Génesis 1: 27
“Y creó
Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
Acá es donde se acaba toda clase de machismo
que nuestra sociedad y el diablo han introducido en ella. El hombre y la mujer
están hechos a imagen y semejanza del Dios viviente, del Dios de Israel, el
único que hace maravillas.
Podemos decir que tenemos la imagen del Dios
viviente. Esa imagen la están viendo las demás personas. ¿Si se está viendo esa
imagen?, porque si lo tengo, todo es mío.
Romanos 5:5
“y la
esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
Puedo amar a ese que me dio su imagen
simplemente porque me dotó con su hermoso Espíritu Santo.
Ya se unen dos cosas la imagen y el amor. Pero
es el amor de Dios no ese amor emocional.
Mucha cosas están esperando. Dios dio una
promesa, o mejor muchas promesas y en esperanza las estamos aguardando, porque
lo tengo y si lo tengo todo es mío. No lo decimos con petulancia, lo decimos
porque la palabra de Dios nos dice, es tuyo cójalo que es suyo.
La esperanza no avergüenza.
A algunos les parece muy larga la espera y
desisten, empiezan a denigrar, a voltear a derecha o a izquierda, o a detenerse.
El diablo dice por pensamientos o sueños, o a
través de terceros: ¿Cuánto hace que Dios te dio esa promesa?, y eso hace como que
la esperanza te avergüence y empieces a dudar. Cuando dudas, dice la escritura,
que lo que no proviene de la fe es pecado.
Si Dios me lo dijo, no importa la situación
que estoy viviendo, yo tengo que esperar.
Dios nos ha dado la promesa, no solo de la
vida eterna, sino de una vida con calidad, una vida exitosa. Si no la tengo es
porque algo está funcionando muy mal.
La única manera por la que podemos amar a
Dios es por el amor que el Espíritu Santo nos ha puesto hacia él. La capacidad
no es nuestra.
El Espíritu Santo nos enseña a amarle como es
debido, como Él quiere que le amemos.
Entonces como lo tengo, tengo el amor de
Dios, entonces todo es mío.
Dios creo al hombre y a la mujer para que
ejercieran dominio en el edén. Vivían felices en comunión con Dios. Lo tenían a
Él, entonces lo tenían todo.
Con solo ver el rostro de un redimido las
personas se preguntan si lo somos o no.
En algunas ocasiones dice: ¿Este si es un
cristiano, con ese rostro de amargura, de odio…?
Sin embargo el Espíritu Santo nos hace creer
que a pesar de las situaciones difíciles todo es posible y por lo tanto no
tenemos que estar amargados, ni temerosos, ni bravos.
Al Espíritu Santo le es muy fácil cualquier
cosa.
Dios quiere que interiorice que “si lo tengo,
todo es mío”, pero si lo tengo.
Para eso apareció el Hijo de Dios en nuestras
vidas para restaurar esa imagen caída en nosotros.
Nosotros somos las primicias para este
barrio, y para todo este sector, la iglesia se ha manifestado en forma aquí.
Como dice por allá en Juan 3: “esta es la
condenación, que la luz vino a este mundo y los hombres amaron más las
tinieblas, porque sus obras eran malas”.
La iglesia se manifestó en gloria aquí contra
viento y marea porque nuestra estancia aquí no ha sido fácil. Nuestro pasar por
acá tuvo un propósito, en el Salmó 108 dice que Yahvé, cumplirá su propósito en
mí.
La carne nunca viene aquí queriendo, viene
sometida por el poder del Espíritu Santo.
Jeremías 15: 16
“Fueron
halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por
alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de
los ejércitos”.
Hay que coger del bufé de Dios que está totalmente
atiborrado y te está esperando, está esperando que tengas la actitud de estirar
la mano. Si yo lo tengo, todo es mío.
Su palabra es el pan vivo bajado del cielo.
Esta gente afuera, en su religiosidad están
comiendo desperdicios, unos van a procesiones con yesos, otros consultan brujería
y hechicería.
Nosotros por la misericordia de Dios, él no
escogió y abrimos nuestro corazón.
El profeta comió las palabras y fueron para
él gozo y alegría.
No importa la situación que estemos pasando. Como
dice el Espíritu Santo, aunque la higuera no florezca y la vid no dé fruto con
todo y eso yo me alegraré en Jehová. Con todo me gozo, eso es transitorio, eso
es una neblina de la mañana que la deshace el zenit del sol del medio día que
se llama Jesucristo.
El padre Dios, el Dios de Israel, Yahvé su
nombre, el único que hace grandes maravillas en cuya presencia estamos, nunca nos
abandonará, siempre estará al lado de nosotros y de nuestras familias, porque
somos su heredad, somos su especial tesoro.
Cierra los ojos y dile: papito Dios yo te
creo en mi corazón, Verbo de Dios si yo te tengo en mi corazón y creo en mi
corazón que todo es mío, todo lo que me has prometidos, espiritual, material,
físico, emocional, la bendición integral que tú me has dado, todo es mía, lo
arrebato ahora en el nombre de Jesús de Nazaret porque ahora, Papito Dios,
huelo a bendición de Dios para siempre. Te tengo, todo es mío. Arrebátalo
ahora, momentos de Dios, Kairos de Dios.
Te damos gracias Dios mío porque tú eres Todopoderoso y reinas, gracias en
Cristo Jesús, amén.
Porque tu nombre se invocó sobre mí oh Yahvé
de los ejércitos.
Por donde quiera que vamos no nos puede pasar
nada porque somos propiedad de Jesucristo.
No se vaya a desalinear no se vaya a salir ni a izquierda ni a derecha.
Cuando estamos en línea con Dios, Él nos protegerá
siempre.
Sobre nosotros se invocó el nombre que es sobre
todo nombre, Jesucristo.
Las tinieblas tiemblan ante ese nombre.
Efesios 4: 15 – 16
“Sino
que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por
todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de
cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
La verdad en amor para crecer. Si yo lo tengo
todo es mío. Yo tengo la verdad de Dios yo tengo el amor de Dios lo único que
queda es crecer en todos los sentidos espiritual y material. Cuando hay
estancamiento es porque algo está pasando en esa vida estancada. En la vida del ser humano no en Dios porque
la promesa está ahí, el cielo y la tierra pasarán, pero su palabra no pasará.
El amor de Dios, si yo lo tengo, todo es mío.
Hace rato Dios nos está diciendo: “ámenme a
mí sobre todas las cosas, sobre cualquier circunstancia, no es sino que la
ponga en mi presencia, ahora mi oídos estarán atentos a la oración en este
lugar, porque es casa de oración y puerta de los mismos cielos”.
Cuando lo tengo a Él en el primer lugar, no importa
absolutamente nada sino que yo le sigo a pesar de lo que esté pasando.
Si usted no viene porque no quiere, se está
perdiendo una gran bendición y está privando a los hermanos de que Dios los
edifique a través de usted.
Cantares 8: 7
“Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por
este amor, de cierto lo menospreciarían”.
El amor a Dios, es tenerlo en el primer
lugar.
Hay cosas en nuestras vidas que le quitan el
primer lugar a Dios y no debe ser así.
El amor de Dios es invaluable y sin embargo es
un regalo de Dios, de tal manera amó Dios al mundo que dio a Jesucristo y con él
a su Espíritu Santo, las arras de nuestra herencia, la gran promesa.
Qué pasa pueblo, si tenemos al príncipe de
Dios, qué pasa. No tienes a Dios en el sitial que el merece.
Ese amor es un fuego.
Estamos en guerra contra las tinieblas y ellas
tienen que retroceder. Si lo tengo todo es mío, la victoria es mía. Las muchas
situaciones no podrán apagar nada de lo que Dios nos ha prometido, de lo que
Dios nos ha otorgado.
La palabra hoy nos está juzgando.
No tienes más porque no has permitido que el
Espíritu Santo te llene y te desborde. Si no lo amamos a Él sobre todas las cosas,
no se puede derramar en bendiciones.
Cantares 8: 14
“Apresúrate,
amado mío, y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los
aromas”.
Apresúrate, porque tú me tienes y todo es
tuyo, qué haces tan quieto.
Las montañas de sus aromas son sus grandes
promesas, huele a bendición. Yo lo tengo, lo tengo todo. Tengo a Jesucristo, lo
tengo todo.
La mayoría de las personas tienen vulgares
religiones y no tiene a Jesucristo. Adorando yesos y tienen sentencia de condenación
eterna en sus vidas.
Mira como nos dice: amado mío. No importa las
situaciones por las que hayamos pasado, apresúrate porque hay montañas de
aromas, aromas de bendición, aromas de promesas que van a ser una realidad.
¿Hasta cuándo vamos a dormir?
Deuteronomio 6: 4 – 10
“Oye,
Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón,
y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres
Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no
edificaste,”
Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos,
uno es. Es bendición para su pueblo. Bendición y vida eterna.
Caminamos como lo que somos: la realeza de
Dios.
Pueblo de Dios apercíbanse de eso. Lo
estancamos por nuestra negligencia, por no tenerlo en el primer lugar.
En el 5 es donde patina el patinador, en amar
a Dios con todo el corazón.
Si amamos a Dios es un aguacero de
bendiciones. Tenemos que amarlo con todas nuestras fuerzas.
Hoy está vertiendo aceite para nuestras
vidas.
Yo no sé en qué situaciones están ustedes,
pero Dios hoy te va a sacar de ahí, hoy es el día que hizo Yahvé Dios. Hoy es
el día.
Tenemos que dejar la soberbia, la idolatría, maledicencia,
borracheras, idolatría todo eso es pecado.
Estas palabras que yo te mando hoy.
Nuestro corazón es nuestra mente.
Nosotros tenemos que repetir la palabra de
Dios a nuestros hijos.
A toda hora con la palabra de Dios.
Nosotros si podemos tener y repartir la palabra
de Dios a los cuatro vientos, pues tenemos a Cristo y estamos en un mejor
pacto.
El que le cree a Dios él lo sobreabunda, él
le da lo que necesita. El pide de nosotros fidelidad, que lo tengamos en primer
lugar. Despierta Iglesia y cuando vamos a alabarlo, hagámoslo con todo el
corazón.
Con las manos se trabaja, todo lo que hagamos
para el Señor Jesucristo, para que en nosotros more la excelencia del
conocimiento de Dios.
No hagamos las cosas para nuestro patrón sino
para nuestro Señor Jesucristo.
Frontales está hablando de la mente y el
corazón y en todo tiempo.
Declaramos que Jesucristo es el Señor y que
es el único camino.
La promesa, cuando entren a la tierra
prometida, y cuando recibimos a Cristo en el corazón, entramos al reino de Dios
que es justicia paz y gozo en Espíritu de Dios, estamos en el reino de Dios, lo
tengo a él, todo es mío.
Dios dice: “mía es la tierra y su plenitud,
el mundo y lo que en él habitan”. ¿Dónde está nuestra fe?
¿Pueblo, quieren ver la victoria? Entonces démosle
el primer lugar a Yahvé Dios. Enamorémonos de él, entremos en amores profundos
con él y él se encargará de todo lo nuestro.
Mi pueblo no ha recibido más por su desamor,
por su infidelidad.
Tenemos que tener mucho cuidado, con Dios no
se puede andar de cualquier manera.
Nuestra actitud es darle lo mejor a Dios.
Efesios 6: 24
“La
gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor
inalterable. Amén”.
Nuestro amor a Dios debe ser inalterable para
que el favor de Dios esté de continuo con nosotros. No puede haber alteración
en nuestro amor hacia él, hay que tenerlo en el primer lugar.
La maldita religiosidad es una circunstancia
que está alterando el amor a Dios. El religioso es aquel que viene y va. Viene y
se congrega, pero no hace la voluntad de Dios. Esos que así obran son los que desagradan a Dios.
Declárale a la situación que tú tienes al Todopoderoso.
Yo te tengo a ti Jesucristo, todo es mío, toda la bendición es mía.
“El reino de los cielos sufre violencia y los
violentos lo arrebatamos”,
I Corintios2: 9
“Antes
bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en
corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”.
Como está escrito, ya está escrito.
Los que le aman con un amor inalterable. Lo
que nunca te has imaginado te lo estás perdiendo, deberíamos estar disfrutando
de lo mas grande.
Si lo amo sobre todas las cosas, imposible
que entre en pecado.
No limites a oración pídele y dile Dios mío
yo sé que tienes cosas más grandes y dale gracias porque escrito está.
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