Usted hoy está invirtiendo tiempo al escuchar
o leer esta palabra por lo tanto concéntrese bien y si lo hace va a ver
maravillas en su vida, les digo, pueblo
amado, como que soy un consiervo de ustedes, un ser humano igual a todos
ustedes, la palabra de hoy es salida de tono, es como si fuera el ultimátum de
los ultimátum.
Dios nos está diciendo que Cristo viene por
segunda vez, hoy recibimos al Espíritu Santo con palmas.
Lo que estamos viendo, la descomposición
social, la corrupción, la depravación, a lo malo le dicen bueno, a lo bueno le
dicen malo, todo lo que se está viendo es señal de Cristo está a las puertas.
Nosotros hacemos parte de la iglesia de
Jesucristo que existe en todo el mundo. Antes de la gran tribulación los hijos
de Dios, la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo vamos a desaparecer y los que
quedan le echaran la culpa a los extraterrestres.
No podemos ya estar distraídos en tantas
cosas porque aquel día nos va a sorprender como ladrón en la noche que nadie lo
espera.
Si ocurre el arrebatamiento los que no se
fueron se quedan en la gran tribulación no es fácil.
Jesucristo viene a llevarse su pueblo y no
viene por gente que esté murmurando, que esté parrandeando que esté en
adulterio, en fornicaciones, en mentiras, en rencillas, en envidias, el no
viene por esos. Puede pertenecer a la denominación
que sea, decir que da ofrendas, que se congrega, eso es basura para Dios, si no
se hace y obedece la palabra de Dios.
Nadie se justificará delante de Dios por sus
obras, se justificará por la fe en nuestro Señor Jesucristo y esa fe nos ayuda
en el día a día a obedecer, esa fe viene por la palabra y nos ayuda a obedecer
su palabra, es una realidad.
Si obedecemos, pensamos como Cristo piensa,
hablamos como Cristo habla, miramos como Cristo mira y hacemos como él hace,
mejor dicho: “ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí”.
Esta palabra que Dios trae hoy es para que
desaparezcamos definitivamente nosotros y aparezca cristo en nosotros.
Como tarea para saber que es la gran tribulación
vamos a leer en casa, desde Apocalipsis 6 hasta Apocalipsis 19, porque lo que
hemos visto malo en la tierra no es nada con lo que se va a ver.
Antiguamente los profetas ungían a los reyes
con aceite. Ungían las personas con aceite cuando estaban enfermas y eran
sanadas, el aceite es prototipo del Espíritu Santo.
Isaías 10: 27
“Acontecerá
en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz,
y el yugo se pudrirá a causa de la unción”.
¿Cuál carga? El pecado.
El profeta estaba anunciado al mesías, a
Jesucristo que cuando el vertiera su sangre en la cruz del Calvario todo ese
pecado iba a ser quitado, íbamos a descansar absolutamente de todo.
Dice “en aquel tiempo” y el tiempo se ha cumplido.
Los que recibimos a Cristo en el corazón no podemos estar llevando cargas de
pecado, no podemos estar en el pecado.
Algo que se pudre ya no aguanta más y se
revienta y uno es libre. Usted es libre hoy totalmente.
Llegó a nuestro corazón el ungido de los
ungidos, Jesucristo, y el yugo se tiene que romper.
Delante de Dios nos tenemos que presentar muy
bien porque él dijo que venía por una Iglesia sin mancha y sin arruga. Y nosotros
vivimos todos manchados y arrugado por el pecado.
Estamos cediendo a muchas cosas y ya no hay
tiempo que perder. No están viviendo la Megavictoria porque no se han mentido
en el océano del Espíritu Santo de Dios, no se han comprometido y Dios nos está
despertando a eso.
Efesios 1: 13 – 14
“En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la
posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.
Este es un tiempo de esfuerzo, salga de aquí
a vivir esta palabra. Salga a vivir el gozo y la alegría a pesar de las circunstancias.
Cuando recibimos a Cristo en el corazón ipso facto
vino el Espíritu Santo de Dios.
En la verdad hay salvación, oyendo la verdad
y militando en ella, tener fe, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa.
Nuestro sello eterno es el Espíritu Santo de
Dios por eso nos tenemos que llenar tanto de él. Tenemos que dejar las
tonterías, que por cualquier cosa nos sentimos y se nos va la alegría y el
gozo.
Dios nos va a demandar esta palabra ahora y
para siempre, porque esta palabra no fue traída por voluntad de hombre, la trae
el mismo Espíritu Santo por amor a nosotros.
Nos ha rescatado para la alabanza de su
gloria, en nosotros a partir de hoy se tiene que manifestar la gloria de Dios.
No podemos seguir de agache, sino de frente y en victoria haciéndole frente a
todo lo que se venga, esa es la iglesia gloriosa que se va en el arrebatamiento
con nuestro Señor Jesucristo.
No se debe perder tanto tiempo, hay que orar.
Efesios 5: 13 – 21
“Mas
todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas
manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo”.
Cristo es la Luz del mundo y nosotros lo
recibimos, esa luz tiene que manifestar los errores en los que estamos
incurriendo y qué hacer para salir de ahí.
Versículo 14
“Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo”.
Estamos muy dormidos, yacemos en la
indiferencia cuando no hacemos la palabra de Dios, este es un trompetazo final,
levántate tú que duermes…
Dígale en la mañana que le entrega todo.
Dios nos está abriendo los ojos y de qué
manera y nosotros durmiendo.
Escápate de la condenación eterna, mayor
condenación tenemos los que conocemos la palabra y no la estamos haciendo. No estamos
viviendo en el nivel que Dios nos pidió en la palabra llamada “Atletas de alto
rendimiento”.
Versículo 15:
“Mirad,
pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,”
Persona diligente es la que se dispone
rápidamente, miremos como estamos andando delante de Dios. El nacido de nuevo
tiene un sello que no lo deja pecar, que lo hace andar en la bendita palabra de
Dios.
Sabios, Dios nos dice que somos sabios porque
tenemos la mente de Cristo. No siga ni en mentirillas pequeñas, no siga
fornicando, no siga adulterando, no siga en eso, dice el Espíritu Santo de
Dios.
Versículo 16:
“aprovechando
bien el tiempo, porque los días son malos”.
Hoy en los días son malos, muy malos, es un
desorden total.
Toda la vanagloria del mundo pasa, pero el
que hace la voluntad de Dios permanece para siempre, dice la Escritura.
Dios no los citó hoy para balbucear, no los
cito hoy para mirar hombres, Dios no los cito hoy para no hacer lo que él está
diciendo a través de su palabra.
Versículo 17:
“Por
tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.
La voluntad de Jesucristo es nuestra
salvación. Santifiquémonos, y sigamos la palabra al pie de la letra, no nos
separemos de ella.
Jesucristo es la única tabla de salvación.
Disfrute su trabajo, disfrute la naturaleza,
disfrute todo en santidad. Todo se puede
hacer en santidad, obedeciendo la palabra de Dios.
Versículo 18:
“No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del
Espíritu,”
Nos dice lo contrario a lo que dice el mundo,
nos dice que seamos llenos del Espíritu Santo, y cuando estoy lleno del
Espíritu Santo, no cometo errores, porque el Espíritu Santo es perfecto y me
lleva a la estatura de ese varón perfecto que es Jesucristo el Señor, por eso
la orden es llenos.
Versículo 19:
“hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando
al Señor en vuestros corazones;”
Que todo lo que se hable sea para edificar no
para destruir, lo que no edifica no lo hablen.
Versículo 20:
“dando siempre
gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
Dando gracias a Dios, incluso, por las
adversidades.
Versículo 21:
“Someteos
unos a otros en el temor de Dios”.
Contrario a lo que pensamos no debemos mirar
a nuestro hermano como nuestro inferior sino más bien como si fuera nuestro
superior.
Dios le señala un error a través de un hermano
y usted no hace caso y muchas veces se muestra arrogante.
Hoy en día no se pueden regañar a los hijos
según las teorías modernas y aquí dice someteos los unos a los otros.
Retomando los de las vírgenes prudentes y las
insensatas, en el pueblo de Dios hay dos tipos de creyentes los prudentes y los
insensatos, como el aceite es el prototipo del Espíritu
Santo, los prudentes son los que tienen el aceite, el Espíritu Santo en la vasija, en el corazón.
Santo, los prudentes son los que tienen el aceite, el Espíritu Santo en la vasija, en el corazón.
Nosotros somos templos del Espíritu Santo de
Dios, vasijas, depósitos, cuando recibimos a Cristo vino también el Espíritu
Santo, pero ¿cómo hago yo para que esa lámpara arda continuamente en el altar y
nunca se apague?, tengo que frotar, tengo que machacar en la oración, en la
obediencia, en la lectura de la palabra, en congregarse, porque si no se apaga
la lámpara.
Advertencia de
Dios
Hebreos 6: 6 – 8
Está hablando
de: Después de conocer a Dios y recaemos y volvemos al pecado.
“y
recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo
para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que
bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a
aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que
produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin
es el ser quemada”.
Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, esto
dice el Espíritu Santo, si estamos en eso estamos próximos a que la bendición
se convierta en una maldición por nuestra indiferencia hacia las cosas de Dios,
estamos muy dormidos.
La lluvia es la palabra de Dios, y viene para
que produzcamos el fruto del Espíritu Santo.
Con tanto conocimiento y sin fruto estamos siendo
reprobados por Dios. Hoy tenemos que pedirle perdón a Dios, Iglesia y salir de
ese marasmo espiritual en el que andamos.
Reprenda todo lo que le esté quitando la
bendición de Dios.
Muchos dicen que Dios no maldice, pero por
ejemplo, Ananías y Safía, por mentir al Espíritu Santo recibieron la muerte y
qué es la muerte, es una maldición. Estamos pues en maldición cuando no hacemos
la palabra de Dios.
Por eso tenemos que llenarnos del Espíritu
Santo y salir a buscar esas almas que están en maldición por ignorancia y no
tener a Cristo, ir por ellas y que por el Espíritu Santo se conviertan. Que
esas personas salgan de las tinieblas a la luz.
Pero toda la palabra que hemos recibido, pero
poco se ve en algunos de nosotros, por eso es que muchos no han visto la megavictoria
y no la verán si no reaccionamos a partir de ya. Hay que ponerle ganas.
La bendición de Dios es integral, espiritual,
material, financiera. Pero el pecado estorba a la bendición.
Esto no es otra palabra más, si usted lo
considera así se expone a disciplina de Dios.
Tipos de Unción
La unción del leproso, la sacerdotal y la
real, las dos primeras ya las debemos tener y hoy estamos llamando la unción
real.
1. La unción de leproso
La lepra era una enfermedad incurable y
contagiosa. Así andábamos antes de conocer a Jesucristo llenos de lepra, de envidia, de inmundicia, de adulterio,
Jesucristo nos limpió de todo eso.
Marcos 1: 40 – 42
“Vino a
él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes
limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y
le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se
fue de aquél, y quedó limpio”.
Hubo actitud de humillación y sinceridad,
sabía que tenía un problema grande y sabía que solo Jesucristo lo podía curar.
Eso nos dice Jesucristo hoy: si quiere yo
puedo limpiarte.
Hay que reconocer el pecado, y salir de aquí
a obedecer lo que hemos escuchado.
Quedamos limpios en este momento se fue la
lepra.
Viniendo, usted hizo una inversión hoy y Dios
está honrando la inversión que usted hizo.
2. Unción sacerdotal
Un sacerdote de Dios ministra delante de él.
Acá no se habla de sacerdotes de las religiones, sino del sacerdocio bíblico
que es para todo hijo de Dios.
Éxodo 19: 5 – 6
“Ahora,
pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi
especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y
vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las
palabras que dirás a los hijos de Israel”.
El pacto es el que hicimos cuando recibimos a
Jesucristo.
Si nosotros obedecemos somos especial tesoro
para Dios. Hay que guardar la palabra, tiempo de vivir la megavictoria.
No le hemos puesto las ganas, ahora a clamar,
a pagar precio en oración, en santidad para alcanzar esa megavictoria.
Si hay un tiempo de reverenciar a Dios, si
hay un tiempo de vivir en santidad, es éste.
Confiando en él todo se logra porque él va delante
de nosotros, él lo prometió.
Santidad es estar apartados del pecado. Dios
le dará el discernimiento para que usted sepa qué le agrada a Dios y qué le
desagrada.
A partir de hoy la medida para mí va a ser muy
distinta, no sé para usted.
Su palabra dice que somos reyes y sacerdotes.
Por ese sacrificio en la cruz Dios nos dio el
ministerio sacerdotal, somos sacerdotes, podemos orar, podemos cantar.
3. La unción real
El rey gobierna, reina.
Salmo 45: 7
“Has
amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios
tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros”.
Esa es la característica de un rey amar la
Justicia, a Jesucristo y aborrecer la maldad, lo que Dios aborrece.
Es una unción superior. A eso estamos
llamados a ser ungidos más que la mayoría de los seres humanos que han
desechado la palabra de Dios.
Estoy contento siempre porque sé que soy más
que vencedor en cualquier cosa que esté pasando.
Felices y contentos con Cristo por dentro, no
importa la situación que estés pasando.
En I Juan 2: 20 y 27 nos enseña que la unción nos enseña todas las cosas.
I Juan 2: 20
“Pero
vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas”.
Jesucristo está a las puertas, levántate tú
que duermes. Es tiempo de estar en la bendición de Dios.
I Juan 2: 27
“Pero
la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis
necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las
cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced
en él”.
En la unción real, en los que se van en el
arrebatamiento día y noche permanecemos en él. No un rato en el mundo y otro en
él.
Si usted dice que es de Cristo y no obedece su
palabra no está en él.
En la unción real tiene que suceder lo
siguiente:
Hechos 5: 12 – 16
“Y por
la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y
estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se
atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. Y los que
creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;
tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos,
para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y
aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y
atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados”.
Se congregaban en unanimidad y en santidad.
La unción real es para la manifestación de la
gloria de Jesucristo en nuestras vidas. Cómo nos vamos a perder esta tercera
unción si ya estamos en ella.
No podemos seguir jugando al grupo de
oración.
Dios con esta palabra nos quiere impactar de
una vez por todas.
Yo quiero entrar en esa unción real donde se
manifieste la gloria de Dios en mi vida, declaro que lo que toquen mis manos y
mis pies bendito es.
Somos un pueblo santo, bendecido entre tantos
pueblos de la tierra.
Solo con el pasar y que su sombra los tocasen
se sanaban.
El pecado, la insensatez y la tibieza ya no
pueden reinar más sobre mi vida, tengo que ser muy diligente.
Pagamos un precio por la unción real, con
nuestra disposición, la gran tribulación se acerca y eso es espantoso.
Sé que hay un arrebatamiento y solo se van
losa que estén en esta unción real.
Algo que mide que no estoy en la unción real
es cuando falta algo en la casa y me preocupo, pero cuando le creo a Dios estoy
en la unción real y no me preocupo.
Levantemos la mano los que vamos a entrar a
la unció real a partir de hoy.
Nos vamos a disponer a entrar porque las
puertas están abiertas. Tenemos acceso al lugar santísimo y si tengo comunión
con Dios ¿quién me podrá hacer frente?
Dice en proverbios 13 que tus enemigos te
servirán y vendrán pidiendo tu favor.
Salmo 105: 37 – 45
“Los
sacó con plata y oro; y no hubo en sus tribus enfermo. Egipto se alegró de que
salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. Extendió una nube por
cubierta, y fuego para alumbrar la noche. Pidieron, e hizo venir codornices; y
los sació de pan del cielo. Abrió la peña, y fluyeron aguas; corrieron por los
sequedales como un río. Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su
siervo. Sacó a su pueblo con gozo; con júbilo a sus escogidos. Les dio las
tierras de las naciones, y las labores de los pueblos heredaron; para que
guardasen sus estatutos, y cumpliesen sus leyes. Aleluya”.
Después de la esclavitud viene la abundancia.
No había ningún enfermo. Tenemos derecho a la
sanidad y a la provisión.
Los egipcios tuvieron terror porque vieron la
mano de Dios obró contra ellos. Así la enfermedad y la escasez se tienen que
ir.
Pidieron y se les dio. Papá Dios es un Dios
de abundancia.
Lo que está viendo tan imposible le va a
clamar a Dios con todo su corazón y vendrá.
Todo esto se da bajo la premisa, la columna,
la gran piedra que es la obediencia a la palabra de Dios.
Juan en Pasmos estaba aislado por causa de la
palabra y el testimonio.
En el arrebatamiento con una voz como de
trompeta oiremos que nos dicen como a Juan: ven sube acá.