Cuantos se sienten hoy
desalentados y que no reciben respuesta. Nada, para adelante esta palabra es
para nosotros.
¿Cuántas veces el pueblo de
Israel se vio desalentado y desfallecía y no había aliento en ellos, mas sin embargo
ellos mandaron una palabra de clamor, de gemir delante del Señor y a través de
este gemido Dios escuchó y les mandó el libertador. Dios llega en el momento
preciso.
Miramos para todo los lados y
todo se ve cerrado, pero la mano de Yahvé está lista para salvarnos No se ha
acortado la mano de Jehová para levantar. Él es experto en restaurarnos cuando más
mal estamos. Lo que pasa es que nosotros nos desanimamos muy fácil.
Cuando Dios le dijo al pueblo de
Israel que avanzara ellos se asustaron porque vieron a todos los egipcios.
Po qué causa nos estamos
asustando en este día, cuáles son esos gigantes que nos están acosando cuáles
son esas murallas que nos tienen acorralados.
Dios nos dice que nos ha dado
poder y que avancemos, hay momento difíciles y que decaemos, pero Dios está ahí
para levantarnos. No estamos con un Dios débil, estamos con un Dios fuerte.
Dios nos manda que sigamos
adelante que no retrocedamos. No se deje desanimar por ninguna voz. Dios dice
que él es nuestra fortaleza nuestro pronto auxilio en la tribulación.
Somos el ejército de Dios y el
ejército de Dios no para ni retrocede, sigue hacia adelante, hacia la meta, el
ejército de Dios pelea, es conquistador, batalla hasta el fin. Somos
vencedores.
No dejare la oración hasta que no
vea tu gloria. Jesús les dijo a María y
a Marta: “nos os he dicho que si creyeres veréis la gloria de Dios”. Dios trae
respuesta, es un Dios que oye, que ve.
No es tiempo de llorar, es tiempo
de avanzar, es tiempo de conquistar, tenemos que ir hacia la meta, tenemos que
ir a arrebatar lo que es nuestro porque Dios nos lo dio.
Josué 1: 2 – 3
Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán,
tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a
Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
El pueblo estaba triste y
desconsolado y Dios le da esta orden a Josué.
En quien está poniendo usted su
mirada hoy, que lo está haciendo detenerse. La mirada debe estar puesta en
Jesús y avanzar no retroceder.
Levántate y pasa esa dificultad
porque Dios nos ha dado el poder para hacerlo, remontémonos. Qué promesa le ha
dado a Dios que usted no ha querido avanzar y poseer.
La promesa que Dios dio a Israel
seguí vigente. Dios no se ha acabado y nuestro líder es Jesucristo. Nos da
miedo, hay que declarar que donde llegamos es terreno del Dios todo poderos.
El versículo 5 dice.
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve
con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Por qué permitimos que ese Goliat
venga y nos haga frente si Dios dijo que nadie nos podrá hacer frente. Por qué
permitimos que una tristeza grande se enseñoree de nosotros. Nadie te podrá
hacer frente en todos los días de tu vida, no dice en algunos días, dice en
todos. Si él está con nosotros ¿Quién contra nosotros? ¿Quién acusará a los
escogidos de Dios si Dios es el que justifica? ¿Quién condenará si Dios ya
justificó por la sangre de Jesucristo?
Por qué nos sentimos solos si él
dice que no nos desamparará. El diablo utiliza mil estrategias para
desanimarnos.
En el versículo 6 dice:
Esfuérzate y sé valiente; porque tú
repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que
la daría a ellos.
Nosotros estamos llamados para
dar y convidar porque las bendiciones de Dios están a nuestro favor, pero nos
toca esforzarnos y ser valientes.
Cuando vamos a la oración debemos
ir con una buena actitud. No dudando. Dios pelea por mí.
El versículo 7:
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a
toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra
ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Para nosotros poder obtener las
respuestas tenemos que hacer es esforzarnos y ser valientes. Si nos esforzamos
en las cosas de Dios podemos entrar y poseer.
En el versículo 8 dice:
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Nunca se apartará de tu boca,
muchas veces en las situaciones difíciles le permitimos al enemigo que nos
quite la palabra.
Muchas veces rompemos la
bendición de Dios porque no andamos conforme a la palabra. Dios nos dice una
cosa y nosotros hacemos otra.
La palabra es bálsamo para tu
alma para nuestras heridas, es esperanza, cobra vida en medio de la dificultad.
Es oír la Palabra y hacerla.
Hay que hacer conforme a todo lo
que está escrito en la palabra de Dios. Cuando guardamos y cuando la hacemos y
la declaramos todo nos saldrá bien.
En el 9 dice:
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni
desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Otra vez que te esfuerces y seas
valiente. Jehová TU DIOS, estará contigo
a donde quiera que vayamos. Ahí está Dios.
Josué 3. 5
Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana
maravillas entre vosotros.
Santifiquémonos, dejemos el
desánimo, dejemos la tristeza, dejemos ese problema en el altar del Señor
porque Dios va a hacer maravillas porque grandes son las obras de Jehová.
Dios nos dice que reparemos el
altar que es nuestro corazón, que nos santifiquemos y nos consagremos a él, que
los problemas lo pongamos en su presencia. Él llevó nuestras cargas, nosotros
volvemos y nos las llevamos y en lugar de salir con el costal lleno de
bendiciones, salimos con el costal lleno con las cargas.
El requisito para poder avanzar
es que nos santifiquemos, que depuremos el altar, que depuremos nuestros
corazones para que Dios haga maravillas. ¿Errores?, sí, pero para eso está el
divino abogado que intercede por nosotros. Vengamos a Dios con una actitud de
corazón dispuesto para que Dios muestre su gloria en cada uno de nosotros.
Tenemos que dar el paso de fe santificarnos para que veamos su gloria, no es
para mañana, recordemos esa palabra anterior: “Con mano fuerte”, no se detenga
avance.
Josué 7: 10 – 12
Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu
rostro? Israel ha pecado, y aun han
quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y
hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer
frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda,
por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no
destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Dios les dio una orden para que
no cogiera nada del campamento del enemigo y alguien cogió algo y lo guardó,
ese era el anatema.
Que maldición tenemos en nuestra
vida que no nos deja avanzar y no nos deja continuar. Los recuerdos del pasado
no nos dejan avanzar.
Muchas veces nos mentimos a
nosotros mismos pensando que estamos bien y no lo estamos y les hacemos creer a
otros. Por eso se enseñorea el enemigo de nosotros porque tenemos puertas
abiertas y no dejamos que Cristo rompa cadenas.
Si no sacamos lo que a Dios le
desagrada no podremos ver la gracia de Dios. David venció a Goliat porque en él
no había tapujos. Se mostró tal como era.
Declaremos la palabra, pero que
entre Dios y nosotros no haya reserva.
Josué 8: 1
Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente
de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de
Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra.
Nosotros somos soldados guerreros
de Dios. Josué tuvo que poseer guerreando. Josué se aferró a la palabra que
Dios daba a través de Moisés, él estaba al lado de Moisés y nosotros estamos al
lado de Jesucristo. Josué se levantó y tomo posesión. Dios quiere que nosotros
poseamos.
Por eso somos tan pocos porque la
gente quiere todo en las manos, cuando a nosotros nos dan todo en las manos no
valoramos, no cuidamos.
Dios nos dice que nos esforcemos
para que valoremos y veamos que las cosas se consiguen en oración, guerreando y
que sepamos que Dios es bueno y que si oye. Nos hace valorar lo que nos da,
para que cuidemos la bendición para que no retrocedamos.
No se desanime, no tire la toalla,
esto es de vencedores siga guerreando y clamando por lo que quiere.
Josué 18: 1 – 3
Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y
erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue
sometida. Pero habían quedado de los
hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían repartido su posesión. Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta
cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová
el Dios de vuestros padres?
Hasta cuando seguiremos con
negligencia esperando que el otro haga por nosotros. La guerra espiritual es
para conquistar. Te he puesto para destruir, ara plantar, para conquistar, dice
el Señor. Hasta cuándo vamos a permitir que el enemigo siga con lo nuestro.
¿Hasta cando la tristeza, la
soledad, la depresión? ¿Que sigan pasando los años y nosotros dejando ir la
bendición?
Dios dice: ¿Acaso me tardaré en
responder a aquellos que claman día y noche?
Muy pocas denominaciones se le
miden a la guerra espiritual porque es algo de mucho compromiso, porque saben
que se tienen que sacrificar, pero no nos alcanzamos a imaginar el resultado
tan grande que tiene la oración de guerra espiritual.
Nos falta decisión para hacer esa
oración que es muy fuerte.
Si tomamos la decisión hoy
veremos maravillas
Josué 17: 17 – 18
Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés,
diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola
parte, sino que aquel monte será tuyo;
pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más
lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque
sea fuerte.
Somos gran pueblo porque hemos
sido comprados por la sangre de Jesucristo y tenemos gran poder y el Señor nos
puede hacer vencedores. Tenemos que trabajar porque tenemos grande poder.
El enemigo quiere hacernos creer
que somos débiles y que estamos derrotados, pero el Espíritu de Dios nos está
diciendo que tenemos poder. Tenemos una identidad de reyes y sacerdotes.
Josué 14: 6 – 9
Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone
cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea,
tocante a mí y a ti. Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de
Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias
como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron
desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la
tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua,
por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.
Un hombre de muchos años. Para
ser un conquistador no hay edades. Dios conquista a través de un niño, un
adulto, un anciano.
El pueblo desanimado por unos líderes,
pero Caleb, no se dejó desanimar y animó al pueblo. Siguió a Dios y recibió la
bendición.
Estamos bien y bajamos los
niveles de oración, perdemos mucho tiempo en muchas cosas.
Se acercaron a un ministerio
donde se les enseña a arrebatar, donde se enseña a no quedarse quietos
Josué 11: 4 – 14
Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la
arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y
carros de guerra. Todos estos reyes se
unieron, y vinieron y acamparon unidos junto a las aguas de Merom, para pelear
contra Israel. Mas Jehová dijo a Josué:
No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré a todos ellos
muertos delante de Israel; desjarretarás sus caballos, y sus carros quemarás a
fuego. Y Josué, y toda la gente de
guerra con él, vino de repente contra ellos junto a las aguas de Merom. Y los entregó Jehová en manos de Israel, y los
hirieron y los siguieron hasta Sidón la grande y hasta Misrefotmaim, y hasta el
llano de Mizpa al oriente, hiriéndolos hasta que no les dejaron ninguno. Y Josué hizo con ellos como Jehová le había
mandado: desjarretó sus caballos, y sus carros quemó a fuego. Y volviendo Josué, tomó en el mismo tiempo a
Hazor, y mató a espada a su rey; pues Hazor había sido antes cabeza de todos
estos reinos. Y mataron a espada todo
cuanto en ella tenía vida, destruyéndolo por completo, sin quedar nada que
respirase; y a Hazor pusieron fuego.
Asimismo tomó Josué todas las
ciudades de aquellos reyes, y a todos los reyes de ellas, y los hirió a filo de
espada, y los destruyó, como Moisés siervo de Jehová lo había mandado. Pero a todas las ciudades que estaban sobre
colinas, no las quemó Israel; únicamente a Hazor quemó Josué. Y los hijos de Israel tomaron para sí todo el
botín y las bestias de aquellas ciudades; mas a todos los hombres hirieron a
filo de espada hasta destruirlos, sin dejar alguno con vida.
Los que vemos como enemigos Dios
los esparce, los hace cenizas.
No descansaban hasta que no
derrotaban al último enemigo y nosotros nos damos vacaciones dejando que el
enemigo tome más fuerzas.
Josué obedeció la palabra.
Nosotros no avanzamos en las órdenes
de Dios y eso retiene la bendición.
Dios dice que lo de los impíos de
su pueblo es y se conquista en guerra espiritual. Dios nos está mandando a que
reclamemos lo que es nuestros, nuestra bendición, no se la dejemos al enemigo,
peleemos por ella.
Josué 21: 43 – 45
De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar
a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a
todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo
hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó palabra de todas las buenas promesas
que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.
Dios es fiel y verdadero, su
palabra no miente, no faltó ni a una de sus promesas. Que las promesa de Dios
no dejen de cumplirse en nosotros por negligencia.
Jeremías 27: 5
Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la
tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise.
Dios quiere que poseamos, que
seamos de avanzada, Dios tiene poder para sacarnos de cualquier situación. Si
seguimos la palabra de Dios esto es para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario