miércoles, 18 de junio de 2014

Que nadie te quite la fe



Cuanto siente que la fe ha bajado y que se sienten desanimados, que se han dejado quitar la fe por muchas situaciones. Cuando dios hizo a Adán lo hizo con muchas promesas, lo hizo para que el hombre se enseñorease de lo que Dios le había regalado.

Adán le echó la culpa, a la mujer y la mujer a la serpiente. Nosotros a veces les echamos la culpa a otros para no ir a la oración o al grupo, por tal o cual problema no leo la palabra. No, que nada ni nadie te quite la fe, que nada te mueva de Jesucristo.

No pierda la identidad que tiene en Jesucristo. Viene alguien de una denominación y nos mueve de acá porque somos pocos, porque la otra tiene personería jurídica.

Nosotros estamos consagrados es a Jesucristo, no a un lugar, es a Jesucristo, que nadie te mueva de ahí.
En el principio de libro de Job muestra como Dios estaba complacido en este siervo, pero Satanás le dijo tócale sus viene a ver si no reniega 

Job 1: 10

¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

Es Satanás quien le dice esto.

Satanás no descansa, por eso es que tenemos que batallar, no nos podemos dormir no nos podemos quedar quietos.

Vinieron una cantidad de males sobre JOB

Job 1: 20 – 21

Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,  y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

¿Seríamos capaces en una situación difícil de hacer esto? Job dio gracias por todo, en cambio nosotros perdemos fácilmente la fe. No agradecemos por la tribulación.

Job 2: 3 - 10

Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?  Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.  Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.  Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.  Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.  Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.  Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.  Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

El diablo manda sus mensajeros y puede utilizar hasta su esposa.

Cuantos conociendo la palabra y haciendo los que nos da la gana, no nos afirmamos con el Señor y le reclamamos. Tenemos que afirmarnos para poder clamar.

Dios dice que él no deja sus hijos en vergüenza pero caminemos como él manda.

Job caminaba recto con el Señor. Si a él  que lo atacaba Satanás, cómo será a nosotros si no andamos bien con El Señor.

Si a nosotros nos pasan ciertas cosas ¿si retenemos la integridad?

Satanás le dijo permite que le pase algo a su cuerpo y verá lo que pasa.

Satanás no puede tocar nuestra vida ni nuestra alma.

La mujer lo incita a maldecir a Dios y a morirse, el enemigo tiene sus emisarios.

Sin Dios, sin Cristo somos nada. Por Cristo somos reyes y sacerdotes y somos hijos herederos de las promesas de Dios. 

¿Nosotros permitimos que nos hablen así de Dios? El hombre no te puede dar salvación, no puede saciar nuestras necesidades. Nadie puede llenar el vacío de nuestras vidas sino Cristo el Señor.

La salvación es individual si alguien de su familia no quiere, siga usted, avance. 

Cuanto estamos bien alabamos a Dios, pero ¿si estamos mal le agracemos y lo alabamos?

II Samuel 6: 12 – 16

Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.  Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino.  Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.  Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón.

Mical era la esposa de David

Dios había bendecido la casa de Obed porque allí estaba la presencia de Dios en el arca. Ahí habitaba la presencia de Dios.

Ahora Cristo pagó por nosotros y la presencia de Dios está en nosotros. David sacó el arca con alegría. Así debemos estar nosotros porque tenemos la presencia de Dios en nosotros: Con alegría siempre.

Venga a la oración con alegría. David danzaba con todas sus fuerzas, se gozaba en la presencia de Dios, vestido lino fino.

A nosotros nos han menospreciado a nosotros porque alabamos a Dios.

Del versículo 20 al 23

Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!  Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová.  Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado. Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte.

Yo vine a alabar a Dios y no me debe dar pena, es a Dios a quien voy a alabar. Con la voz que Dios nos dio alabemos a Dios
.
El avivamiento que Dios trae no hay quien lo pare.

Que nada ni nadie te quite la fe, que nada ni nadie te quite las ganas de orar.

Cuantas veces nos dice usted le dice que siendo un profesional se va a orar con unos mediocres, que importa lo que nos digan, estamos es alabando a Dios.

Nos dicen que somos nada, y saber que los que tenemos futuro somos nosotros.

Dios nos eligió porque a él le plació, somos benditos es sus manos.

Digámosle al enemigo, a  las situaciones: “por tanto alabaré a Jehová”

Dios respaldó a David y a Mical la dejó en vergüenza.

David se dio su lugar: “soy príncipe” nosotros nos damos el lugar o nos dejamos meter el dardo del enemigo yo soy un don nadie. Se deja llenar la cabeza del enemigo. No, no debe ser así.

Romanos 4: 17 – 22

(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.  Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,  plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;  por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

Dios llama las cosas que no son como si fuesen. Dios resucita lo que sea si nosotros le creemos. Esas cosas imposibles como si fueran ya, como posible, visualice lo que quiere.

Abraham no se debilitó, cuantas veces le han dicho: “usted está viejo ya no hay trabajo para usted”, mentira, Dios tiene algo para usted.

Por muy fuerte que se la situación no nos debilitémonos. Dios es misericordioso y es bueno. Nos saca de la ruina, de la opresión.

Job y Abraham se fortalecieron dando gloria a Dios. 

Abraham estaba convencido plenamente. ¿Nosotros estamos convencidos? Es creyendo en el corazón. 

Jesucristo nos justificó. Esto no está lleno porque ésta es una palabra que sacude. Nos dice estamos o no estamos. 

Dios quiere que usted conozca a un Dios poderoso y que usted debe guerrear, para arrebatarle al diablo lo que quiere quitarnos y que es nuestro.

Romanos 8: 37 - 39

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.  Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,  ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Nada puede separar del amor de Dios, nadie nos podrá quitar la fe, nada ni nadie.

Estamos llamados a hablar la palabra de Dios siempre.

En toda dificultad somos más que vencedores.

¿Estamos seguros de que nada nos podrá separar del amor de Cristo?

A veces dejamos a quien nos protege por otras posibilidades y regresamos al mundo.

Jeremías 15: 15 – 21

Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me reproches en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta.  Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.  No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación.  ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?  Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.  Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.  Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.

Esto es para nosotros

¿Nosotros por amos a Dios sufrimos afrenta? Él le dijo acuérdate de mí y visítame

¿Cuántos escuchamos palabra y nos vamos a casa y nos olvidamos?

La palabra de Dios es un gozo y un refrigerio para nuestras almas.

Dios no ilusiona a sus hijos. Dios nos promete y nos da.

Si nos arrepentimos de corazón Dios no nos deja en vergüenza.

Si te arrepientes yo te restauraré dice el Señor.

Muchos no han venido por nuestro mal testimonio.

Dios está con nosotros para guardarnos para defendernos, pero la demanda es que nos arrepintamos.

II Samuel 19: 1 – 4

Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón.  Y se volvió aquel día la victoria en luto para todo el pueblo; porque oyó decir el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo.  Y entró el pueblo aquel día en la ciudad escondidamente, como suele entrar a escondidas el pueblo avergonzado que ha huido de la batalla.  Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío!

Vamos al 7: 

Levántate pues, ahora, y ve afuera y habla bondadosamente a tus siervos; porque juro por Jehová que si no sales, no quedará ni un hombre contigo esta noche; y esto te será peor que todos los males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta ahora.

Absalón era un hijo de David que se levantó contra David y contra el pueblo de David, estaba usurpando el reinado. David tenía siervos muy fieles, el pueblo se levantó y mató a Absalón. David se puso a llorar y no le importó el pueblo. Dios le dio la victoria a David y el pueblo entró como si fuera derrotado. Joa en el versículo 7 le dijo levántese no se detenga avance, que nadie le quite la fe 

Jueces 6: 1 – 16

Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años.  Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados.  Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban.  Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.  Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla.  De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.  Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los madianitas,  Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre.  Os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que os afligieron, a los cuales eché de delante de vosotros, y os di su tierra;  y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz.  Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.  Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.  Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.  Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?  Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.  Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

¿Cuántas veces nos escondemos porque no hallamos un refugio en Dios?

Dios nos decía ahora que nos convirtamos para que el enemigo no nos vuelva nada.

Dios les recordó todo lo que habían hecho por ellos

Acá somos muchos y con estos muchos Dios puede hacer maravillas.

Dios nos dice varones esforzados y valientes. No debemos temer.

Que tenía Gedeón en la mano, nada y el Señor le dijo ve con esta tu fuerza. Dios nos ha dado la fuerza. 

Dios está este día con nosotros y puede derrotar las situaciones que nos atacan.

Leer jueces 8: 5 - 10

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