domingo, 30 de abril de 2017

No la cedas

¿Por qué, muchas veces, nosotros, cedemos la bendición? Porque nos creemos buenos porque nos creemos autosuficientes, porque hemos pedido el sentir la necesidad.

¿Recuerdan que hace poco una mujer que vino y se le preguntó al final que si querían que oráramos por ella y que ella contestó que no que por la hermana que necesitaba más?

Se le insistió que por ella y ella insistía con arrogancia que no que por la hermana. Pues Dios quería que oráramos por ella, la bendición era para ella y ella la cedió.

Creemos que estamos bien y pensamos que no la necesitamos y es el momento en que Dios quiere derramar más bendición sobre nosotros y cedemos la bendición.

Cada vez necesitamos más y más de Dios.

Dios no quiere que estemos apoyados en nuestra autosuficiencia, en nuestra soberbia, en nuestra arrogancia

1.       Esaú
2.        
Génesis 25: 19 – 34

Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor. Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz. Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob. Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura”.

Había una necesidad: Rebeca era estéril.

¿Cuál es su necesidad?, posiblemente usted no ve una salida hoy en su vida.

Había una esterilidad e Isaac oro para que esa esterilidad no estuviera más.

La orden de Dios para cambiar las situaciones es orar, es venir a él y humillarnos delante de él que él cambia las situaciones.

Isaac no se conformó, él fue y oró. Nosotros muchas veces nos conformamos, ante las situaciones. Nosotros tenemos poder Dios ha puesto en nuestras manos las soluciones. Ore que la respuesta va a llegar.

El único que puede cambiar la esterilidad es Cristo el Señor y no solo la esterilidad física sino también la esterilidad espiritual.

Dios manda que doble rodillas y que el gozo de la salvación llegue a su vida y lo levante de nuevo.

Isaac oró y Dios no le dio la espalda.

Cualquier situación que estemos pasan, cualquier problema que tengamos, cualquiera sea el desierto que estemos viviendo, si venimos con un corazón sincero delante de Dios, Dios acepta nuestra oración.

Cuando Dios acepta nuestra oración, nuestras suplicas viene la concepción del milagro.

Cuando entramos en oración después se tiene que dar la respuesta de Dios, cuando no se da el respuesta es porque no estamos orando como es o no estamos en el tiempo del Señor.

Desde el mismo vientre había lucha, siempre vamos a tener oposición, cuando el enemigo ve un hijo de Dios rendido en las rodillas el enemigo sabe que perdió, pero nosotros muchas veces no hemos querido entender eso, que en la rodillas es donde somos fuertes, que en las rodillas es donde el enemigo no nos quiere ver, porque en las rodillas nos tiene miedo ya que conquistamos cosas grandes.

Dice Rebeca: si es así para qué vivo yo. Muchas veces Dios te ha dado promesas, tal vez estás en una bendición y encuentras una oposición, empieza el enemigo a levantarse, empieza el enemigo a ponerte dudas y a poner una gran cantidad de cosas y usted en lugar de consultar a Dios se deja sacar por lo que el enemigo le pone, entonces usted no vence sino que se desanima. Dios no quiere hombres de desánimo, Dios quiere hombres valientes que digan que si vino el problema, pues yo voy a enfrentar el problema con oración, con la guerra espiritual.

Muchos en lugar de venir a consultar a papito Dios, vamos a consultar a los de afuera, a los que no son hijos de Dios y hacer caso a lo que Dios no quiere para nosotros y nos sacan  de la bendición.

Cuántos como Rebeca han deseado la muerte para no hacer frente al problema o han querido regresar al mundo para no enfrentar el problema.

Dios le dio respuesta también a Rebeca, Dios no nos deja sin respuesta cuando sus hijos le consultan de todo corazón. Si Dios no respondiera en vano vendríamos nosotros a la oración.

En el mundo hay dos bandos, están los hijos de Dios y los hijos del diablo, los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. Siempre va a ver una guerra, siempre va a ver una lucha. Dese que recibimos a Cristo en el corazón hay una lucha y nosotros tenemos que batallar por eso y no dejarnos sacar.

Cuando nosotros recibimos a Jesucristo en el corazón, no nos convertimos en un pueblo débil, nos convertimos en un pueblo fuerte, en un pueblo que no se amilana ante ninguna dificultad. Si el enemigo le quiere hacer ver que no se puede, que usted no es capaz, que usted es un don nadie, reprenda al diablo, porque Dios dice que usted y yo somos un pueblo de poder porque el que reina es un Dios Todopoderoso y ese Dios nos ha llamado a nosotros a su pueblo. El mundo no tiene lo que usted y yo tenemos, el mundo se apoya en las cosas del mundo. El poder está en Dios y para sus hijos hay poder entonces por qué nos sentimos débiles.

Cuántos no han podido dar a luz a esas promesas que Dios le dio. Hoy es el día para ver esas promesas.

Nosotros engendramos en el Espíritu nuestras peticiones. Dios quiere que demos a luz las promesas de Dios.

Cuantos han olvidado las promesas porque miran al gigante y no miran al Dios Todopoderoso.

Jacob salió pegado, su mano estaba enredada al pie del hermano desde el principio él no soltó su bendición. Así Dios quiere que no soltemos la bendición aunque el mundo nos diga que eso no se puede, no ceda la bendición, que si se puede.

En quietud y en confianza será nuestra fortaleza, Dios quiere que reposemos en su presencia.

El papá inclinado por el mayor y la mamá inclinada por el menor, por el que tenía confianza en Dios.

Jacob aprovechó la oportunidad. Dios quiere que cuando él te presente la oportunidad la aproveches inmediatamente. Dios quiere hombres y mujeres agresivos.

La primogenitura tenía sentido para Jacob, pero para Esaú no. Dios quiere que usted sepa la bendición que hay para su vida.

La importancia de la palabra, Jaco insistía. La palabra tiene poder, cuidemos lo que declaramos con nuestra boca. En el pueblo de Dios no existen ni raquíticos ni paralíticos espirituales. Dios quiere que avancemos.

Así desprecio Esaú la primogenitura por cualquier bobada.

Dios quiere que usted se vaya con su bendición y que alcancen para su familia.

3.       El ciego
4.        
Lucas 18: 35 – 43

Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios”.

El ciego estaba junto al camino, no estaba en el camino; nosotros estamos en el camino.

Sintió la curiosidad y pregunto qué era, sintió el toque y se interesó. Si usted cree que Jesucristo está aquí, dígale, Señor yo sé que tú lo harás, sé que hay respuesta par mi petición.

El ciego clamó al  oír que Jesús pasaba, cómo que estamos junto al Mesías y él no va a ser nada por nosotros. Al ciego no le importó que trataran de impedírselo.

Pedid y se os dará, buscad y hallareis. Dios no despreció el clamor del ciego. Dios tiene una respuesta para tu vida, no desprecies la bendición.

Esa es la pregunta que Dios nos hace: ¿Qué quieres que yo te haga hoy?

Recibió la visión y recibió la salvación.

Él se quedó con el milagro y con el Dios de los milagros, lo siguió glorificando. Afuera muchos glorificarán a Dios por el milagro que Dios ha hecho en nosotros.

5.       Saqueo

Lucas 19: 1 – 10

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

Vea la diferencia el uno era  un hombre rico y muy importante y el otro era ciego y estaba mendigando.

Ni las riquezas ni la importancia entre el pueblo le sirvieron para acercarse a Jesús.

Dios escucha al que atiende a su palabra. Saqueo tenía la inquietud, la necesidad de ver y saber quién era Jesús. La situación física no le impidió ver a Jesús. Estaba convencido de que Jesús pasaba por ahí y lo vería. Usted está convencido de que Jesús está aquí y que si usted le pide él le va a responder.  

Dios está esperando que usted cambie su actitud para él poder obrar en su vida.

Pueblo despierte es necesario que veas mi gloria, hoy voy a obra en tu vida poderosamente.

Deje la duda y la mediocridad. Hoy es el día de soltar las cadenas, hoy es el día de soltar las amarras, hoy es el día para quedarse en la gloria del Señor.

Hoy es necesario que en tu corazón se empiecen a gestar los milagros, los beneficios de Dios, las grandes maravillas del Dios Todopoderoso.

Saqueo lo recibió gozoso, porque era Jesús en su vida. Gocémonos porque Jesús está aquí.

Dios no quiere que usted se esté lamentando, levantase que Dios quiere restaurar su vida, quiere hacer hombres y mujeres transformados.

Hubo oposición, empezaron a murmurar. Cuando recibimos a Cristo viene la oposición.

Con la palabra que Jesús le habló trajo convicción. Cristo llega a la vida del ser humano trae arrepentimiento.

Hoy ha venido la salvación a nuestras vidas por cuanto somos hijos de Jesucristo, por cuanto somos hijos de fe, engendrado por el Espíritu de Dios.

Estábamos muertos en delitos y pecados y estamos aquí porque Jesucristo nos tocó y nos trajo con cuerdas de amor, para que tomáramos lo que él tiene servido en su mesa para cada uno de nosotros.

6.       Joás
7.        
II Reyes 13: 14 – 25

Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas. Luego dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, y dijo: Abre la ventana que da al oriente. Y cuando él la abrió, dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, y saeta de salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec hasta consumirlos.  Y le volvió a decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo. Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora sólo tres veces derrotarás a Siria. Y murió Eliseo, y lo sepultaron. Entrado el año, vinieron bandas armadas de moabitas a la tierra. Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies. Hazael, pues, rey de Siria, afligió a Israel todo el tiempo de Joacaz. Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y se compadeció de ellos y los miró, a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de su presencia hasta hoy. Y murió Hazael rey de Siria, y reinó en su lugar Ben-adad su hijo. Y volvió Joás hijo de Joacaz y tomó de mano de Ben-adad hijo de Hazael las ciudades que éste había tomado en guerra de mano de Joacaz su padre. Tres veces lo derrotó Joás, y restituyó las ciudades a Israel”.

El rey se acercó a Eliseo llorando. Se veía sin esperanza, tal vez estamos así. Miraban la circunstancia, quizás usted no ve una respuesta, una solución.

Ponga su mano sobre las promesas de Dios y permita que sean realidad en su vida.

Abra su corazón delante de Dios, saca la duda, la incertidumbre, la tristeza, Declárale al enemigo hoy hay palabra de vida, de restauración, de sanidad.

Dios le dice insista, orar siempre y no desmayar. Hoy es el día levántese por su bendición.

A veces soltamos la bendición porque nos da miedo de lo que se avecina.

Dios mira el pacto que usted y yo hicimos con Jesucristo. Por ese pacto Dios tiene misericordia. Hasta hoy no nos ha echado de su presencia por su misericordia, no nos ha dejado por fuera.


No ceda su bendición por nada. 

sábado, 15 de abril de 2017

¿A quién enviaré?

Isaías 6: 8

Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.

Está hablando, Isaías, cuando dice que vio a Dios sentado en su trono y su gloria y dice que un ángel y pasó carbón encendido por sus labios y quitó su pecado y su maldad.

Muchas veces venimos con muchas necesidades y Dios conoce las necesidades de nuestro corazón, pero nos hemos preguntado ¿cuál es la necesidad del corazón de Dios?

La necesidad del corazón de Dios es enviarnos. Un misionero es aquel que se despoja de toda su parentela, de su tierra, de todas sus cosas y se va a un lugar donde el Espíritu Santo nos diga no donde nosotros queramos. Dios nos dio una gran comisión y es predicar el  Evangelio a todas las naciones, a ir por esas almas que son importantes para Dios.

A veces se nos endurece tanto el corazón que no pedimos por las almas, estamos muy cómodos en la casa de oración, pidiendo por lo que necesitamos y eso no es malo, pero para Dios es importante que oremos por las almas, dice la palabra que Cristo murió en la cruz del Calvario para que todo aquel que creyere no se pierda, mas tenga vida eterna.

Cada segundo se están perdiendo las almas, nuestros vecinos, nuestras familias. Qué estamos haciendo aquí sentados y Dios dice ¿a quién enviaré y quien irá por nosotros? Dios necesita unas manos, una boca que hable.

¿Te has preguntada para qué Dios nos ha llamado a cada uno de nosotros? En jeremías dice que él te llamó, te predestino para predicar la palabra del Señor.

Será que nosotros podemos decir hoy: heme aquí, Señor, aquí está mi corazón, sin reserva ni condiciones, pero nosotros ponemos muchos límites y muchas condiciones a Dios.

Cuando Dios le dijo a Abraham: sal de tu tierra y de tu parentela, él no cuestionó sino que obedeció.


Atajamos las grandes bendiciones de Dios por no obedecer a su palabra. El mayor gozo es cuando obedecemos y estamos en la perfecta voluntad del Señor.

De qué nos sirve agradar al mundo si se pierde nuestra alma.

Romanos 10: 13 – 17

porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?  ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.

Todos hemos sido llamados, hemos sido comisionados, Dios nos dio poder y autoridad.

Cristo hablo de los grandes galardones que tendremos por servir al Señor. La palabra de Dios dice: abre tu boca y yo la llenaré.

Muchas veces el temor y el miedo no nos deja avanzar y la palabra dice en Romanos: no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación de los que creen.

Las buenas nuevas en nuestras vidas es predicar la palabra de Dios.

Decimos yo oro por mi familia que sea salva y nos la pasamos en la internet, ¿crees que nuestras familias van a ser salvas con nosotros metidos en la internet y la televisión en todo momento, en esa mediocridad que muchas veces hay en nuestras vidas?

No todos obedecieron, dice la palabra, Dios nos llama, pero muchas veces nosotros dudamos en nuestra incredulidad, tenemos en un último lugar el que Dios utilice nuestras vidas.

Todo el mundo quiere recibir, pero nadie quiere dar, todo el mundo quiere: “sáname, sáname, provéeme, pero nadie quiere invertir de su tiempo, nadie quiere invertir de sus finanzas en las cosas del Señor.

Queremos que nuestras familias sean salvas, pero no tenemos nada de consagración, nada de oración, nada de ayuno, nada de intersección, nada de compromiso en nuestras vidas.

La palabra de Dios dice que en toda labor hay fruto, si nosotros sembramos va a ver fruto, si sembramos con regocijo. Sembrar en el reino de Dios tiene gran retribución para nuestras almas.

Muchas veces no se aumenta nuestra fe porque no escudriñamos su palabra donde está su buena voluntad para cada uno de nosotros.

Romanos 10: 18

Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras”.

Como dice en Mateo 24 esta palabra será predicada en todo el mundo y hoy vemos como esto se cumple a través de la radio, la televisión, la internet, no tenemos excusa ni justificación para decir que Él no nos ha hablado, que no nos ha advertido para que no nos desviemos del camino, Dios en todo momento nos habla, pro muchas veces sucede que se endurece nuestro corazón y cerramos nuestros oídos espirituales para no oír el consejo y el mandato que Dios tiene para nuestras vidas.

Cuando Dios preguntó que quien estaba dispuesto hubo un hombre que dijo: “heme aquí Señor”, que nosotros podamos decir: heme aquí Señor, aquí está mi corazón sin reservas, sin condiciones.

Es el amor de Dios en nuestras vidas el que nos impulsa cada día a seguir hacia adelante.

Jesucristo murió para ganar almas y si la iglesia es el cuerpo de Jesucristo, la misión nuestra es ganar almas, una iglesia que no gana almas es una iglesia muerta.

Por qué no hay amor por las almas, no hay compasión por las almas.

Las cosas de Dios cuestan sacrificio, las cosas de Dios cuestan pagar un precio en oración.

Los galardones que Dios tiene para su pueblo ¿van a ser para un pueblo mediocre, un pueblo tibio y vacío?

Que bendición tan grande que Dios nos llame como llamó a Pedro: pescador de hombres, pescador de almas.

Mateo 9: 35 – 38

“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”.

Seguramente Jesús se cansaba, pero lo movía el amor por las almas.

La mies es mucha, la necesidad es grande. Personas que necesitan de Dios, siervos de Dios que caen y nosotros tan relajados decimos: “Estoy bien, estoy bendecido”.

Pidámosle a Dios que implante esa necesidad en nuestro corazón.

Lucas 4: 42 – 44

Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea”.

Jesucristo fue invitado a casas a comer, pero Jesús tenía que predicar el evangelio e iba a las casas a llevar el evangelio. Cuando Jesucristo llega a nosotros trae bendición a nuestras vidas.

I Corintios 9: 16

“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!”

Porque Dios nos va a demandar todo lo que nos ha enseñado, todo lo que nos ha dado.

I Corintios 9: 17

“Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada”.

Debemos hacerlo con amor, digamos heme aquí Señor.

I Corintios 9: 18

“¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio”.

Mi galardón es de gracia he recibido, de gracia tengo que dar a los otros.

No merecíamos la salvación, no merecíamos que Jesucristo muriera por nosotros, por eso debemos hacer lo que Dios nos ha encomendado.

A  veces queremos bendición, pero no queremos la corrección de Dios, no queremos que Dios moldee nuestras vidas.

Ezequiel 3: 16 – 17

Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte”.

Una atalaya es una torre para vigilar.

Dios quiere que seamos como esa torre fuerte para vigilar lo que el enemigo está haciendo a su pueblo y a nuestras vidas y dar aviso.

Dios te ha llamado a predicar su palabra y a advertir al pueblo de lo que viene. Si no estamos pegados del corazón de Dios vamos a dar sonido incierto.

Esos predicadores que siempre dicen todo está bien, tú estás bien, cuando no estamos bien delante de su presencia, no están advirtiendo al pueblo de lo que realmente ocurre.

Ezequiel 3: 18

Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.”

Dios nos instruye y no exhorta para que nuestra alma viva.

Si nosotros no hablamos la palabra de Dios él nos demandará.

Ezequiel 3: 19 -21

Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano”.

Si el Señor viene a pedir cuentas de lo que hemos hecho, El que persevere hasta el fin éste será salvo.

No hay excusa en nuestras vidas para decirle que no al Señor.

Ezequiel 33: 7

“A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte”.

Jesucristo viene pronto y sin santidad nadie vera el rostro de Dios.

II Corintios 12: 15

Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos”.

Pablo dijo que aún su propia vida la gastaba por amor a las almas.

¿Nosotros si gastamos nuestras propias vidas por amor a las almas?

El verdadero siervo de Dios sabe que Jesucristo lo comisionó y si Jesucristo sufrió todas esas cosas,  sabe que también sufrirá por amor a las almas y  llevar el evangelio que Cristo dejó.

Cuando yo me humillo ante la presencia de Dios el me exalta en público.

Aquellos que saben que Dios los ha llamado, que puedan perseverar hasta el final. Que podamos predicar la palabra de Dios en todo tiempo y en todo momento, a nuestras familias, cada palabra que Dios trae a este lugar es para que nosotros la hablemos a los demás. No lo estamos haciendo, no estamos ganando almas para el reino.

El que gana almas alegra el corazón de Dios.

Cuántos dicen en este día, Señor heme aquí, tengo tanto para dar.

Tenemos mucho que contar, mucho que decir, mucho que testificar de las maravillas que Dios ha hecho en nosotros, pero tiene que haber esa necesidad en nuestro corazón.

Ya no nos pertenecemos a nosotros mismos y el amor por nuestras familias no puede frenar el trabajar en la obra de Dios.


Digámosle al Señor: Tengo mucho para dar. 

miércoles, 12 de abril de 2017

Lugar Secreto

Ese lugar secreto con Dios es su presencia.

Jeremías 23: 16

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová”.

Pasamos al versículo 18:

Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?”

Pasamos al versículo 22 al 25

Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé”.

Está hablando a cada uno de nosotros, pero en el momento estaba hablando a los profetas. Jeremías hablaba palabra fuerte porque el pueblo no quería arrepentirse y algunos falsos profetas le decían al pueblo que estaba bien.

El Rey Sedequías no escuchó la palabra de Dios he hizo lo que él quiso, cuántas veces nosotros no escuchamos la palabra de Dios y hacemos nuestra voluntad.

Hacer la voluntad de Dios es lo mejor que le puede pasar a la vida del hombre porque hay recompensa.

Alabamos a Dios cuando obedecemos su palabra, cuando estábamos en pecado no lo alabábamos porque el pecado nos impide ver la gloria de Dios, el pecado nos impide entrar a ese lugar secreto donde Dios habla a nuestro corazón, es donde Dios habla a nuestras vidas, donde nos muestra su voluntad.

En Jeremías 33: 3 dice la palabra de Dios: Clama a mí y yo te responderé, te enseñare cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

El mundo y sus deseos pasa, pero el que hace la voluntad de Dios permanece.

Una cosa es como tú entras a la oración y otra cosa es como sales de la presencia de Dios, ese lugar secreto es a los pies de Cristo, el lugar más alto es a los pies de Jesucristo. Porque el que se humilla será exaltado.

La palabra de Dios dice que en la presencia de Dios hay plenitud de gozo, delicias a su diestra para siempre.

Salimos llenos de alegría saltando como becerros de la manada, confiando en el Dios que nosotros tenemos.

Ezequiel 44: 23

Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio”.

Dios les está hablando a los sacerdotes. Hacer diferencia entre lo bueno y lo malo, en lo que es de Dios y lo que no es de Dios, entre lo que es mentira, lo que es engaño y lo que es la verdad de Dios.

Tenemos que pedirle mucho a Dios que a través de su Espíritu Santo nos dé ese don de discernimiento. Estamos en tiempos peligrosos, en tiempos de apostasía, en tiempos de engaño, tenemos que pedirle al Señor que abra nuestros ojos espirituales y nuestros oídos espirituales para escuchar su voz cuando nos habla, que quite toda ceguera de nuestras vidas, toda mentira que haya en nuestro corazón y tenemos que pedirle que podamos ver la realidad de Dios.

Cuando llegue el pueblo pidiendo consejería, cómo sabe uno qué hacer en ese momento si no tiene discernimiento de Espíritu.

Hay personas que son especialistas para mentir; así como existen personas que son especialistas y se especializan en la palabra para predicar la verdad, así también hay especialistas para mentir.

Dice Dios que nosotros como líderes, como ministros de Dios tenemos que aprender a discernir entre lo bueno y lo malo, de lo que es de Dios y lo que no es de Dios.

Que podamos ser radicales con el pecado, Dios viene por una iglesia sin mancha y sin arruga.

¿Cómo es que tú no puedes discernir con qué intenciones se acercan las personas a tu vida?

Muchas veces por temor a ser rechazados por el mundo rechazamos la presencia de Dios en nuestras vidas. Cuando nos hacemos amigos del mundo nos constituimos en enemigos de Dios.

Todos estábamos presos en delitos y pecados y estábamos destituidos de la gracia de Dios, Jesucristo apareció para deshacer las obras de las tinieblas y llevo nuestros pecados en la cruz del Calvario.

Dice el Señor que tal modo amó Dios al mundo que entregó a su hijo Jesucristo para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. Jesucristo clavó en aquella cruz el decreto de muerte que estaba sobre nosotros, no había esperanza para nosotros, pero a través de la sangre de Jesucristo Dios nos ve aceptos.

Que nosotros podamos dar cada día frutos dignos de arrepentimiento que podamos dar fruto y podamos ser de bendición para otras personas que dios venga con cuerdas de amor sobre esas vidas.

Hebreos 5: 11 – 14

Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

Somos tardos para obedecer la palabra de Dios, tenemos tanta palabra que podemos ser ya maestros para instruir a otros, como así que volvemos al yugo de esclavitud.

Dios nos ayuda a crecer espiritualmente, Dios quiere que seamos maduros espiritualmente. Como que nosotros enojados el uno con el otro.

Se maduran espiritualmente por el uso, hay que leer la palabra, hay que alabar.

Yo ejercito el oído escuchando alabanzas de Dios, escuchando adoración de Dios, escuchando a personas que glorifican al Señor y habla de él y de su palabra. Ejercito mis ojos viendo lo que a Dios le agrada.

Dios nos da a través del Espíritu Santo el discernimiento de saber qué ver y qué no ver, nuestras manos son para glorificar a Dios no para otra cosa.

I Juan 4: 1 – 6

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”.

Si se predicara un evangelio diferente no  lo escuchéis dice Pablo, eso significa que tenemos que estar firmes en el evangelio y la sana doctrina.

El que es de Dios la palabra de Dios oye. Sabemos que la hemos oído y la hemos atesorado en nuestro corazón cuando nos convertimos en hacedores de su palabra. Dios quiere que lo que nosotros escuchamos lo pongamos por obra.

En un abrir y cerrar de ojos se rasgará el cielo y vendrá el hijo de Dios en una nube por nosotros. Nos levantaríamos hoy pensando hoy puede ser el día.

No vengamos acá estar pendientes de lo que hace el otro o de lo que pasa a nuestro alrededor, porque es en ese lugar secreto donde el Señor quiere tener ese encuentro con nosotros, esa intimidad con nosotros. El día y la hora nadie lo sabe, no sabemos cuándo Dios nos va a llamar a cuentas y dice la palabra que de esta tierra llevamos salvación o condenación y a veces caminamos ignorando la palabra como si no loa supiéramos en nuestro corazón, caminando hacia la muerte en vez de hacia Cristo.

El enemigo quiere robarnos nuestra alma, robarnos nuestros galardones, robarnos nuestras grandes bendiciones a nuestra vida.

Cuando venimos a este lugar decimos: Señor yo vine hoy a verte a ti, Señor. Dios anda buscando adoradores en espíritu y en verdad. La alabanza en la carne no pasa del techo.

Dios conoce los verdaderos adoradores, los verdaderos siervos, los verdaderos hijos, los que andan en integridad y en verdad.

Salmos 73: 17

Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos”.

O sea el fin de los impíos

Salmos 73: 18 – 24

Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer. ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia. Se llenó de amargura mi alma,y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria”.

Aunque David se sentía desfallecer, seguía pegado del Señor, El Espíritu Santo le impedía apartarse de su presencia.

Dios era la fortaleza de David y es nuestra fortaleza. A pesar de que vengan cosas difíciles, él me toma de su mano y no me deja desfallecer.

Me guía según su consejos y me recibe en gloria dice la palabra.

Salmos 73: 25

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”.

El que tiene a Cristo lo tiene todo, pero el que no tiene a Cristo no tiene nada, está muerto en vida.

Salmos 73: 26

“Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”.

La roca de mi corazón, el que me fortalece, el que me da las fuerzas, el que me rejuvenece como las águilas, el que le da vigor a mis huesos, es la roca de mi salvación, Jesucristo.

Salmos 73: 27 – 28

 “Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras”.

Repitamos ese último verso: “Pero en cuanto a mí…”

El acercarme a Dios es el bien, es bendición.

Pongo la esperanza en Dios para contar todas sus obras, sus maravillas, los milagros que Dios hace con su pueblo, los milagros que hace con cada uno de nosotros.

Cuando Saulo perseguía los cristianos, Cristo mismo lo tumbo del caballo y le dice: por qué me persigues. Cuando se levantan contra nosotros, no se levantan contra nosotros, se levantan contra el mismo Dios, se levantan contra el nombre que esta invocado sobre nosotros, entonces por eso hay victoria en él. En el pueblo de Dios no hay derrota, el pueblo de Dios hay victoria todos los días de nuestra vida.


Declaramos victoria en nuestras vidas. 

domingo, 9 de abril de 2017

Fructificad

Isaías 5: 1- 7
Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor”.

Esa viña que el Señor ha plantado somos cada uno de nosotros. Dios nos plantó en su presencia, que nos plantó en tierra fértil dice la escritura.

Dice la escritura que esperaba que se diesen uvas y dio uvas silvestres. Dice la palabra que Él espera de nosotros recibir fruto.

Llegamos a Dios con las manos vacías, pero ahora que nos restauró tenemos mucho para dar, porque él ha puesto bendición en nuestras manos, ha puesto talentos.

Cuidemos las bendiciones de Dios para que su cobertura no sea quitada de nuestras vidas.

Que las cosas de Dios no sean una carga en nuestras vidas sino por el contrario que sean un deleite, y la viña tiene que dar fruto.

Queremos muchas bendiciones, pero ¿cuántos nos disponemos?

Si Dios establece que oremos, que nos congreguemos es porque Dios quiere bendecir nuestras vidas.

Marcos 12: 1 – 12

“Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña. Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.  Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros.  Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra.  Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. ¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores  Ha venido a ser cabeza del ángulo; El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron”.

Dios nos habla a través de diferentes de diferentes personas, de las piedras, de los medios de comunicación y nosotros no escuchamos.

Proverbios 27: 18

Quien cuida la higuera comerá su fruto, u el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra”.

Hay recompensa para nuestro trabajo, si cuidamos las bendiciones vamos a ser cuidados por Dios.

Muchas veces Dios nos da bendiciones pero no las cuidamos. Cuando edificamos sobre la roca permanecemos.

Se nos olvida que Jesucristo puede venir en cualquier momento.

Es muy triste que en los hogares del pueblo de Dios existan ambivalencias y que entre nosotros mismos no podamos arreglar las cosas.

Pero no escuchamos al Espíritu Santo porque pedir perdón no es fácil, pedir perdón es de valientes. Antes de presentar tu ofrenda no dejes cuentas sin arreglar, que nos arreglemos con nuestro adversario.

Marcos 4: 20

Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”.

La ponen por obra, dan frutos en todo momento.

Dios utiliza sus diferentes ministerios para hacernos entender que busquemos a Dios por lo que es, que no lo busquemos tanto por las cosas que él nos da que son de gran bendición, porque la palabra de Dios nos dice:  buscad el reino de Dios y su justicia y lo demás os será añadido.

Que podamos aprovechar cada palabra que se da en este lugar, no todas las personas tienen un lugar para congregarse, cuántos están en los campos y piensas que bueno para esas personas que tienen un lugar para congregarse.

Mateo 7: 15 – 20

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”.

Juan el Bautista decía: arrepentíos porque el reino de Dios está cerca, haz frutos dignos de arrepentimiento.

Que nosotros estemos en todo momento declarando la Palabra del Señor y poniéndola por obra.

Muchas veces predicamos y no lo llevamos a la práctica y lo que Dios quiere es que hagamos frutos dignos de arrepentimiento.

La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta para cada uno de nosotros.

Proverbios 28: 13

El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.

Muchas veces no prospera nuestras vidas porque encubrimos nuestro pecado. Dice la palabra que lo que el hombre siembra eso mismo cosechara, si nosotros cosechamos para la carne, de la carne cosecharemos muerte, si sembramos para el Espíritu, del Espíritu cosecharemos vida.

Dios quiere que nosotros permitamos que Él moldee nuestras vidas, no decir más yo soy así, porque entonces dónde queda la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Decimos es que yo soy así porque mi papá fue así, no digamos eso porque en Dios son nuevas todas las cosas, porque la simiente de Dios está en nuestro corazón.

Los pecados y las cadenas de nuestros padres pueden ser rotas en nosotros por Jesucristo.

Si Dios hace ver tu pecado ¿por qué no reconvenir el camino?

Proverbios 14: 23

En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen”.

Por el árbol se conoce el fruto, si el árbol es bueno dará frutos buenos. Si estás perseverando en las promesas que Dios te ha dado vas a ver el fruto de ellas porque en todo hay fruto.

Dice la palabra que toda palabra que sale de la boca de Dios no volverá a él vacía.

Si en todo momento estamos hablando ruina, derrota, diciendo que no se pude, que es imposible para mi vida, entonces eso es lo que vamos a recibir.

Pero si en todo momento estamos declarando que hay bendición en la palabra, veremos los cielos abiertos y la gloria de Dios sobre nuestros hogares, veré la bendición de Dios en todo momento.

Dios abre puertas que ya nadie puede cerrar y sabré que Dios es mi fortaleza.

Debemos declarar la bendición de Dios, que él nos sustenta, que nos sana día tras día. No declaremos nunca la derrota.

Dios le dijo a Josué: esfuérzate y sé valiente para cumplir los mandamientos que yo te he dado.

Se valiente para cuidar su palabra, para cuidar sus promesas, para caminar en pos de él. Dice la palabra que no se apartará de nuestra boca ese libro de la ley sino que de día y de noche meditaremos, pensaremos en él, en lo que Dios ha dicho, porque lo que Dios ha hecho ayer, lo hace hoy y lo hace mañana.

Es momento de creer a Dios, a sus promesas, de saber que tenemos un Dios que vive, saber que nuestro redentor vive y nos levantará sobre el polvo, sobre nuestras vidas, pero esto es de fe, a Dios no se le toca con lágrimas, a Dios se le toca con fe. La religiosidad es algo abominable para el Señor.

Proverbios 18: 21

“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”.

Lo que yo declaro vendrá a mi vida. Por eso es que vemos hermanos tan gozosos en medio las dificultades.

Cuántas veces Dios nos ha bendecido grandemente y nosotros nos entristecemos porque queremos tener más.

Dios dice en su palabra: no te dejaré ni te desampararé.  Jesucristo nos llama plantío de Jehová y nosotros tenemos que llevar fruto de santidad, fruto de justicia en todo tiempo y en todo momento.

Isaías 54: 1 – 2

Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.  Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.

No seas escasa. Nosotros le ponemos límites a las bendiciones de Dios porque miramos nuestro bolsillo, miramos lo que tenemos, miramos nuestras posibilidades, miramos que la situación está muy mala.


Miremos al Señor caminando en sus promesas.

lunes, 3 de abril de 2017

La verdad os hará libres

Cuando nosotros conocemos de Jesucristo, él abre nuestros ojos. Dice la palabra de Dios que cuando Cristo llega a una vida entonces rompe las cadenas. Dice que el que practica el pecado esclavo es del pecado.

Juan 8: 31 – 33

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?”

Esta gente era esclava de la ley, era esclava religiosa, era esclava de las apariencias.

Juan 8: 34 – 37

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros”.

Querían matar a Jesús porque habla palabras de verdad. Conocía los corazones de todos, conoce los corazones de todos nosotros, a él no le podemos engañar.

Adán y Eva se escondieron, ¿no iba a saber Dios donde estaban?, por eso muchos hermanos en Cristo andan escondidos en cuevas, pero la palabra de Dios dice no hay nada encubierto que no salga a la luz.

Dios quiere hombres íntegros delante de su presencia, que seamos los mismos acá, en el hogar y en todas partes, que podamos tener autoridad para predicar a otros.

Dice la palabra de Dios que son hijos de Dios los que son guiados por el Espíritu Santo de Dios, los que no se gobiernan a sí mismos, los que no dejan cabida a las obras de la carne: chismes, murmuración calumnias, sino que andan en el fruto del Espíritu Santo.

A veces nos levantamos y nos va mal y es que no nos levantamos pensando en Dios sino peleando con la mamá, con los hijos, con la esposa…

Dios quiere de nosotros obediencia más que los muchos sacrificios, para que Satanás no gane ventaja. Yo puedo estar aquí alabando a Dios y el enemigo se ríe de mí. Porque se está alabando a Dios, pero en su corazón está resentido, su corazón alberga recuerdos del pasado, pero Dios te puede libertar en esta mañana, Dios puede romper cadenas en tu vida.

El enemigo siempre te va a recordar el pasado para hacerte desanimar, Jesucristo limpia y la palabra dijo si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres y es esa libertad en Cristo la que nosotros tenemos que cuidar.

Vamos por el mundo y vemos como caen muchos líderes aun en este lugar, y es doloroso ver como muchas personas, después de predicar muchas cosas van cayendo, unos se alejan y otros murmuran, pero cuántos oramos para que Dios levante esos vasos, que Dios vuelva a levantar esas manos que están caídas, que se cansaron un día.

Yo puedo estar aquí predicando hoy y Dios quiera que nunca caiga, pero cuántas veces, cuántos lideres desisten y si a uno le duele, cómo le dolerá el corazón al Señor.

Conocemos la obra del Espíritu Santo que es una obra maravillosa y conocemos la obra de Satanás que viene para hurtar, matar y destruir.

Las personitas que vamos en este camino, que llevamos mucho tiempo, crees que el enemigo va a querer que nosotros sigamos caminando.

Lo que nos espera con Dios es gran bendición entonces Satanás no va a querer que caminemos tras esa bendición.

¿Tú crees que cuando recibes a Cristo en tu corazón el enemigo te va a dejar tranquilo? El enemigo estorbará tu caminar, pero tú le herirás en la cabeza, eres más que vencedor por medio de aquel que te amó y sobre todo saca tanto engaño, tanta hipocresía de nuestras vidas que mostramos una apariencia delante del pueblo de Dios y somos otra cosa allá afuera.

Dice Jesús que viene por un remanente escogido por gracia, no por obras para que nadie se gloríe.

Somos un remanente, un pueblo que quiere agradarle al Señor, un pueblo pequeño, a veces nos vemos pequeñitos en este lugar de bendición y a veces nos vemos muchos. Cuántas veces habiendo muchos se siente pesadez, se siente opresión. Cuántas veces habiendo poquitos, pero que están de sincero corazón fluye la presencia de Dios con gloria porque Dios no mira multitudes, a Dios no le importa eso, Dios mira es corazones dispuestos delante de su presencia.

Ya no podemos despilfarrar más la mesa del Señor.

Cuando esa mujer entró a la casa de Simón y derramó ese perfume delante del Señor, simón pensó: qué desperdicio. ¿Cuántas veces pensamos que es un desperdicio venir a las cosas del Señor?

Juan 8: 38 – 40

“Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.  Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.  Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”.

Si somos hijos de Dios, las cosas de Dios hacemos, si somos hijos de Dios, lo que Dios dice hablamos, no estamos haciendo, ni viendo, ni participando de conversaciones de cosas que a Dios no le glorifican.

Cuantas veces rechazamos lo vasos que Dios utiliza.

El diablo se camufla, nos induce al pecado por medio de la mentira y tú te vas detrás de esa mentira, cuantas veces nos vamos detrás de la mentira y el diablo nos acusa: ¿te vas a parar allá a predicar? ¿Cómo vas a ir a ese lugar? Él te hace caer y luego te señala y te acusa.

Dios quiere que nosotros permanezcamos en su palabra para ser llamados verdaderos discípulos, si permanecemos en la palabra de Dios en la verdad de Dios entonces no vamos a caer.

Si permanecemos en los caminos de Dios entonces seremos prosperados.

Nuestro gozo no depende de las circunstancias, de lo que tenemos o de lo que no tenemos.

Hay gente que no tiene nada, que no tiene la nevera llena y están gozosos porque están llenos del Espíritu Santo.  

La mentira, el adulterio, todo no es verdad, es una mentira del diablo.

En el colegio, los amigos a los jóvenes, les dicen que la virginidad era para otro tiempo, pues no, Dios viene por una iglesia sin mancha y sin arruga.

Debemos ser diferente, el sexo, las relaciones no son todo en la vida hay cosas más importantes, el amor de Dios es el que permanece para siempre.

Ningún ser humano, ni nuestra esposa, ni nuestros hijos pueden hacernos felices, el único que puede darnos esa felicidad y ese gozo es Jesucristo.

Juan 8: 45

Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis”.

Dios nos da una promesa que nos va dar un empleo y llega el enemigo y dice: no vas a poder, no te van a dar ese empleo. Y le creemos más al enemigo que Dios que dice la verdad.

Juan 8: 46

“¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?”

A Jesucristo no le podía que lo había sorprendido en algo malo, el hacía todo lo que predicaba,  nadie podía redargüirlo de pecado.

Él podía decir: tengo autoridad para decirle a ustedes que estoy predicando una verdad.

Todo el que cree verá la gloria de Dios.

Todo lo que el enemigo te tiene atado, Jesucristo nos dice: no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios, por su palabra fueron hechos los cielos y la tierra y nosotros siervos de Dios, ministros de Dios, instrumentos en las manos de Dios, no nos predicamos a nosotros mismos, predicamos a un Cristo vivo, un Cristo crucificado que se levantó al tercer día y resucitó, nosotros también nos levantaremos con Él y veremos su gloria.

Como decía Pablo: si yo predicara para agradar a los hombres no sería siervo de Jesucristo.

Juan 8: 47

El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios”.

Cuántas veces queremos que nuestros familiares vengan. Demos gracias a Dios que por su gracia y misericordia, no porque seamos especiales, sino porque Dios se quiso fijar en nosotros que éramos lo más vil y menospreciado, Dios nos quitó las vendas y nos podemos levantar todas las mañanas sabiendo que Dios existe, que no es un Dios lejano sino que es un Dios de cerca que quiere habitar en nuestros corazones.

Cuando tienes a Cristo tu empiezas a ver a tu esposa, a tus hijos de una manera diferente, ves a tu esposa más hermosa que cuando la conociste, ves a los hijos más hermosos y los cuidas más cada día porque Dios cambia nuestra visión y nuestra mentalidad.

Jesucristo llena nuestra vida, llena nuestros corazones y es quien quiere gobernar.

I Juan 3: 5 -9

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.

Que nadie nos engañe ni siquiera nos engañemos a nosotros mismo.

Practicar el pecado es hacerlo constantemente.

La luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no pueden prevalecer ante la luz.

Cuando hacemos lo justo delante de Dios, Dios nos va a defender.

Dios me ha dado poder y autoridad sobre toda fuerza del enemigo.


No voy a permitir que el enemigo se enseñoree de mi vida.