Lucas 12: 54 – 56
Decía
también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís:
Agua viene; y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará
calor; y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de
la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?
Jesucristo no era como un
predicador de este tiempo, le decía a la multitud viene el cumplimiento de las
profecías. En ese momento se estaba cumpliendo la profecía de la venida de
nuestro Señor Jesucristo. Para nosotros se están cumpliendo otro montón de
Profecías y estamos como en el siglo I sin distinguir, como ciegos cuando se
supone que a nosotros ya se nos echó colirio en los ojos para ver, y el mejor
colirio es su palabra.
Decía a la multitud que se
arrepintiera y remataba con “hipócritas” ¿Qué líder hoy es capaz de predicar
así?
Jesucristo venía por
ganarse las almas y por medio de esa predicación estaba ganando almas. Cuando
les dice hipócritas es porque estaban ignorando voluntariamente.
Eso es en el siglo I, pero
ahora ¿no estaríamos en esa categoría? Sabiendo que el tiempo está tan encima y
aunque hemos sido despertados pos su palabra, pero si Dios sigue trayendo predicaciones
como ésta es porque algo sigue pasando.
No podemos seguir en la
misma medida hay que aumentar la medida de la consagración, una consagración
absoluta porque veamos en el versículo 49 de Lucas 12:
Fuego
vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?
Fuego de Dios que consume
decimos en las guerras espirituales. Veamos el 50 y 51 de Lucas 12
De
un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino
disensión.
¿Este tipo de predicación
se escucha ahora? ¿Nos estamos creyendo más buenos que Dios? Sin embargo Dios
nos va a poner a predicar así de fuerte porque hay mucha gente que están
ignorando voluntariamente. Vemos el 52 y 53:
Porque
de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y
dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra
el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra
su nuera, y la nuera contra su suegra.
El que quiera caminar en
santidad va a ver un profundo rechazo a cada momento, por eso llegó la hora,
llegó la hora que nos metamos tanto en el fuego que nos arrepentimos o nos
calcinamos con este fuego que no podremos soportar.
Veamos en este mismo 12:
35 Dios dio una orden a través de
nuestro Señor Jesucristo:
Estén
ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
En otra traducción dice:
estén muy preparados y sus lámparas encendidas. La lámpara es la palabra: de
día y de noche meditando en ella. Así debemos estar meditando en la Palabra de
día y de noche.
Dios está dando una orden,
no está sugiriendo, él está ordenando. Saltemos al versículo 37:
Bienaventurados
aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto
os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a
servirles.
Esto va a ser una cosa
espectacular, va a ser la diferencia entre los unos y los otros en que
Jesucristo nos va a servir, pero porque estamos obedeciendo su palabra: ceñidos
los lomos, muy preparados y las lámparas encendidas, porque somos siervos de
nuestro Señor Jesucristo por el hecho de haber recibido a Cristo en el Corazón.
Un siervo sirve y no hay inutilidad en el pueblo de Dios, todos somos útiles
como parte de un cuerpo.
Dios dice que llegó la
hora de que estemos muy preparados.
En el mismo 12 vamos al
versículo 47
Aquel
siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme
a su voluntad, recibirá muchos azotes.
No será por eso que
estamos tan aporreados, porque no nos ponemos al hilo con Dios en obediencia.
San Juan 17: 1
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos
al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que
también tu Hijo te glorifique a ti
Llegó la hora, y se nos
tiene que ver el poder, ya fuimos ungidos y no se ve la unción ¿qué está pasando?
Si permitimos que la unción fluya, ceñidos nuestros lomos, con las lámparas
encendidas, el aceite se consigue en oración y obediencia.
Muchos van a despertar
demasiado tarde van a ver a unos en una gloria tan impresionante y ya no la van
alcanzar.
Vámonos al plato fuerte de
esta refelxión, para Josué 1: 1-2
Aconteció
después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo
de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora,
pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo
les doy a los hijos de Israel.
La gran promesa, pero
Levántate y pasa este Jordán a la tierra que yo les doy.
Dios da la palabra y luego
suceden las cosas.
Vea lo que dice el 3
Yo os he
entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie.
Ya estamos en el reino de
Dios y en el Reino de Dios hay muchas cosas para su pueblo. Ahora Cristo si
tiene donde recostar su cabeza pues somos su pueblo, podemos caminar en esa
victoria.
Que bendición somos
nosotros. No podemos tirar las bendiciones por la borda, por desánimos de
última hora.
Vamos a Job 8: 5-7
Si tú de
mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso; si fueres limpio y
recto,
Ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu
justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado
será muy grande.
El despertar es que él ya
nos puede mirar porque no estamos bajo pecado.
Es necesario que el nombre
de Nuestro Señor Jesucristo sea glorificado. Llegó la hora, pero si de mañana
buscares a Dios y rogares o sea te humillares, si fueres limpio y recto: está
hablando de la obediencia, ciertamente lo que pises será vuestro, caminaríamos
en una unción y en una alegría.
Vamos a II Reyes 12:2
Y
Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el
sacerdote Joiada.
Hizo lo recto porque lo
estaba dirigiendo un sacerdote y nosotros tenemos un sumo sacerdote, Cristo el
Señor, en el lugar santísimo abierto para siempre además somos tabernáculo de
su Espíritu Santo, somos guiados por ese sumo sacerdote, estamos capacitados
para hacer lo recto siempre.
Dejemos de sacar disculpas
con que la carne tira mucho, con que somos tentados mucho, no saquemos excusas
que con la palabra que hemos escuchado no hay como sacar una excusa más, si
este hombre dirigido por un sacerdote conocedor de la ley, pero imperfecto,
nosotros guiados por el perfecto con mayor razón debemos hacer lo recto delante
de Dios. Llegó la hora de que nos sacudamos de que se cumpla Josué 1:3: “lo que
pisare la planta de vuestros pies…”
Cuando Dios estaba creando
el universo, creo la luz luego nosotros somos lámparas encendidas tenemos luz.
Vamos otra vez para Josué
1: 4
Desde el
desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos
hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los
días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te
desampararé.
Oiga: nadie te podrá hacer
frente en todos los días de tu vida. Si estamos en obediencia el enemigo no
tiene poder contra nosotros, pero nosotros le damos gabela, le damos
oportunidad, no hacemos caso a “velad y orad”. El peor enemigo que tenemos es
nuestra carne, nuestra naturaleza caída, por eso tengamos cuidado de nosotros
mismos, por eso es que en Mateo 26 nos dice “vela y orad”. Velar es estar
atento cómo reacciona ante muchas situaciones.
Esta promesa es muy
grande: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida…”. Como
estuve con mi hijo Jesús estaré contigo y Jesucristo hizo maravillas y en
seguida nos la repite en Juan 12 que cosas mayores que éstas haréis. Recibirá
muchos azotes aquel que conociendo la palabra de Dios no la hace.
Que sea notorio nuestro
testimonio, nuestra forma de hablar, de pensar, de actuar, que se diga este no
puede ser cualquiera, tiene que ser un hijo de Dios.
Miremos lo que dice el
Versículo 6 de Josué capítulo 1:
Esfuérzate
y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la
cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Esfuérzate porque
repartirás, esforcémonos porque el Espíritu Santo nos va a dar tanto que vamos
a tener para dar y compartir.
Veamos el 7 de Josué 1
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para
cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te
apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas
las cosas que emprendas.
Nosotros estamos puestos
en la tierra para mostrar a Nuestros Señor Jesucristo. Nosotros somos la faz de
Jesucristo en la tierra. ¿No hicimos un pacto con él?: Te recibo para que seas
mi Señor y mi Salvador.
Si esta palabra no se está
cumpliendo es porque no nos estamos esforzando, porque estamos ignorando
voluntariamente.
Dice el 8
Nunca
se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien.
Declarar la palabra
siempre, donde lleguemos es de bendición. En este lugar pisó la planta de los
pies de este pueblo.
Miremos el versículo 9
Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Tercera vez que lo repite,
el Espíritu Santo reforzando eso porque somos negligentes, nosotros somos
portadores de la gracia, del poder, de la gloria visible de Dios.
El 10 y el 11
Y
Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por en medio del
campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de
tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro
Dios os da en posesión.
Miremos a Josué 2: 23- 24
Entonces
volvieron los dos hombres; descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a
Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían
acontecido. Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en
nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de
nosotros.
Cuando usted hace la
guerra inicialmente se nos muestra el enemigo como gigantes, pero luego
desmayan ante nosotros. Llegó la hora que los hijos de Dios sean glorificados,
para que sea glorificado Dios y su poder y su gracia se vea en toda la tierra
Vamos a Josué 3:1
Josué
se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y
vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo. Y después de
tres días, los oficiales recorrieron el campamento, y mandaron al pueblo,
diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas
sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en
pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por
cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre
vosotros y ella haya distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a
ella.
Los sacerdotes saben el
camino. Nosotros en un mejor pacto tenemos acceso al lugar Santo.
Miremos el versículo 5 de Josué
capítulo 3
Y
Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre
vosotros.
Para santificarnos tenemos
la obediencia en Juan 17:17 Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad., la
mejor manera es la bendita palabra de Dios.
Nosotros hemos vislumbrado
apenas goteritas de la gloria de Dios. Ya hay que vivir en esa gloria, que sea
una luz permanente en nuestras vidas, pero hay que santificarse, hay que
obedecer la palabra de Dios, leerla y permitir que ella halle cabida y sea una
realidad en nuestras vidas, para que él haga maravillas. Las maravillas no
están sucediendo por nuestra maldita desobediencia, porque no estamos
santificados, porque estamos ignorando voluntariamente la voluntad de Dios y
llegó la hora de que nosotros como hijos de Dios seamos glorificados, honrados,
exaltados, vistos de todas las naciones. El Espíritu Santo dice que es la hora,
no podemos seguir tirando tanta palabra por la borda.
Miremos el versículo 6
Y habló Josué a los
sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo. Y
ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo. Entonces
Jehová dijo a Josué: Desde este día
comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que
entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo.
Desde cuál día, desde el
día que tome la decisión de consagrarse, que entienda que llegó la hora en que
es necesario santificarse, de adquirir un compromiso fuerte con Dios, que es
necesario disponerse. Si hoy nos disponemos empiezan a suceder cosas
maravillosas. Dile a este pueblo que se santifique porque voy a hacer cosas
maravillosas, te voy a engrandecer delante todo el pueblo de Israel. Te
empezaré a engrandecer delante de todas las situaciones, pero si permites que
mi palabra te santifique, que la gente pueda ver que tu eres distinto.
Josué Del 8 al 13
Tú,
pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando
hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.
Y Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos, y escuchad las palabras de Jehová
vuestro Dios. Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está
en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo,
al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo. He aquí, el
arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio
del Jordán. Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno
de cada tribu. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que
llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del
Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de
arriba se detendrán en un montón.
Lo que pisaren la planta
de vuestros pies, los sacerdotes pisaron y se detuvieron las aguas, pero eran
sacerdotes que andaba en pura santidad.
Llegó la ahora que lo que
hagamos lo que emprendamos guiados por el Espíritu Santo, con el aval de Dios,
todo tiene un tinte de pura victoria.
“santifícanos en tu verdad
tu palabra es verdad”: Llegó la hora de despojarnos de todo desanimo, de toda
pereza, de todo lo que este obstruyendo, todo tipo de pecado, fantasías,
rencores, todavía cargados los unos con los otros, con nuestro prójimo, ya no
es tiempo de eso.
Estos solamente eran
sacerdotes, nosotros somos reyes y sacerdotes. Por donde lo miremos estamos en
bendición.
A partir de hoy sus
lámparas encendidas y muy preparados porque llegó la hora, que Dios no nos
tenga que decir: “hipócritas, ¿no les dije pues a través de mi siervo?”.
Advierto eso: no jueguen más con la gracia de Dios.
Llegó la hora de nosotros
atender a Dios, pereza: cero: “si de mañana buscares a Dios y rogares al todo
poderoso…”
Si sacamos fuerzas para lo
transitorio como no sacar fuerzas de debilidad por algo tan fuerte y eterno.
Dios dice: “bástete mi gracia porque mi poder se perfecciona en tu debilidad”.
“Diga el débil fuerte soy”
Hasta cuando iglesia vas a
dormir. Dios está llamando un pueblo Santo.
Si nos levantamos una
disposición bien hermosa vamos a ver la gloria de Dios y Dios nos va a utilizar
grandemente.