Génesis 25: 31 - 34
“Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces
dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la
primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió
a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de
las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú
la primogenitura”.
La primogenitura era muy
importante pues quien la tenía era dotado de privilegios y el mayor de todos
era el que la recibía de su descendencia
nacería el Mesías.
Esaú desprecio la bendición
totalmente, le dio la espalda a esa bendición. ¿Cuántas veces nosotros también
rechazamos la bendición de Dios?
Sabiendo que Dios tiene unos
propósitos con nosotros y le damos la espalda a esa bendición que Él tiene para
nosotros. Dios se busca otra persona o a veces retarda esa bendición.
Jacob quería esa bendición para
él y la buscó y aprovecho que su hermano la despreció. Jacob tenía los ojos
puestos en esa bendición.
Todos acá hemos recibido
bendiciones de Dios y sin embargo perdemos la fe en ocasiones.
No se puede decir que Jacob
alteró los planes de Dios. Dios tenía su plan. Veamos:
Génesis 25: 22
“Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo
yo? Y fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones
hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; el
un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor”.
Rebeca fue a consultar a Jehová,
ante toda situación es lo que tenemos que hacer: consultar a Dios .
Le respondió Jehová, él siempre
nos responde.
Y estaba en los planes del Señor
que la bendición era de Jacob, tal vez Raquel y Jacob no supieron esperar en
Jehová y forzaron la situación, pero Dios también eso lo disciplinó, porque no
solo es lo que Dios quiera sino como Dios lo quiera.
El caso de David fue distinto, él
sabía que había sido ungido como rey y que Saúl lo había convertido en su
enemigo, sin embargo él no quiso forzar la situación, por el contrario él decía
que no podía matar al ungido de Jehová que era Saúl y lo quiso y protegió hasta
que Saúl murió y lamentó su muerte.
David era respetuoso de las
decisiones de Dios y esperó en Yahvé su turno, no presionó la situación. Amaba
a Saúl por ser el ungido de Yahvé.
Es el momento de dejar de ser incrédulo.
Es creer por lo que vemos y por lo que no vemos.
Rebeca hizo una cantidad de cosas
para engañar a Isaac y que la bendición le fuera dada a Jacob. Y Jacob tomó la
primogenitura. Pero Esaú también obro mal miremos en Génesis 27: 36
“Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha
suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado
mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?"
Vemos que Esaú no contó que él
había cambiado la primogenitura por un guiso y que él la había despreciado,
había despreciado la bendición de Dios.
Cuantas veces nos quejamos ante
los hermanos y les decimos: “Dios no me bendice, sabiendo que yo oro y le
clamo”, pero no contamos que estamos en desobediencia, en lugar de aceptar
nuestra culpa tratarnos de liberarnos ocultando parte de la verdad.
Romanos 9: 10- 14
“Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac
nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni
mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por
las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor.
Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que
hay injusticia en Dios? En ninguna manera”.
A veces cancelamos la bendición
de Dios después de haberla logrado con lo que expresamos de palabra mostrando
la falta de fe.
Rebeca no volvió a ver a Jacob. ¿No
fue ese su juicio y el ver que Esaú
aborrecía a Jacob?
Jacob tiene su propio Juicio fue
engañado por su tío y le entregó por esposa en pago de sus 7 años de trabajo le
entregó otra mujer, fue engañado. Dios lo enjuició por su afán, aunque era la
voluntad de Dios que la bendición era para Jacob, este no esperó en Dios sino
que forzó la situación.
2- Las circunstancias por las que
rechazamos la bendición de Dios
-
Por ignorancia: cuando no conocíamos a Cristo
renegábamos hasta de la vida. No sabíamos que el poder de la palabra es muy
grandes
Hechos 3: 17
“Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como
también vuestros gobernantes”.
Se refiere acá cuando le dieron
muerte a Jesús y dice San Pablo que lo
hicieron por ignorancia.
Por qué dice el pueblo y los
gobernantes y de los líderes religiosos no dice que fue por ignorancia. Porque
estos si sabía que Jesús era el Mesías, pero lo “ignoraron voluntariamente”
para no perder el poder que tenían.
Por lo mismo es que mucho líderes
religiosos de hoy quieren ignorar grupos de cristianos que andan el libertad,
sin aplicar nada de la ley y guiados por el Espíritu Santo y sin jerarquías
sino todos obedeciendo a su Majestad el Espíritu Santo.
Cuantas bendiciones rechazamos
por ignorar la escritura.
-
Por la falta de fe se rechaza la bendición.
Crónica 20: 20
“Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de
Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oídme, Judá y
moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed
a sus profetas, y seréis prosperados”.
El Señor nos habla a través de
los profetas. Las denominaciones ya no tienen profetas sino conferencistas,
doctores y reverendos. Ya no hay predicadores o profetas porque eso es como muy poco para ellos.
En cambio acá hay varios profetas
que el Señor ha mostrado y él habla por medio de ellos. En este grupo de
oración el Señor tiene gran bendición.
Mateo 17: 14 – 20
“Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló
delante de él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y
padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y
lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús,
dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con
vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al
demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.
Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no
pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os
digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate
de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Nada os será imposible, por el
poder del Espíritu Santo todo lo podemos si tenemos fe. La fe es la clave.
Salmo 89: 31 – 33
“Si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos, entonces
castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de
él mi misericordia, ni falsearé mi verdad”.
El Señor no nos va a dejar y
tiene misericordia con nosotros. Si usted hace oración y las cosas no se le dan
revise su vida porque algún pecado hay. Somos hijos de Dios y si nos salimos
del camino él nos va a castigar con vara. Además esto es una prueba de que Dios
si castiga, pues hoy en día a diferentes denominaciones que les dio por decir que Dios no castiga.
-
Rechazamos
la bendición por creernos indignos.
Pensamos que estamos en pecado y
por creernos indignos rechazamos la bendición de Dios. Sabiendo que si pecamos
él nos lava y nos perdona si nos arrepentimos. Dios nos hace dignos por la
sangre de Jesucristo, no por nuestras obras. Si nos arrepentimos somos
perdonados inmediatamente. Su misericordia es grande, pero tampoco podemos
jugar con Dios y con su misericordia.
Jesucristo nos justifica.
Muchas veces caemos y no queremos
ni volver al grupo, es como si quisiéramos esperar que a Dios se le pasara y
nos perdemos la bendición de Dios por esperar. Debe ser al contrario si caemos
debemos ir más rápido a los pies del Señor para que nos perdone. No podemos dar
espera.
Acá tenemos muy presente que una
cosa es caer y otra es practicar el pecado. Si viene la tentación y uno no sabe
afrontarla y cae es una cosa; pero si uno premedita el pecado y piensa: “ yo
voy y caigo en pecado hoy y mañana el Señor me perdona”, eso es practicar el
pecado y jugar con la misericordia de Dios, eso sí nos saca de la cobertura de
Dios.
Romanos 5: 1 – 2
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a
esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios”.
Por medio de la fe en Jesucristo
somos justificados.
Salmos 24: 5
El recibirá bendición de
Jehová, y justicia del Dios de salvación.
-
Menospreciamos la bendición por tergiversar la
palabra
Mateo 18: 20
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo
en medio de ellos”.
Cuántas personas han venido acá y
por ver tanta sencillez se van a denominaciones y pierden la bendición, se van
a denominaciones con líderes de corbata, con conferencistas y casa de oración inmensa
y donde posiblemente solo les predican la teología de la prosperidad.
Segú la escritura la cobertura es
esta: “donde hay dos o tres congregados en mi nombre ahí estoy yo en medio de
ellos”. No se necesita personería jurídica ni nada por el estilo para alabar y
glorificar el nombre de Jesucristo y recibir su bendición.
Donde sea, así sea debajo de un
palo de mangos.
Nosotros nacimos para glorificar
a Jesucristo acá en el grupo y afuera en nuestros lugares de trabajo o de
estudio, en nuestros hogares. Todo lo
debemos hacer como para Jesucristo.
Dedicarnos a Dios pues estamos
esperando el avivamiento
Lucas 21: 34
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se
carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de
repente sobre vosotros aquel día”.
Posiblemente no haya acá quien
busque la embriaguez, pero de pronto si otros afanes de la vida como las
fiestas de diciembre y otras cosas que no glorifiquen a Dios. Estamos en el mundo y nos tenemos que ganar
la vida en el mundo, eso lo tenemos en cuenta, recordemos que Cristo le dijo al
Padre: “no te pido que los saques del mundo sino que los guardes del mal”.
Juan 5: 43
“Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere
en su propio nombre, a ése recibiréis”.
No debemos poner los ojos en el hombre. No podemos dejarnos deslumbrar
por cosas rimbombantes.
No menospreciemos la bendición de
Dios por nada del mundo. Creamos a la
palabra de Dios.
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