lunes, 27 de julio de 2015

Que no te engañe tu corazón



Abramos bien nuestros oídos espirituales y nuestro corazón porque Dios dice: “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida”. Muchos siervos de Dios, a pesar de ser usados por Dios, su corazón los engañó, porque se dejaron llevar por un sentimiento, por una emoción y no hicieron caso de Dios. Salomón después de que Dios le hizo promesas, se fue detrás de mujeres que no eran del pueblo da Dios y terminó adorando dioses ajenos. David, Sansón también se alejaron, en ocasiones y se dejaron engañar de sus corazones

Jeremías 4: 14

Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?”

En lugar de Jerusalén ponga su nombre.

El corazón se purifica con la palabra de Dios.

Nuestro corazón es engañoso, y el corazón bíblico está en la cabeza, en la mente. 

Lava tu corazón de maldad, qué maldad hay que no permite que el Espíritu Santo obre y nos lave y nos purifique con su fuego.

El enemigo nos pone muchas cosas. Engañó a Pedro y lo utilizo para decirle a Cristo: “señor Jesús no permitas que te crucifiquen”. Cuando ese era el plan de Dios.  Él pensó que decirle eso al Señor eso era muy bueno, pero en realidad estaba siendo estorbo para Dios. 

A nosotros nos pasa igual, muchas veces nuestras propias emociones están estorbando lo que Dios quiere, los designios que él quiere para nuestras vidas. Ese es el mayor peligro: que seamos nosotros mismo quienes estorbemos. 

Al purificarnos con su palabra seremos salvos. Al permitir que Cristo nos limpie con su sangre adquirimos la salvación. Además adquirimos la ayuda de Dios.

¿Hasta cuándo permitiremos que la maldad de nuestro corazón no nos deje estar del todo con Dios? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con el corazón lleno de amargura, de odios de resentimientos, de recuerdos del pasado?

El Espíritu de Dios queriendo hacer una obra en nosotros, queriendo llenarnos, queriendo utilizarnos y nosotros no se lo permitimos. Si no disponemos nuestro corazón el no continúa su obra.

Hoy tenemos despojarnos de esas ataduras. 

Jeremías 17: 9 – 10

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”.

Dios pone de presente lo peligroso que es el corazón del hombre.

Dios dice que es perverso. 

Dios escudriña la mente o sea el corazón.

Dios nos da la oportunidad esta mañana de que nos despojemos de eso que nos está asediando.

A veces llegamos con el corazón perverso y somos esperando una bendición de Dios. 

Dios nos dice que lavemos nuestro corazón de maldad para poder recibir la retribución. 

Dios nos prueba de muchas maneras. 

Por el fruto nos conocerán. No por los milagros, ni por el conocimiento de la palabra, por el fruto seremos conocidos.

Dios nos muestra que somos una naturaleza caída y que lo necesitamos a él, que sin Cristo no somos nada, que no somos buenos, que el bueno es Él.

Necesitamos la guía de Dios, no demos ningún paso sin la confirmación.

Exudo 32: 1 – 8

Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.  Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.  Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto”.

Se habla acá cuando Moisés fue por los 10 mandamientos. 

El pueblo tenía la mirada puesta en un hombre. En lugar de poner la mirada en las promesas nos bajamos a la carne y ponemos la mirada en las circunstancias.

Vieron milagros, cuántos milagros hemos visto nosotros, y a veces como el pueblo de Israel nos dejamos llevar de las circunstancias.

Por poner la mirada en un ser humano o en las circunstancias ya no nos acordamos de lo que Dios nos prometió.  Y si se acuerda, ya no ora ni batalla de acuerdo con lo que Dios le prometió porque ya se desentendió de esas promesas.

Aarón clase sacerdotal, la mano derecha de Moisés y se desvió haciendo adulterar al pueblo espiritualmente.

En lugar de refrenar al pueblo, le abrió la puerta al pecado porque quería estar bien con el mundo. 

El pueblo obediente con el pecado trajo los adornos de oro. Así somos a veces.

Cuántas veces cuestionamos al Señor y en cambio al enemigo no lo cuestionamos sino que nos vamos con él. 

Rapidito olvidaron a Dios. ¿Cuántas veces le hemos dado la espalda a Dios?

No nos confiemos porque Dios ya nos sanó de varios pecados entonces decimos “yo no caigo ahí”. No nos confiemos. 

Baje los niveles de oración y verá dónde lo lleva el enemigo.

Dijo Aarón mañana será fiesta para Jehová. Cuando a Dios se le hace fiesta es como él manda no como se nos ocurre a nosotros.

Decimos vamos al grupo para que Dios me hable y si nos exhorta nos enojamos.

Dios nos invitó hoy a una gran fiesta, ¿qué espera Dios de nosotros en esta fiesta? Que disfrutemos, que nos comamos el manjar que se preparó para nosotros que es su palabra y que permitamos que el Espíritu de Dios nos limpie con esa palabra porque nos está declarando donde está el error.

Cuantas veces madrugamos y con el corazón malo. Vengamos mejor con el corazón contrito y humillado esperando ser renovados y transformados.

Tremendo pecado que cometió el pueblo y se sentaron tranquilos se regocijaron. Cuántas veces nos puede pasar lo mismo a nosotros. Eso es conformismo.

En el versículo 7 nos dice: “Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido”.

Cuando cometemos el pecado Dios no nos reconoce. No le dijo a Moisés: “mi pueblo”, le dijo tu pueblo. Cuando caemos en pecado Dios nos desconoce. 

Dice en I Timoteo 2: 19: “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.

El sello es el de la Santidad, el de su Espíritu Santo que el que tiene ese sello, el enemigo no puede tocarlo, cuando tenemos ese sello el enemigo no tiene derecho legal sobre nosotros.

Cuando abrimos puertas al pecado, el enemigo tiene derecho legal sobre nosotros porque nosotros se lo otorgamos. 

A veces no hallamos respaldo de Dios porque nuestro corazón nos engaña.

“Pronto se apartaron del camino que yo les mandé”. Cuántas promesas le dio Dios. Ya se olvidaron o se ve como muy grandes.

El único Dios que hace maravillas es el Dios de Israel y el pueblo dándole el crédito a las imágenes, al becerro, a la idolatría. Cuántos milagros, cuantas hambres nos ha calmado Dios y nosotros en ocasiones le damos la gloria al hombre.

Dios quiere que seamos sensibles a su voz y que seamos humildes para recibir su consejo.

Vamos para el 21 de ese mismo capítulo 32.

Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?”
Estamos viendo dos ministerios Moisés profeta y Aarón sacerdote, el uno en el monte en la presencia de Dios y el otro rindiéndose ante el pueblo, a lo que el pueblo quisiera. ¿Nos rendimos ante lo que el mundo quiere?

El versículo 22:

Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal”.

Cuántas veces nos dejamos cambiar las promesas por lo que dice el hombre porque le tenemos miedo al qué dirán. No queremos sufrir oprobios. No queremos aguantar la prueba, sabiendo que en el momento que viene la prueba viene también la bendición y la provisión.

Aarón se justificó. No nos podemos dejar mover por nada. Dinero, una mujer. 

En el 32: 23

Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido”.

Se dejó cambiar la orden de Dios.  Tantas promesas que Dios nos da en su palabra y a veces le creemos más al hombre que a Dios. 

En el 32: 24

“Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro”.

El becerro salió solo. Minimizó el error, minimizó el pecado. Además piensa que lo pequeñito no tiene importancia cuando el enemigo viene inicialmente con lo pequeñito, con lo que nosotros no vemos, con esas pequeñas zorrillas. Eso lo hace para poder sacarte del camino.

Si no corregimos los errores nuestra vida espiritual será un desastre. 

En el 25- Éxodo 32: 25

“Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos,”

Ya no era victoria, ni bendición si no vergüenza. Cuando estamos en pecado ya no somos de bendición sino de vergüenza. 

El 26:

se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví”.

¿Quiénes están acá por Jehová?

Se juntó con Moisés la clase sacerdotal. Hoy nosotros somos esa clase sacerdotal y no tenemos a Moisés sino a Cristo, Dios quiere que nos unamos a Cristo. Que no nos salgamos de esa cobertura.

Éxodo 32: 27 - 28

Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres”.

Esto lo hizo la clase sacerdotal. 

Si nosotros hoy somos la clase sacerdotal tenemos que sacar el pecado de nuestras vidas. Hoy es el día que hay que sacar el pecado. Eso es lo único que debe importar, no le debe importar el qué dirán, debe importarle entrar en comunión con Dios.

Si no le está gustando esta palabra no importa, saque el pecado. Si no le está gustando esta palabra es porque el enemigo quiere incomodar la carne, para que usted no saque su pecado y él sí, sacarlo de la bendición.

Éxodo 32: 29

Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros”.

Hay que consagrarse, hoy. Hoy es el día, no  lo deje pasar, no deje pasar esta oportunidad. Hay puertas que tenemos cerradas. Nosotros oyendo esta palabra nos estamos consagrando hoy a Dios, si le estamos permitiendo a Dios que limpie nuestro corazón. 

¿Queremos bendición, queremos ver la gloria de Dios?: Consagrémonos. 

Aunque esta palabra sea dura es el Espíritu de Dios que nos ama a nosotros y quiere que nos consagremos.
Acá se preparan almas para el reino de Dios, por eso es que Dios nos habla tan fuerte. No podemos seguir así mediocres, me levanto o me levanto no hay otra opción.

Génesis 15: 1 – 4

Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?  Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará”.

¿Dios que le ha prometido a usted?

 “No temas (ponga su nombre), yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”.

Somos tan exaltados por Dios que estamos aquí, estamos aquí porque el Espíritu de Dios nos ha traído.
Abraham, con lo que acaba de decir Dios y le reclama y Dios vuelve y le recuerda la promesa. Nos habla el Señor y creemos que le entendimos. Recibimos la promesa de Dios y no nos apropiamos de ella.

Cuántas veces nos recuerda Dios las promesas después de que dejamos que el enemigo nos la diluya.
Hoy Dios nos recuerda las promesas, arrebatémoslas y clamemos por ellas.

El hijo de Dios camina por fe, mas no por vista.

Él lo prometió y no nos deja tirados.

Génesis 16: 1 – 4

Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora”.

Abraham a Dios le refutó dos veces en cambio a la mujer ni una y ahí mismo hizo caso. Cuántas veces nos dejamos llevar por las emociones y no por la voluntad de Dios.

Dejémonos llevar por la guía del Espíritu Santo así no entendamos.

Miraba con desprecio a su señora, llegó el problema, Saray no espero en el Señor y  con Abraham se metieron y metieron al mundo en un problema porque hasta hoy hay lucha entre unos y otros. La esclava se sintió con derechos y le quería quitar el marido a la señora. 

Ester 6: 4 – 10

Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio exterior de la casa real, para hablarle al rey para que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada. Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Que entre.  Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí? Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey, traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey. Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho”.

Previamente había sucedido que unos hombres perversos querían matar al rey Asuero y Mardoqueo escuchó la conversación y se lo hizo saber al Rey y éste todo lo escribía. 

Amat no quería a los judíos. Y vemos lo que dice el pasaje. 

Amant pensaba que era para él y su corazón lo engaño. Dios a sus hijos les exalta incluso por medio del enemigo del hijo. En su momento Dios los exalta. Descansemos en el Señor y todo en su momento se va dando.

A muchos de nosotros Dios nos pondrá en sitios altos. Dios dice que estamos sentados en tronos celestiales con Cristo Jesús.

Bendito los que te bendijere y malditos los que te maldijeren dice el Señor.

Cuando llegue a sitios altos acuérdese de dónde lo sacó el Señor.

Que no se nos olvide porque a muchos se les olvida y dicen que llegaron por cuenta propia y empiezan a mirar por encima del hombro, con arrogancia, a los demás. Si se nos pone alto es para ayudar a otros.
Nuestros enemigos estarán por debajo de nosotros, Dios se encargará.

Tenemos un Dios muy grande a nuestro favor que no nos engañe nuestro corazón.

Que las bendiciones no vayan a servir de estorbo, con la bendición pidámosle a Dios humildad.

domingo, 19 de julio de 2015

Fidelidad



¿Nosotros somos esas personas fieles ante Dios? Sabiendo esa  fidelidad tan grande de Dios hacia nosotros. 

Cuando Dios promete algo no lo quita, no retrocede. 

Juan 10: 7 – 14

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.  Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,”

Dios nos da la promesa que él es la puerta y Dios abrió esa puerta cuando envió a su hijo Jesucristo a morir por nosotros. “El que por mi entrare será salvo”. 

Él es nuestro pastor. Las ovejas están oyendo otra voz. Qué voz estás escuchando.

El ladrón viene para matar, hurtar y destruir.

Vino a traer vida en abundancia. El buen pastor da la vida por las ovejas.

Ese pastor dio su vida por nosotros, fue a la cruz por nosotros.

Cuando estábamos afuera, ¿Quién nos cuidaba? Dios siempre está ahí. 

Las ovejas fieles conocen al pastor y escuchan al pastor en todo momento. 

I Reyes 11: 

Vamos a hablar de Salomón, Dios le preguntó que quería y él le pidió sabiduría, Dios se la dio y además le dio riquezas. 

I Reyes: 11: 1 – 13

“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.  Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón.  Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
 Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová. Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo. Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido”.

Salomón desvió su corazón por eso dice la escritura: “el que esté firme mire que no caiga”. Muchas veces ponemos la mirada en un hombre, en una mujer en las riquezas que tiene el vecino. Desviamos nuestro corazón en cosas terrenales. El enemigo es astuto. 

 Por una promesa que Dios le hizo a David, Dios se sostuvo. 

Dios cumple sus promesas, somos nosotros los que no cumplimos.

Sabemos que somos infieles cuando no sentimos ese amor por Dios. Cuando no hay ese amor y esa pasión los ojos se desvían para otra parte. 

Cuando sentimos ese amor por Dios y él utiliza un mismo vaso vemos la novedad aunque parezca lo mismo.

Así sean dos o tres palabras que diga quien esté acá son una gran bendición porque recibí con amor.

Aprendamos a ver las cosas de Dios diferentes. 

Dios nos guarda, ni siquiera sabemos, no nos damos cuenta de qué nos ha guardado Dios. 

Ama a tu prójimo porque si  no lo amas, no amas a Dios.

Qué pasa que muchas veces no está esa fidelidad y ese amor. 

Lucas 12: 41 – 46

Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?  Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse,  vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles”.

No podemos ser mayordomos infieles. A Luzbel Dios le dio muchas cosas, pero su corazón codició y se volvió perverso. Dios no creó a Satanás sino a Luzbel. 

Proverbios 7

Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos. Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.
 Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, y a la inteligencia llama parienta; para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras. 

 Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía, vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven falto de entendimiento, el cual pasaba por la calle, junto a la esquina, e iba camino a la casa de ella, a la tarde del día, cuando ya oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche. Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón. Alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa; unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas. Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: Sacrificios de paz había prometido, hoy he pagado mis votos; por tanto, he salido a encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. he adornado mi cama con colchas recamadas con cordoncillo de Egipto; he perfumado mi cámara con mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores. Porque el marido no está en casa; se ha ido a un largo viaje. La bolsa de dinero llevó en su mano; el día señalado volverá a su casa. Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, le obligó con la zalamería de sus labios. Al punto se marchó tras ella, como va el buey al degolladero, y como el necio a las prisiones para ser castigado; como el ave que se apresura a la red y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón. 

Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las razones de mi boca. No se aparte tu corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas. Porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun los más fuertes han sido muertos por ella. Camino al Seol es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte”.

El enemigo siempre está presto para ver quien no está firme para atraparlo. El enemigo es astuto y nosotros a veces somos necios.

El enemigo no se está quieto y nosotros, sí, El enemigo está acechando con esos guantes de seda.
El enemigo es diligente y nosotros a veces no.

El enemigo se muestra como algo bueno, como ángel de luz. El enemigo hace  ver todo hermoso.

Cuando la casa no está adornada con amor y gozo viene el enemigo y si no estás firme se apodera.

Con el pecado nosotros no le hacemos daño a Dios sino a nosotros mismos, como el ave cuando va hacia la red. 

Ha hecho caer a muchos incluso a los más fuertes o que se creían más fuertes. 

Lucas 6: 46 -49

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.  Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.  Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa”.

Cuando estamos sobre esa roca que es Jesucristo pueden venir muchas tormentas, puede venir lo que sea y no nos movemos. Cuando no edificamos sobre la roca todo se desmorona.

Cuántas personas hemos visto que ante la dificultad vuelven atrás. 

Dios conoce nuestros corazones, no lo podemos engañar. 

Salmos 19: 7 – 11

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón”.

La palabra de Dios es perfecta, da testimonio, es recta, es limpia es verdad y hacerla es grande galardón.
Proverbios 4: 20 – 27

Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.  Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.  Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.  Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal”.

Este es el consejo que Dios nos da: apartarnos del mal y guardar nuestro corazón.

Deuteronomio 7: 6

Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial,más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas”.  

¿Tú crees que eres de un pueblo Santo? ¿Tú crees que eres hermoso y precioso para Jehová tu Dios? Dios tiene cosas grandes y maravillosas para cada uno de nosotros, nos ha escogido, nos ha elegido. 

Mateo 9: 27 – 29

“Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho”.

domingo, 12 de julio de 2015

Metamorfosis



Recordemos el caso del águila, de la transformación que el águila hace en su cuerpo. El águila vive aproximadamente 70 años, a los 40 años el águila ve unas señales en su cuerpo que piden un cambio. Su pico se vuelve largo y encorvado hacia ella, quedándole muy difícil alimentarse y partir su presa; las alas se envejecen y se vuelven pesadas, sus uñas se le hace flexibles y no puede partir ni atrapar sus presas. Cuando esto le sucede ella entiende que es hora de un cambio. Ella arranca las plumas de sus alas, arranca sus uñas y luego, golpeándose contra la roca, arranca su pico. Luego todo eso le crece nuevo y ella podrá vivir otros 30 años. Este proceso dura unos 150 días.

Por qué los hijos de Dios no reconocemos las señales que nos permiten entender que Cristo está a las puertas, que el arrebatamiento está cerca. 

El águila tiene dos opciones: morir o renovarse. El proceso del águila es muy doloroso. Si este animalito por temor al dolor, toma una decisión equivocada, muere.

A nosotros se nos viene diciendo, por medio de personas y de textos bíblicos, que necesitamos cambiar, transformarnos, necesitamos un cambio radical. 

El ser humano solo tiene dos opciones: Jesucristo o Satanás.

Alguien puede decir yo me quedo en la mitad, pero Cristo no resiste la mediocridad.

Si me quedo con Jesucristo tengo vida eterna. Si decido servirle a Satanás es también por toda la eternidad.

¿Cómo está nuestra boca para glorificar a Dios? ¿Acaso por ella sigue saliendo agua dulce o agua salada, bendición o maldición?

La palabra de Dios dice: “abre tu boca que yo la llenaré”

¿Cómo están nuestras alas? Quizás cortas por nuestros bajos niveles de oración. ¿Cómo están nuestras plumas? Tal vez gruesas y pesadas por nuestra mediocridad y conformismo. ¿Cómo están nuestras manos?, tal vez tienen uñas débiles y retorcidas porque las hemos usado en cosas que no le agradan a Dios. 

Tenemos que mirarnos a la luz de la palabra de Dios para poder respondernos todas estas preguntas. 

Vivir o morir decídete. No sigas arrastrando la amargura intensa del pasado que nos impide remontarnos a las alturas. Nos impide esa relación íntima con Dios. Levantémonos de ese letargo espiritual.

1.       La metamorfosis se ha dado desde mucho antes de la fundación del mudo

1.1.  En los tres cielos

Ezequiel 28: 11 – 19

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser”.

Esta es la transformación que sufrió Luzbel, de ángel de luz a oscuridad, de bueno a malo. 

Lucas 10: 18 dice que Jesús vio como Satanás caía a la tierra como un rayo.

1.2.  Creación y transformación de la tierra

Génesis 1: 1 – 2

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.  Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno”.

La tierra estaba desordenada y Dios creó la luz, para organizar algo primero tiene que haber luz.

Para empezar nuestra transformación tiene que estar en nosotros la luz de la palabra de Dios. Dios, lo primero que hizo fue quitar la oscuridad que es maldición.

Luego separó las aguas y así fue organizando toda la tierra. 

1.3.  En la creación del hombre


Génesis 1: 26 – 27
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.

Luego pasamos a  Génesis 2: 21 – 23

Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada”.

En la creación del hombre Dios hizo una transformación de barro y de ahí lo creo, Transformó el barro y lo convirtió en hombre. 

Después puso sueño profundo en ese primero hombre porque decidió darle una ayuda idónea, no una esclava ni una sirvienta, sino una ayuda idónea, una compañera. 

Sacó una costilla y la transformó. 

Ahora la multiplicación de la raza humana hoy, es por un embrión.

Salmos 139: 13 – 18

Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo”.

Luego de la fecundación empieza esa transformación. En ese vientre Dios empezó a plasmar en ese embrión lo que estaba escrito en su libro. 

En el futuro 

En el Universo 

Apocalipsis 21 1 – 5

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”.

Desde mucho antes de la fundación del universo hasta el fin de los tiempos va a ver transformación. Va ver nuevos cielos y nueva tierra. 

En nuestro cuerpo

Filipenses 36: 20 – 21

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.

Nuestro cuerpo físico va a ser transformado, para poder estar en esa nueva dimensión, este cuerpo no va a heredar el reino de los cielos, solo cuando seamos transformados podremos vivir con él.

2.       En los hijos de Dios

Esta transformación se da física y espiritual.

La espiritual es cuando nacemos de nuevo.

Juan 1: 12

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”

Juan 3: 3

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

En los hijos de Dios se da esa transformación en la parte  física y espiritual.

I Pedro 1: 23

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.

Somos renacidos por la palabra de Dios. 

En I Pedro 1:22

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;”

Habiendo purificado por la obediencia a la verdad, a la palabra de Dios., él va hacer ese cambio.

Mateo 13: 1 – 3

Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar”.

Vamos al versículo 8

Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno”.

Vamos al versículo 23

Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”.

Vamos al 9

El que tiene oídos para oír, oiga”.

Solamente la semilla que cayó en tierra fértil dio fruto.

Este es el que oye, entiende y da fruto.

El fruto es hacer la voluntad de Dios. Cómo es nuestro testimonio cuando estamos solos.

Este cambio siempre se da de adentro hacia a fuera. Recordemos que la palabra de Dios dice este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.

No es un cambio externo lo que agrada a Dios, es un cambio interno.

Romanos 12: 2

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

No nos conformemos con las modas que nos está presentando el mundo por medio de los medios de comunicación. Transformaos.

La transformación que le permito al Espíritu Santo después de recibir a Cristo en el corazón, ese es el nacer de nuevo.

Nos da corazón nuevo

Ezequiel 11: 19

Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne,”

Quitó ese corazón de piedra que teníamos, que no nos dejaba humillar delante de él.

Nos da espíritu nuevo 

Ezequiel 36: 27

Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.

Nos da un Espíritu nuevo para que andemos en sus caminos y guardemos sus mandamientos y los pongamos por obra.

Nos da vida nueva

II Corintios 5: 17

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Si hemos nacido de nuevo por qué algunos estamos arrastrando el pasado que nos hizo daño.

Gálatas 6: 8

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.

Él nos está ofreciendo vida eterna. Apuntémosle al fruto del Espíritu Santo.
 
Romanos 6: 22

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.

Tenemos que dar fruto de santificación. Los hijos de Dios tenemos que ser cada día más santos, porque él es santo.

Dios ha cambiado nuestra condición de creaturas a hijos de Dio.

Efesios 4: 24

y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

Muchos de nosotros en muchos momentos, todavía sale mentira y eso agrada a Dios.

Efesios 2: 1 – 5

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),”

Nosotros anduvimos mucho tiempo en delitos y pecados, pero ahora convertidos en hijos de Dios él nos está dando la posibilidad de vivir en santidad. Nos dio vida juntamente con Cristo. Tenemos que desprendernos de costumbres,  tradiciones y recuerdos para emprender un nuevo vuelo como el águila.

Debemos ser determinantes para reconocer la necesidad de un cambio radical, permitiendo que la palabra de Dios haga rema en nuestra vida. 

Si no hace rema en mi vida no hay transformación.

Vendrán nuevos desafíos más grandes y mayores.

Isaías 6: 4 - 5

Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”.

Isaías 40: 31

pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

Isaías reconociendo su inmundicia de labios, reconoció su pecado y Dios tuvo misericordia de él.

Isaías 6: 6

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.

Dios limpio los labios de Isaías con fuego. Nosotros tenemos otras áreas de nuestras vidas que deben ser limpiadas. Después de que lo limpio, Dios preguntó a quién mandar e Isaías se ofreció, ya estaba capacitado porque había sido perdonado.

Si no tenemos una relación íntima con Dios y estamos en pecado eso nos imposibilita para cumplir las misiones de Dios.

Saquemos de nosotros ese hombre viciado de pecado.

Efesio 4: 22 – 28

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

Todo eso lo tenemos que quita.

La unción es para vasijas llenas de la palabra de Dios, del agua. Para vasos llenos de la presencia de Dios.

Renovémonos y alcancemos con el poder del Espíritu Santo los niveles de espirituales que Dios quiere que tengamos hasta llegar a la estatura de Jesucristo. La santidad se puede porque es en el poder del Espíritu de Dios.