II Samuel 23.1 – 3
“Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, dijo
aquel varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce
cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha
estado en mi lengua. El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: Habrá
un justo que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios”.
Ese justo es Jesucristo.
II Samuel 23: 4
“Será como la luz de la mañana, como el resplandor del sol en una mañana
sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra”.
Quizás tu vida esté como una
mañana sin nubes o quizás hay una nube que oscurece el panorama. Dice la palabra de Dios que Jesucristo es esa
luz de la mañana. Dice que es como el resplandor del sol en una mañana sin
nubes.
Esa lluvia es la lluvia que sale
del altar de Dios para regar nuestra tierra, para regar nuestro corazón, para
hacernos justificar, para hacernos geminar y para hacernos crecer.
II Samuel 23: 5
“No es así mi casa para con Dios; sin embargo, él ha hecho conmigo
pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no
haga él florecer toda mi salvación y mi deseo”.
Aquí, David, estaba profetizando
que vendría un justo que gobernaría con el temor de Dios, estaba profetizando
de Jesucristo, no pudo ver pero David sabía que iba a llegar un día el salvador
de los hombres, por su sacrificio iba a darle a los hombres salvación y vida
eterna, David lo sabía en su corazón y estaba convencido de eso.
II Samuel 13: 6 - 7
“Mas los impíos serán todos ellos como espinos arrancados, los cuales
nadie toma con la mano; sino que el que
quiere tocarlos se arma de hierro y de asta de lanza, y son del todo quemados
en su lugar”.
David, aquí está diciendo que
vale la pena seguir a Dios, que vale la pena adorarle porque tenemos un Dios
grande y maravilloso, David estaba convencido del Dios que tenía, que era un Dios
que le había dado grandes victorias. Nunca se apartó del Señor ni siquiera cuando
estuvo en el trono.
Cantares 1: 16
“He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho es de
flores”.
Ese amado de nosotros es
Jesucristo. Dulce porque Jesucristo es así por su ternura, dice la palabra de
Dios que con “cuerdas de amor me atrajiste hacia ti”, no nos juzgó, no nos
condenó, no nos desechó, no dijo: Este no, que está muy sucio, dijo: ven yo te
limpiaré. Nos extendió sus brazos, nos tomó y nos limpió.
Él siempre está dispuesto para
nosotros, somos nosotros los que cerramos el corazón y lo endurecemos.
Él está aquí en medio de
nosotros. Solo hay un remanente un pueblo que está buscando al Señor de recto
corazón.
Cantares 2: 3
“Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes; bajo la
sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar.”
Bajo su sombra hay grande
bendición. Dice el salmo 91 que el que habita bajo el abrigo del Altísimo mora
bajo la sombra del omnipotente, protegidos bajos sus alas estamos seguros. Aún
en el desierto y en la enfermedad, aún en medio de nuestros problemas, bajo sus
alas estamos seguros.
Dice que su fruto es dulce a
nuestro paladar, trae medicina a nuestra alma, trae fortaleza a los huesos,
para seguir hacia adelante.
Dice la palabra que el dulce
cantor de Israel porque la Palabra de Dios es la que transmitía dulzura.
David andaba en comunión con Dios
y por eso pudo profetizar que vendría el Mesías porque andaba en comunión con
Dios en todo momento.
Los Salmos fueron inspirados por
el Espíritu Santo a través de David. Los salmos que Dios le dio a David fueron
en diferentes situaciones de su vida. Vale la pena seguir al Señor.
I Crónicas 15: 1 – 5
“Hizo David también casas para sí en la ciudad de David, y arregló un
lugar para el arca de Dios, y le levantó una tienda. Entonces dijo David: El arca de Dios no debe
ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que
lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente. Y congregó David a todo
Israel en Jerusalén, para que pasasen el arca de Jehová a su lugar, el cual le
había él preparado. Reunió también David a los hijos de Aarón y a los levitas; de los hijos de Coat, Uriel el principal, y
sus hermanos, ciento veinte”.
David tenía mucho poder tenía
finanzas y dice que él levantó un lugar de adoración.
Tabernáculo significa lugar de
encuentro, de reuniones y David significa amado de Dios. Dios está buscando
corazones que hagan morada para él. Está
buscando corazones que sean habitación para el Espíritu Santo.
I Crónicas 15: 12
“y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de
los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de
Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado”;
No era un mueble ni un objeto lo
que iban a pasar, era más que eso, era la presencia de Dios, donde Dios quería
tener comunión con el ser humano, con su pueblo, necesitaban santificarse, no
lo podían hacer de cualquier manera.
Lo intentaron hacer a su manera,
pero sabemos que Usa murió al querer meter su mano y pretender ayudarle a Dios.
Eso es lo que nos pasa cuando queremos meter la mano en las cosas de Dios,
cuando pretendemos ayudarle a Dios.
David sabía que un pastor cuidaba
sus ovejas, por eso pudo decir en el Salmo 23 el Señor es mi pastor y nada me
faltará. Él sabía que todo lo que tenía era por el poder de Dios y por su gran
misericordia.
I Crónicas 15: 13 – 14
“pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro
Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza. Así los
sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de
Israel”.
Dio su palabra y se dispuso el
corazón del pueblo. Han venido muchas palabras de bendición a nuestras vidas de
santificarnos de apartarnos, que no nos confiemos en nuestro corazón.
En el versículo 15 dice
“Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus
hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra de
Jehová”.
Cuando Dios le mandó a Noé a hacer
el arca, que hubiera pasado si deja pasar algún mandato, pues el arca no habría
flotado o se hubiera hundido.
David también estaba cumpliendo
los mandatos de Dios.
Ahora cantábamos: “que tu
presencia nunca me falte”. ¿Será que si es éste nuestro deseo?
Mi deseo es que la presencia de
Dios nunca nos falte. De qué nos sirve todo lo terrenal sin la presencia de
Dios en nuestras vidas.
En el versículo 16 dice:
“Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de
sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y
címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría”.
Con alegría con, no con tristeza ni
con derrota porque la presencia de Dios es maravillosa en nuestra vidas.
I Crónicas 15: 22
“Y Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para
dirigir el canto, porque era entendido en ello”.
A este hombre Dios le había dado
un don y un talento. En este lugar la visión ha sido que no usemos instrumentos,
pero no es malo que se utilicen, en otros lugares lo hacen y es bueno.
¿Quién le enseño a David a adorar
a Dios? Dice que en lo secreto el Espíritu Santo ponía estas palabras en su
corazón y que ponía cantico nuevo de adoración y de alabanza en sus labios.
En el Versículo 25 y 26 dice
“David, pues, y los ancianos de Israel y los capitanes de millares,
fueron a traer el arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-edom, con alegría.
Y ayudando Dios a los levitas que
llevaban el arca del pacto de Jehová, sacrificaron siete novillos y siete
carneros. Y David iba vestido de lino fino, y también todos los levitas que
llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías era maestro de canto
entre los cantores. Llevaba también David sobre sí un efod de lino. De esta
manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jehová, con júbilo y sonido de
bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas. Pero cuando el arca del pacto de Jehová llegó
a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey
David que saltaba y danzaba; y lo menospreció en su corazón”.
David quería tener esa bendición.
Ya no era el hombre que iba a meter la mano.
Dice que el pueblo cantaba y
danzaba con él.
II Samuel 6: 18 – 23
“Y cuando David había acabado de ofrecer los holocaustos y ofrendas de
paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos. Y repartió a
todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a
cada uno un pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el
pueblo, cada uno a su casa. Volvió luego David para bendecir su casa; y
saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de
Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se
descubre sin decoro un cualquiera! Entonces David respondió a Mical: Fue
delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa,
para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto,
danzaré delante de Jehová. Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a
tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado. Y
Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”.
David cantaba y danzaba para
Dios, David le estaba diciendo al pueblo que todo se lo debían a Yahvé. Que la
presencia de Dios esté en nuestro corazón. Dice que el corazón de David
brillaba, así debe ser nuestro corazón. David le estaba diciendo al pueblo: solo ante Jehová doblo mis rodillas.
David le dijo a Mical que si
había quedado deshonrado ante los ojos de ella, por causa de Jehovás ser haría
más vil.
Para MIcal era una deshonra, para
el mundo es una deshora lo que hacemos. Pero para el pueblo de Dios, adorar a
Dios es un honra.
David se inclinó ante Dios, no
ante su esposa.
Dice David que el pueblo era de
Jehová, no decía que ese era su pueblo.
Gente que tienen temor de las
apariencias, pero David no se dejó llevar por eso. Dios todo poderoso cerró la
matriz de Mical.
Vemos lo que es apagar el fluir
del Espíritu Santo. ¿Has permitido que apaguen el fluir en tu vida? Que nadie apague
ese fluir en nuestras vidas.
Los salmos nos muestran el
carácter de un hombre, con errores sí, pero un hombre que amaba a Dios, un
hombre necesitado de Dios pues decía: “mi alma tiene hambre y sed de ti”. Los
salmos nos muestran un Dios que sana, que salva, que protege, que provee y que
está al tanto de las cosas de su pueblo.
Vamos a dar un paseo por los
salmos y los vamos a apuntar.
David pasó por muchas situaciones,
lo mismo tú puede ser que estés pasando por quebrantos de salud, por malas
finanzas, tienes problemas y buscas respuestas en Dios.
Zaqueo hizo algo loco, los 4
hombres que bajaron un paralítico desde el techo, sabían que el sanador
Jesucristo estaba en esa casa e hicieron algo loco. Los ciegos clamaban y
gritaban: “Jesús, hijo de David te misericordia de nosotros”, llamaron la
atención del Señor. Lo hicieron por fe porque no dejaron pasar ese momento de
visitación.
Cuántas veces nos dejamos
distraer en este lugar cuando Dios nos está hablando y no nos gusta el vaso que
Dios está utilizando para hablarnos.
Sabiendo que no es el hombre el que habla sino el Espíritu Santo, pero los
que perdemos somos nosotros porque dejamos de recibir la bendición que Dios tiene de su altar.
Una mujer que hizo algo loco se
postro a los pies del Señor y vertió sus perfumes a los pies del Señor. No le
importó que dijeran que estaba haciendo el ridículo. Y hasta hoy hablamos de
esta mujer, de lo que hicieron los leprosos, de lo que hizo Zaqueo.
Hagamos pues el paseo por los
salmos:
Salmo 77 en situación de
angustia: “con mi voz clamé a Dios en el día de mi angustia y alzaba a él mis
manos, mi alma reusaba consuelo”. Quizás tu alma reúse hoy el consuelo. Dios
nos da nuevas fuerzas para seguir adelante.
Salmo 42: “mi alma tiene sed del
Dios viviente”.
Salmo 73 cuando David se sintió
solo: “a quien tengo en los cielos sino es a ti”.
Cuantas veces te alejas de Dios
porque estás mirando cómo se divierten aquellos.
El licor y las fiestas siempre
terminan en desastres y en tristezas no miremos eso con deseo de hacerlo.
Tu palabra nos sana, en ti hay
respuesta y tú eres bueno. David habla en el salmo 136 de la misericordia de
Dios eternamente y para siempre.
El salmo 103 dice: “bendice alma
mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”. David dice esto porque en
medio de las circunstancias es difícil adorar a Dios, pero un verdadero adorador,
adora en medio de la prueba, en medio de la abundancia, en medio de todo tiempo
y todo momento.
David conocía el corazón de Dios
y sabía que era tardo para la ira y rico en misericordia.
En el salmo 51 muestra que Dios
se derrama en hombres de carne y hueso. Renueva un espíritu en mí.
David reconoció que se equivocaba.
¿Reconocemos, nosotros como líderes, que nos hemos equivocado, que también nos
sentimos tristes y solos, que necesitamos de la mano de nuestro hermano?
David dijo mejor es caer en manos
de Dios porque muchas son sus misericordias.
Nosotros como David debemos saber
que las pruebas moldean nuestro carácter.
Dice la palabra de Dios en los
salmos: “torre fuerte es el nombre del Señor, a él correrá el justo y levantado
será”.
Salmo 100 dice: “Cantad alegres a
Dios, bendecid su nombre porque somos ovejas de su prado”.
El salmo 41: 1
“Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará
Jehová. Jehová lo guardará, y le dará
vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus
enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama
en su enfermedad”.
Cuando estamos enfermos solo Dios
sabe lo que sentimos en una EPS con la negligencia que manejan.
Versículos 4 al 8
“Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti
he pecado. Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y
perecerá su nombre? Y si vienen a verme, hablan mentira; su corazón recoge para
sí iniquidad, y al salir fuera la divulgan. Reunidos murmuran contra mí todos
los que me aborrecen; contra mí piensan mal, diciendo de mí: Cosa pestilencial
se ha apoderado de él; y el que cayó en cama no volverá a levantarse”.
A Job hasta su mujer le dijo que
maldijera a Dios y el al contrario él lo bendijo.
Versículo 9 dice:
“Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó
contra mí el calcañar”.
Lo mismo le pasó a Jesucristo que
uno de sus discípulos lo traicionó.
Salmo 41: 10 – 13
“Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, y les daré el
pago. En esto conoceré que te he agradado, que mi enemigo no se huelgue de mí.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has hecho estar
delante de ti para siempre. Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, por los
siglos de los siglos. Amén y Amén”.
Dios nos ha bendecido para
siempre.
Es muy importante entender el significado de adorar. El no tener un corazón dispuesto para adorar es una blasfemia contra Dios, es PECADO, cuando nos fastidia ver como adora otra persona que a nuestro parecer lo hace mal es una burla contra Dios , porque Dios busca es un corazón dispuesto y sincero.
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