lunes, 1 de junio de 2015

El Examen Final



Cuando un estudiante va a presentar un examen final la preparación es máxima, si es buen estudiante. Se va con toda porque ahí se sabe si va a ganar o no.

Basada en.

I Tesalonicenses 4: 13 – 18

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”.
 
Está hablando de los que duermen en Cristo. Los que no están en Cristo cuando alguien muere, entran en una amargura y en una tristeza tremendas. 

En los versículos 14 - 16

“Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”. 

Esto es lo que está mandado para el pueblo de Dios. 

Veamos lo que dice en el 17 y 18

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

Al arrebatamiento es lo que yo llamo el examen final. Ahí es donde se sabe quién es quien.

Porque acá podemos hablar lenguas, decir que somos muy de Dios, asistir a un grupo de oración o a una denominación, pero es posible que no nos estemos manifestando como auténticos hijos de Dios.

Cuando se anuncia esto a través de tantos ministerios y a través de la palabra que dice que cuando sucedan estas señales hay que saber que Jesucristo está a las puertas y el pueblo de Dios debe estar preparado como cuando se va para un examen final o para una entrevista de trabajo. Pero la gran mayoría del pueblo de Dios está dormido: Iglesia duermes.

La semana pasada se predicó El Fuego y hace unos  meses fue: Nada más importante que la llenura del Espíritu Santo.  Y nosotros todavía en carnalidades y enredados en cosas mundanas y todavía discutiendo por banalidades.

Hay que tener cuidado por donde se camina, estamos a punto del Examen final que es el arrebatamiento.

En todas la generaciones se ha predicado el arrebatamiento, mire que pablo dice; “nosotros los habremos quedado seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes”. Pablo se incluía ahí y estaba en el siglo I. Pablo que conocía y tenía esa comunión tan grande con Dios y que Dios lo utilizó para llevar el evangelio a los gentiles y veía tan cerca el arrebatamiento, cómo será hoy que ya las señales están dada.

Que hacemos enredándonos en tantas cosas. No nos podemos quedar en la tristeza. Pedimos a Papito Dios que saque esa tristeza de nuestras vidas. La situación vendrá, pero yo no me puedo quedar allí. Calma sobre mi vida, dame paz, yo tengo al Príncipe de Paz en mi vida. Nada ni nadie, ni lo económico nos puede mover del amor que es en Cristo Jesús.
Ahora cantábamos: “tengo un Cristo de Poder”, tenemos al Espíritu Santo.
Estoy a las puertas del examen final, el final de nuestra, carrera ahora no nos podemos descansar en nada. El que ore a orar más, el que ayune a ayunar más, y a reunirnos más. Con todo el corazón querer reunirnos. A orar con todo el corazón a la hora que Dios lo despierte.
Dios honra la disposición nuestra, un corazón rendido, eso es lo que Dios quiere de nosotros, porque pasan los días  y acá no pasa nada. En el arrebatamiento no se van a ir los que no hayan sido sellados por el Espíritu Santo.
Dios nos está dando un campanazo final: tenemos que ser bautizados con el Espíritu Santo y fuego. Anhélelo más que cuando tiene hambre y anhela comer, como el aire para respirar. Cómo nosotros todavía tan parcos ante tremendo regalo de Dios: “el que creyere en mí de su interior correrán  ríos de agua viva”, dice la Escritura.
El arrebatamiento es algo hermoso y la gran tribulación es algo horrible porque si ahora hay maldad no hemos visto nada a comparación con lo que será esa gran tribulación de la que habla la Biblia. 

Se nos ha ido tanto la fe que no estamos esperando a Nuestro Señor Jesucristo.

Versículos 6: 27 – 28

¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan?  ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?

Su palabra es como fuego, estamos en las brasas de Dios, el fuego de Dios ¿cómo no va a fluir en nosotros eso? Nosotros estamos por la palabra listos para arder. 

Caminamos por la palabra de Dios, tenemos al verbo de Dios. Hay que declarar la palabra, pero solamente pueden declarar la palabra los que están llenos del Espíritu Santo de Dios.

Hay dos clases de fuego.

I Corintios 3: 11- 13

Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”.

Los que han puesto otro fundamento sea religión o sea un líder llámese como se llame, que no sea Jesucristo van para el infierno, si no se arrepienten en el nombre de Jesús.

Tenemos por fundamento el fuego de Dios, a Jesucristo que nos purifica, nos limpia, nos lava, nos prepara para el examen final que es el arrebatamiento. 

Oro. Reyes y sacerdotes, plata redención y piedras preciosas es lo que nos adorna.

Es lo que hace el fuego de Dios purificando. Una parte del fuego es para purificar y el otro para consumir.
Que mi fuego te purifique dice el Señor, que saque todo resentimiento, toda lujuria, toda maldad, qué hace eso estorbando todavía en nuestras vidas. 

Este es el tiempo de estar profetizando la palabra todo el día. Para hacer salir las situaciones que el enemigo esté poniendo para tumbarlo.

Iglesia,  duermes, y el examen final está a las puertas.

El fuego de maldad, usted tiene una tentación y se derritió delante de ella: lo probó el fuego de maldad. Porque como no estaba en el fuego del Espíritu Santo, no estaba bautizado lleno y fluyendo en  el Espíritu Santo. 

No se conforme con que alguna vez hablo en lenguas y está hablando del pasado, nosotros vivimos es un eterno presente, es ahora: la llenura del Espíritu Santo.  Ya no es tiempo de perder esa llenura, es tiempo de acelerar, es tiempo de meternos mucho con Dios. 

No nos engañemos: uno sabe cuándo está preparado y cuándo no lo está. 

Cuando se pagó el precio uno va como en proverbios 28: 1 que el impío huye sin que nadie le persiga, pero el justo está confiado como un león. Como en proverbios 30: 30 yos soy como el león de la tribu de Judá que no vuelvo atrás por nada, así somos los que estamos en Cristo, los que estamos llenos del Espíritu Santo. 

Miremos la magnitud de lo que Dios nos está hablando hoy. 

Si no nos pellizcamos hoy vamos a perder el examen final. Y Dios no nos ha llamado a perdida nos ha llamado a ganancia porque nos dijo en su palabra que somos más que vencedores, que somos victoriosos en él. 

Si somos siempre vencedores ¿por qué no está venciendo el pecado, en el tramo más importante de nuestras vidas? 

El examen final está listo y habla únicamente de santidad de principio a fin, ese es el cuestionario de Dios, porque sin santidad nadie verá a Dios. 

Santidad es apartarse de lo que a Dios no le gusta. 

Es hora de ser llenos del Espíritu Santo de Dios. 

Otro fuego: el fuego del Espíritu Santo. Vemos:

Hoy estoy salvando mi cabeza porque como centinela de Dios les he anunciado que Cristo viene y está a las puertas. No hay tiempo del pecado, es tiempo de llenarnos de la santidad del Espíritu de Dios. 

Como estamos tan cerca del examen final me tengo que dedicar a la palabra de Dios, al fuego de Dios, a la oración y al ayuno. 

Hechos 1: 1 – 14

Veamos primero

Hechos 1: 1 – 2

En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,  hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;”

Dios da estos mandamientos a los escogidos de Dios, a los impíos, a través de nosotros, el mandamiento es que se arrepientan para que entren a esta bendición.

Hechos 1: 3

a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”. 

Cristo está vivo, que hace usted entre los muertos.

Veamos Isaías 10: 4 “Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida”. Si Cristo está vivo que hacemos entre los muertos, con pecados inconfesos.

Y en Juan 15: 5 dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.

No nos vamos en el arrebatamiento si nos despegamos de él. 

El reino de Dios es justicia, paz y gozo, en el Espíritu Santo ¿y usted por qué está inclinado entre los muertos con esa tristeza, con esa desesperanza. Cuando usted tiene al vivo de los vivos, al resucitado, a Jesucristo es su corazón.

Hechos 1: 4 - 5

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.  Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”.

Iglesia tenemos que fluir definitivamente en el poder de Dios. Esa debe ser nuestra vida diaria, debe ser llena del poder de Dios. No en algunas ocasiones sino siempre, en un gozo, en un poder: siento ríos de agua viva; en eso se tiene que mover la Iglesia ahora para que no pierda el examen final.

Sigamos en Hechos 1: 6 - 8

“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;  pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

Esta es la gran diferencia. Este es un pan que acaba de bajar del cielo recién horneado. Esta es la gran diferencia de la verdadera Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo.

Declare la bendición y sea testigo ante la situación, ante la adversidad, ante cualquier cosa. Pero eso lo haces solo una Iglesia llena del Espíritu Santo de Dios, cuando se deja bautizar, cuando se dispone.  

Dios no quiere que nadie repruebe este examen final sino que todos lo pasemos.

Solamente cuando llega el Espíritu Santo usted está fluyendo en poder, tenemos que ser bautizado por él. 

Sigamos Hechos 1: 9 - 11

“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.

El Arrebatamiento así vendrá como ladrón en la noche. ¡Iglesia, estamos dormidos!

Hechos 1: 12 -

Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.  Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos”.

Notemos dos palabras perseverar y unánimes. Nosotros podemos estar juntos, pero no unánimes, porque usted está pensando en el contrato que le va  llegar, o en el paseo de mañana. 

Usted está junto, pero no unánime, entonces va alterando lo que el Espíritu Santo quiere hacer a su cuerpo aquí reunido. 

Otra cosa que no habla de unanimidad aunque estemos juntos y es que podemos tener resentimientos con algunos. A qué hora va a bautizar el Espíritu Santo si estamos así.

Esta gente era diario, pero allí se mostró también el trigo y la cizaña, pues empezaron como 500 y terminaron 120.

Hay gente que desiste por lo que la clave aquí es perseverar.  La iglesia que se va en el arrebatamiento es la que está llena del Espíritu Santo, por lo que no hay otra opción. 

Somos benditos de Dios, Plantío de Dios: Nos identifica la victoria, pero esa victoria está dada por la llenura, por el desbordamiento del Espíritu Santo. 

Hay mucho conformismo en la Iglesia, mucha mediocridad y Dios no quiere eso, Dios quiere una Iglesia llena de poder. 

Vamos a salir de acá diciéndole al Señor;  “lléname papito Dios, lléname de tu presencia”. 

Yo valoro tanto el Espíritu Santo porque veo el poder, la unción, el respaldo, la consolación, la guía, es lo más hermoso que Jesucristo nos dejó para poder darle gloria a él. 

 Por eso es que usted no es testigo real de Jesucristo, porque no está lleno del Espíritu Santo. Cualquier cosa lo desbarata y así cómo le va a hablar al que está cautivo.

Viene el examen final  y yo no me quiero quedar. Habiendo batallado tanto, tantas guerras espirituales. Estamos más cerca de la otra orilla.

Los que suben son muy poquitos, pero nosotros podemos estar en ese remanente, simplemente hay que perseverar unánimes en oración.

Consecuencia de la perseverancia, de la unanimidad, de estar en oración y en ruego y en la bendita santidad.
Tanto va el cántaro al agua hasta que se revienta, hay que hacer reventar las bendiciones de Dios, está todas almacenadas allá.

Hechos 2: 1 – 4

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.  Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;”
Noté: de repente y ya estaban sentados.

Veamos el versículo 3

y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”.

Tres manifestaciones del Espíritu Santo en esa escena: Primera viento recio, Segunda un fuego sobre sus cabezas y la tercera hablaron en lenguas. 

El que persevera alcanza. A partir de hoy en nuestras vidas no debe haber sino esto: “ser llenos del Espíritu Santo”.

Cómo se aviva el fuego

Vamos a ver como se aviva el fuego tanto el de la maldad como el de Dios.

Primero el de la maldad.

Romanos 13: 14

sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.

Así avivamos el fuego de la maldad, cuando proveemos para los deseos de la carne. 

El enemigo número uno de nuestras almas no es Satanás, es nuestra carne.

A veces vamos por las obras de la carne en vez de estar dando el fruto del  Espíritu Santo. Eso por no estar llenos del Espíritu Santo.

Dios no quiere que nosotros proveamos más para los deseos de la carne.

Cómo se aviva el fuego de Dios. 

Salmo 119: 111 – 112

Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón. Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos de continuo, hasta el fin”.

La palabra de Dios es como fuego que consume. En el salmo 40: 8 dice “tu palabra está en mi corazón”.

La palabra se puede obedecer por el poder del Espíritu Santo, por la llenura del Espíritu Santo de lo contrario no. 

Marcos 11: 22 – 24

Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.  Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.

Yo me lleno del Espíritu Santo porque creo que Dios lo prometió. Si Dios lo dijo eso es una realidad sobre mi vida, y yo lo tengo que creer si es que quiero recibir porque es por fe. 

Otra cosa que aparece ahí qué es. Cuando yo tengo la fe es porque la palabra me la dio y de la abundancia del corazón habla la boca. 

Todo lo que está impidiendo el bautizo del Espíritu Santo hoy se tiene que quitar. 

Apocalipsis 1: 3

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.

Hace rato estamos leyendo la palabra de Dios. Leer, escuchar y guardar.

Versículos 9 y 10

“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,”

Estaba aislado y encarcelado por causa de la palabra  y el testimonio.

Las fortalezas caen cuando estamos llenos del Espíritu Santo.

Este es el día que hizo el Señor en el cual nos gozaremos en él. El que está en el Espíritu está en Jesucristo y lo está esperando. 

Esa es la evaluación que hoy tenemos. Si usted está en el Espíritu está en el día del Señor, está preparado para ese examen final, está preparado para irse con él. 

Vos como de trompeta: Iglesia sube, sube novia mía porque vamos a tener el casamiento en las bodas del Cordero.

Solamente suben los que estén llenos, derramándose del Espíritu Santo. 

Usted no está creyendo que el arrebatamiento está encima y tenemos que estar ultra metidos con Dios.

Separados de él nada podemos hacer. 

Leer salmo 71: 8

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