesucristo es el novio.

1:2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová.

Acá el significado de fornicación se extiende a serle infiel a papito Dios

1:3 Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.

1:4 Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.

 Jezreel significa simiente de Dios, nacido de Dios.

Jehú era un rey de Israel.

El que derramó su sangre por nosotros fue Jesucristo.

1:5 Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel.

1:6 Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.

1:7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.

Jezreel es la bendición de Dios y Lo-Ruhama es la misericordia de Dios.

El pueblo de Dios debe vivir en bendición y en misericordia.

Algunos se acostumbran a vivir de la misericordia de Dios, con las migajas, sabiendo que Dios tiene la bendición para nosotros.

Nos acostumbramos a vivir en una casa llena de amargura, a vivir entre problemas, como si fuéramos llamados a estar en la bendición

1:8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo.

1:9 Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.

Están lo que ni siquiera lo reconocen como Dios. porque creen que la bendición proviene de sus trabajos o de sus fuerzas.

Los que están en misericordia es porque le creen un poquito y él les da un poquito. Cuando Dios puede transformar lo que sea en su vida.

1:10 Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.

El escogió un pueblo: Israel, nosotros somos su Israel espiritual. Con todo eso él nos reconoce como hijos. Ya está en nosotros i queremos reconocerlo a él como Padre.

Cuántas ofensas le hemos hecho a Dios y él en su infinita misericordia él nos dice: yo te amo, yo te perdono.

Enamórese de Dios y verá que todo le funciona. Péguese de él, que él sea su felicidad.

Para qué tiene un par de piernas si tiene vacío su corazón. Para qué una nevera llena con el corazón vacío.

El único que quita amarguras, quita soledades, se llama Jesucristo.

El único que capaz de morir por usted, así usted no lo tenga como su Dios se llama Jesucristo. Nadie en el mundo te puede amar como él te ama. Y por eso trae este tipo de palabra porque nos ama.

El quiere nuestra salvación, el no quiere que nosotros nos perdamos.

El no quiere ver un pueblo brincando y alabando y luego en fornicación y jugando loterías, eso no le agrada a Dios, eso es fornicar en contra de Dios.

1:11 Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.

Oseas 4: 7 –

4:7 Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta.

El pueblo está confiando en la obra de sus manos, en su inteligencia, lo que usted pueda hacer por usted. No estamos viendo lo que pasa en nuestras vidas como una bendición de Dios. No estamos viendo a Yahvé Dios como capitán de nuestro barco. Sino que todo lo que nos está pasando, bueno o malo, es por nosotros. Estamos engrandeciendo la obra de nuestras manos.

Cuando me arrodillo ante Dios en la mañana no es porque soy muy bueno, sino porque voy a humillarme delante de el Rey y que él haga lo que quiera.

Estamos diciendo que oramos que ayunamos, pero eso no sube delante de Yahvé Dios porque lo estamos haciendo como un sacrificio propio.

Jesucristo no se sufre, Jesucristo se disfruta. No soy yo quien tengo que cargar a Jesucristo es él el que me tiene que cargar a mí.

Solamente cuando nos humillamos delante de Jesucristo él puede hacer maravillas.

Yo no puedo recitar la palabra y ese corazón lleno de basura.

Tenemos que reconocer el pecado, que se gana enterrando ese pecado, ese pecado es para sacarlo. Ese pecado es para hablarlo con él, para reconocerlo.

Cuando se hace una liberación y usted no renuncia al pecado, eso vuelve y florece.

Emociónese con la palabra que él está trayendo porque el reino que nos espera es grande, es maravilloso. Es mejor que cualquier cosa.

Arrepintámonos hoy de corazón.

Oseas 5: 1 – 3

5:1 Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor.

5:2 Y haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto, yo castigaré a todos ellos.

5:3 Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.

Cuando él nos dice por qué se ha prostituido, es porque el conoce nuestro corazón, porque es una cosa lo que estamos haciendo aquí y haciendo otra cosa afuera.

Papito Dios nos está diciendo: congréguense, santifíquense, edifíquense unos a otros, no andemos en yugo desigual, no fornique.

Dios sabe cuando estamos haciendo lo contrario. Para Yahvé Dios no hay pecado grande ni pequeño.

Oseas 5: 13

5:13 Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.

5:14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte.

5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Oseas 6: 4 - 6

6:4 ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece.

6:5 Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.

6:6 Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.

Aunque el sabe que somos pecadores no está proclamando su misericordia.

Pero acá ¿Cómo estás? Y la respuesta es bendecido.

En la calle la respuesta es: ahí esto está muy duro.

La palabra de Dios es para vivirla.

Necesitamos que la palabra nos aprete para poder vivir a Cristo. Para poder agradarle, para poder estar con él

Oseas 7:1

7:1 Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque hicieron engaño; y entra el ladrón, y el salteador despoja por fuera.

Viene el pueblo y Yahvé lo saco de pecado y el hijo vuelve se va al pecado y vuelve y Yahvé lo vuelve a traer.

Dios te moldea y te empieza a mostrar como es un cristiano nacido de nuevo.

Él se fortalece en nuestras debilidades.

Mientras viene acá y papito Dios tratando con usted, usted va y se revuelca en el fango, entonces entra el ladro y le roba.

Oseas 7: 8-9

7:8 Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue torta no volteada.

7:9 Devoraron extraños su fuerza, y él no lo supo; y aun canas le han cubierto, y él no lo supo.

Así es la condición de nosotros, pidiéndole consejo al mundo, pidiéndole trabajo al mundo, en vez de estar de rodillas pidiéndole a Dios.

Oseas 11: 7 - 8

Osea11:7 Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.

Es rebelión porque nos estamos acomodando a una palabra.

Se enaltece a Yahvé Dios con la obediencia, con la fe y con hacer su palabra

11:8 ¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.

Oseas 14: 3

14:3 No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.

Mo nos librará del mundo.

No pensemos que la solución está en nuestras manos para que podamos ser liberados del mundo por él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario