miércoles, 12 de abril de 2017

Lugar Secreto

Ese lugar secreto con Dios es su presencia.

Jeremías 23: 16

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová”.

Pasamos al versículo 18:

Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?”

Pasamos al versículo 22 al 25

Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé”.

Está hablando a cada uno de nosotros, pero en el momento estaba hablando a los profetas. Jeremías hablaba palabra fuerte porque el pueblo no quería arrepentirse y algunos falsos profetas le decían al pueblo que estaba bien.

El Rey Sedequías no escuchó la palabra de Dios he hizo lo que él quiso, cuántas veces nosotros no escuchamos la palabra de Dios y hacemos nuestra voluntad.

Hacer la voluntad de Dios es lo mejor que le puede pasar a la vida del hombre porque hay recompensa.

Alabamos a Dios cuando obedecemos su palabra, cuando estábamos en pecado no lo alabábamos porque el pecado nos impide ver la gloria de Dios, el pecado nos impide entrar a ese lugar secreto donde Dios habla a nuestro corazón, es donde Dios habla a nuestras vidas, donde nos muestra su voluntad.

En Jeremías 33: 3 dice la palabra de Dios: Clama a mí y yo te responderé, te enseñare cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

El mundo y sus deseos pasa, pero el que hace la voluntad de Dios permanece.

Una cosa es como tú entras a la oración y otra cosa es como sales de la presencia de Dios, ese lugar secreto es a los pies de Cristo, el lugar más alto es a los pies de Jesucristo. Porque el que se humilla será exaltado.

La palabra de Dios dice que en la presencia de Dios hay plenitud de gozo, delicias a su diestra para siempre.

Salimos llenos de alegría saltando como becerros de la manada, confiando en el Dios que nosotros tenemos.

Ezequiel 44: 23

Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio”.

Dios les está hablando a los sacerdotes. Hacer diferencia entre lo bueno y lo malo, en lo que es de Dios y lo que no es de Dios, entre lo que es mentira, lo que es engaño y lo que es la verdad de Dios.

Tenemos que pedirle mucho a Dios que a través de su Espíritu Santo nos dé ese don de discernimiento. Estamos en tiempos peligrosos, en tiempos de apostasía, en tiempos de engaño, tenemos que pedirle al Señor que abra nuestros ojos espirituales y nuestros oídos espirituales para escuchar su voz cuando nos habla, que quite toda ceguera de nuestras vidas, toda mentira que haya en nuestro corazón y tenemos que pedirle que podamos ver la realidad de Dios.

Cuando llegue el pueblo pidiendo consejería, cómo sabe uno qué hacer en ese momento si no tiene discernimiento de Espíritu.

Hay personas que son especialistas para mentir; así como existen personas que son especialistas y se especializan en la palabra para predicar la verdad, así también hay especialistas para mentir.

Dice Dios que nosotros como líderes, como ministros de Dios tenemos que aprender a discernir entre lo bueno y lo malo, de lo que es de Dios y lo que no es de Dios.

Que podamos ser radicales con el pecado, Dios viene por una iglesia sin mancha y sin arruga.

¿Cómo es que tú no puedes discernir con qué intenciones se acercan las personas a tu vida?

Muchas veces por temor a ser rechazados por el mundo rechazamos la presencia de Dios en nuestras vidas. Cuando nos hacemos amigos del mundo nos constituimos en enemigos de Dios.

Todos estábamos presos en delitos y pecados y estábamos destituidos de la gracia de Dios, Jesucristo apareció para deshacer las obras de las tinieblas y llevo nuestros pecados en la cruz del Calvario.

Dice el Señor que tal modo amó Dios al mundo que entregó a su hijo Jesucristo para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. Jesucristo clavó en aquella cruz el decreto de muerte que estaba sobre nosotros, no había esperanza para nosotros, pero a través de la sangre de Jesucristo Dios nos ve aceptos.

Que nosotros podamos dar cada día frutos dignos de arrepentimiento que podamos dar fruto y podamos ser de bendición para otras personas que dios venga con cuerdas de amor sobre esas vidas.

Hebreos 5: 11 – 14

Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

Somos tardos para obedecer la palabra de Dios, tenemos tanta palabra que podemos ser ya maestros para instruir a otros, como así que volvemos al yugo de esclavitud.

Dios nos ayuda a crecer espiritualmente, Dios quiere que seamos maduros espiritualmente. Como que nosotros enojados el uno con el otro.

Se maduran espiritualmente por el uso, hay que leer la palabra, hay que alabar.

Yo ejercito el oído escuchando alabanzas de Dios, escuchando adoración de Dios, escuchando a personas que glorifican al Señor y habla de él y de su palabra. Ejercito mis ojos viendo lo que a Dios le agrada.

Dios nos da a través del Espíritu Santo el discernimiento de saber qué ver y qué no ver, nuestras manos son para glorificar a Dios no para otra cosa.

I Juan 4: 1 – 6

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”.

Si se predicara un evangelio diferente no  lo escuchéis dice Pablo, eso significa que tenemos que estar firmes en el evangelio y la sana doctrina.

El que es de Dios la palabra de Dios oye. Sabemos que la hemos oído y la hemos atesorado en nuestro corazón cuando nos convertimos en hacedores de su palabra. Dios quiere que lo que nosotros escuchamos lo pongamos por obra.

En un abrir y cerrar de ojos se rasgará el cielo y vendrá el hijo de Dios en una nube por nosotros. Nos levantaríamos hoy pensando hoy puede ser el día.

No vengamos acá estar pendientes de lo que hace el otro o de lo que pasa a nuestro alrededor, porque es en ese lugar secreto donde el Señor quiere tener ese encuentro con nosotros, esa intimidad con nosotros. El día y la hora nadie lo sabe, no sabemos cuándo Dios nos va a llamar a cuentas y dice la palabra que de esta tierra llevamos salvación o condenación y a veces caminamos ignorando la palabra como si no loa supiéramos en nuestro corazón, caminando hacia la muerte en vez de hacia Cristo.

El enemigo quiere robarnos nuestra alma, robarnos nuestros galardones, robarnos nuestras grandes bendiciones a nuestra vida.

Cuando venimos a este lugar decimos: Señor yo vine hoy a verte a ti, Señor. Dios anda buscando adoradores en espíritu y en verdad. La alabanza en la carne no pasa del techo.

Dios conoce los verdaderos adoradores, los verdaderos siervos, los verdaderos hijos, los que andan en integridad y en verdad.

Salmos 73: 17

Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos”.

O sea el fin de los impíos

Salmos 73: 18 – 24

Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer. ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores. Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia. Se llenó de amargura mi alma,y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria”.

Aunque David se sentía desfallecer, seguía pegado del Señor, El Espíritu Santo le impedía apartarse de su presencia.

Dios era la fortaleza de David y es nuestra fortaleza. A pesar de que vengan cosas difíciles, él me toma de su mano y no me deja desfallecer.

Me guía según su consejos y me recibe en gloria dice la palabra.

Salmos 73: 25

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”.

El que tiene a Cristo lo tiene todo, pero el que no tiene a Cristo no tiene nada, está muerto en vida.

Salmos 73: 26

“Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”.

La roca de mi corazón, el que me fortalece, el que me da las fuerzas, el que me rejuvenece como las águilas, el que le da vigor a mis huesos, es la roca de mi salvación, Jesucristo.

Salmos 73: 27 – 28

 “Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras”.

Repitamos ese último verso: “Pero en cuanto a mí…”

El acercarme a Dios es el bien, es bendición.

Pongo la esperanza en Dios para contar todas sus obras, sus maravillas, los milagros que Dios hace con su pueblo, los milagros que hace con cada uno de nosotros.

Cuando Saulo perseguía los cristianos, Cristo mismo lo tumbo del caballo y le dice: por qué me persigues. Cuando se levantan contra nosotros, no se levantan contra nosotros, se levantan contra el mismo Dios, se levantan contra el nombre que esta invocado sobre nosotros, entonces por eso hay victoria en él. En el pueblo de Dios no hay derrota, el pueblo de Dios hay victoria todos los días de nuestra vida.


Declaramos victoria en nuestras vidas. 

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